Dejé los sobres en el escritorio como cada tarde antes de irme a casa, mi trabajo de medio tiempo como secretaria me ayudaba a tener ahorros en caso de que el dinero necesitara ser usado, mi carrera como escritora aún no había despegado, ser escritor no era tan sencillo como parecía, pero la abuela siempre decía que algún día lo lograría.
La mujer tenía muchas esperanzas en mi, mi madre por otro lado era quien me había exigido encontrar un empleo que me ayudara a tener ingresos, no quería que estuviera quieta esperando el éxito, ella decía que yo debía buscarlo. Así que ahora era la secretaria de un despacho legal, no tenía nada que ver con mi carrera pero la abogada para quien trabajaba confiaba en que sabía redactar y aprendería rápido el resto, la mujer era increíble había destrozado a a sus oponentes en los juzgados y empezaba a afianzar su reputación en un mundo de viejos abogados que seguían creyendo que las mujeres no debían dejar sus escritorios, tenia tres pasantes a su cargo y les exigía como una profesora a la que debían impresionar para graduarse, ella era brutal.
También su buena reputación era lo que había convencido a mi madre que mi trabajo era decente, baje los escalones del edificio con cuidado, los pobres pasantes cerrarían de nuevo, así que salí a la calle donde la temperatura empezaba a bajar, las vacaciones de diciembre estaban a pocos días y durante una pequeña temporada todos los trabajadores podríamos tomar un respiro, como cada día tome el bus a casa, mi familia tenía un modesto auto que jamás usaba, prefería que mamá y la abuela lo usaran, yo detestaba manejar en la ciudad, por otro lado era más fácil para mi observar el trayecto a casa con calma.
Al llegar a casa salude a la abuela, normalmente ella estaba concentrada en su tejido, la edad no le permitía muchas actividades y había decidido que tejer variedad de prendas para el invierno era una buena distracción, pero el día de hoy ella estaba bordando, si bien era una preciosidad de flor con hilos brillantes, la aguja atravesaba la tela con una furia que me sorprendió.
-Lávate las manos y pon la mesa, terminaré de cocinar pronto - ordeno mi madre, si bien era alguien que acostumbraba a darme órdenes, el tono de voz y su postura me recordaron cuando se enojaba conmigo, algo que claramente todos los hijos podemos adivinar es cuando mamá se molesta, más que nada por experiencia.
Colgar mi abrigo e hice lo que me pidió, si algo la había molestado no era yo y tampoco tenía muchas ganas de saber, probablemente si preguntaba saldría de algún modo salpicada en el asunto. Verlas comer sin decir nada era tan incomodo que apenas había comido la sopa y me sentía satisfecha, no creía soportar ni un trozo de fruta del postre.
-Estoy un poco llena y estaba...
-Astraea necesito que te sientes, hay un tema del que debemos hablar - ordeno la abuela
-Pero...
-No hay protesta que valga, la niña debe saberlo porque iremos - hablo la abuela interrumpiendo a mi madre
-Pero ni siquiera los conozco, son cosas del pasado que no tienen nada que ver conmigo o con mi hija, hemos estado lejos mucho tiempo para mi lo importante es el futuro - protestó mi madre
-¿Pero de que están hablando? - pregunté confundida
-No me interesa si tú no quieres ir, después de toda la educación que te di, es tu decisión botarlo todo, pero mi niña conocerá la verdad y va a decidir si me acompaña o no- la enfrento la abuela
Mi madre solo murmúralo que era como hablar con un muro y se fue del comedor.
-Abuela ¿porque mamá está tan molesta?- no lograba entender nada de nada
La abuela suspiró y me miró a los ojos, parecía bastante cansada.
-Está tarde después de muchos años ha llegado a casa una carta de mi familia, que por ende es vuestra familia, me han mandado a llamar porque finalmente ha pasado algo grave, mi último sobrino ha fallecido, y ha pedido que vaya de inmediato a casa -explicó la abuela mientras se servía un poco de té
-¿Y eso que tiene que ver con que mamá se niegue a ir? ¿No quiere acompañarte?
-Es un poco más complicado cariño, verás tú madre es un poco terca respectó al tema de la familia porque ha perdido bastante y siente que nada los conecta...
-Pero es su familia, tu siempre nos contabas sobre tu hermano y la leyenda de algunos de tus antepasados ¿mamá no tiene ni un poco de curiosidad? ¿De todas formas porque tienes que volver a casa? ¿Es por la herencia?
-Mi niña, es un poco mas complicado que eso, veras mi padre era un marqués en mi tierra, solo tuvo dos hijos, su precioso heredero mi hermano y yo, su única hija a quien amo demasiado, cuando cumplí dieseis años fui prometida a un joven de una familia importante de aquí, igual aristócratas pero era un segundo hijo como yo así que aparte de nuestras respectivas fortunas ninguno de nosotros tenía muchas responsabilidades en nuestras familias.
-Abuela eras muy joven ¿por eso tuviste muchos hijos?
-Espera niña, debes escuchar todo antes de sacar conclusiones, yo era muy joven pero mi estatus en esa época indicaba que era normal contraer nupcias, para eso me habían educado, si bien mi padre me había dado una educación igual a la de mi hermano también estaba consciente que era una dama, debía actuar como tal y me casé, no le conocía mucho, pero mi padre jamás me entregaría a cualquier persona, en eso no me equivoqué, con el tiempo llegue a quererlo demasiado y tuve con el cinco hermosos hijos.
-¿Quieres decir que mi madre tuvo hermanos?¿los que tienes en las fotos de tu cuarto?
-No, tu madre fue hija única.
-Entonces...
-Escucha cuando mi ultima niña nació perdí a mi marido, en aquel tiempo dijeron que fue un accidente mientras viajaba, habíamos tenido cuatro niñas y un niño, el segundo de mis hijos era el heredero natural e incuestionable, así que todo el dinero de mi marido pasó a mi cuidado sin discusión, mi suegro me devolvió mi dote para mis hijos y cuando mi padre me pidió volver a casa para que mi familia me apoyara acepte, era una mujer con una fortuna decente, muchos hombres quisieron pedir mi mano, pero me negué a todas las peticiones y respaldada por mi familia cuide de mis hijos, cuando los perdí me enteré de un pequeño secreto, tú madre es la única nieta que tengo, es la única hija de mi niño, así que regresé al país de mi marido y la crié como mi hija.
-Entonces tú eres mi bisabuela y no mi abuela ¿cómo murió mi abuelo? ¿Tu familia no los iba a proteger?
-La mayoría en mi familia fueron asesinados, por eso alejé a tu madre de ahí, pero si mi sobrino pidió que regrese es porque no estaba tranquilo con la situación que quedaría a su muerte.
-¿Pero no te duele volver? ¿Cómo mataron al abuelo?
-Lo cierto querida es que no se exactamente cómo murió tu abuelo, siempre fui muy cuidadoso y discreto, mi hijo era alguien excepcional incluso para meterse en líos.
-¿Porque jamás me dijiste algo?
-Siempre cuide de tu madre y con el tiempo ella estaba más interesada en otras cosas que en recordar a su padre, conforme mi edad avanza se qué hay temas que a ustedes no les interesan, así que me lo calle, estoy segura que la última vez que te conté alguna historia de mi familia tenías cerca de doce años.
-Lo siento...
-Es algo normal, la vida cambia y lo que les interesa también, ahora querida ¿me acompañarás a casa?
Lo pensé un momento, tal vez un viaje me ayudara a escribir y tal vez el viaje me ayudara a ver con mis propios ojos los lugares de los que la abuela siempre me había contado.
-Lo haré, pero quiero que me lo cuentes todo.
ESTÁS LEYENDO
El hombre de los mil rostros (PRÓXIMAMENTE)
Teen FictionUna historia que se guardo en secreto para que nunca viera la luz, porque no era digna, porque era escandalosa, porque era vergonzosa, porque no estaba a la altura de la familia, porque no hablaba de los cánones correctos. Una mujer destruyó su vid...