Sigo Amándote || Kooktae

VII

–Entonces nos separaron y a él lo obligaron a casarse–

Miró a sus alumnos, notando como algunos estaban apunto de llorar por la historia de su amor de juventud.

–Y yo, bueno, no pude encontrar a alguien más, me negaba a estar con alguien más que no fuera él–

Derramó una pequeña lágrima que limpió rápidamente, pero siendo notada por sus alumnos.

–Aún lo sigo amando–

Tras esas palabras que salieron levemente quebradas, el salón se convirtió en guardería de niños pequeños, con todos llorando a moco tendido.

–¡Profesor, déjenos abrazarlo!–

Dijeron todos.

Taehyung sonrío, la primera sonrisa que sus alumnos veían, pero era una sonrisa triste.

–No sean tontos muchachos, volvámos a la clase–

Se bajó del escritorio, tomando el plumón y libro, y nuevamente se dió la vuelta al pizarrón para terminar de apuntar, mientras los chicos comenzaban a escribir, con un feo sentimiento en sus corazones.

Pero rápidamente todos se dieron una mirada que decía algo que solo los alumnos entendieron mientras el profesor estaba dándoles la espalda para terminar de escribir.

[•••]

Un par de semanas después...

Taehyung regresaba a su casa, era pequeña pero acogedora.

Abrió la puerta, notando que algo caía por ésta, mirando ya en el suelo que se trataba de una carta.

La tomó creyendo que era algo del banco o por el estilo, pero al ver quién la enviaba, sus piernas se debilitaron, sus ojos se cristalizaron, y su corazón comenzó a latir fuertemente.

De: Jeon Jungkook.
Para: Kim Taehyung.

A-Taehyung, después de 12 años nuevamente me puedo poner en contacto contigo, aunque sea por medio de ésta carta.

Quiero decirte que te sigo amando, aún después de casarme obligado por mi tío, y que al fin, soy libre para volver contigo.

No sé si aún sigas amándome, si ya conseguiste a alguien más, o que incluso quieras estar conmigo, no lo sé, pero en mi corazón, espero que podamos volver a estar juntos como hace 12 años.

Sé que desaparecimos de aquí después de mi compromiso, pero he vuelto, ahora mismo estoy a punto de aterrizar en el aeropuerto internacional, calculé correctamente el tiempo para que esta carta llegase justo cuando esté a 30 minutos de aterrizar, ya sabes, me encantan las matemáticas.

Espero que podamos vernos, y poder hablar.

Podríamos reunirnos en aquel restaurante que nos gustaba tanto, ya sabes, donde salíamos a nuestras citas secretas.

Espero aún siga abierto después de tantos años.

Con amor.

–Jungkook.

[•••]

Se encontraba de pie frente a un local que estaba cerrado, era el restaurante que Jungkook mencionaba en la carta, se encontraba bastante nervioso realmente, no sabía como se miraría despues de tantos años Jungkook, o si su ahora apariencia le atraería a él, parecía un hombre gruñón con tan solo 27 años.

Suspiró mirando a las personas pasar, con sus manos sujetando un bolso que cruzaba por su pecho dónde llevaba sus pertenencias como celular, llaves, cartera, tarjetas, etcétera.

–¿A-Taehyung?–

Una voz suave pero gruesa lo llamó, haciéndolo voltear rápidamente, mirando aquel rostro tan conocido.

–¿A-Jungkook?–

El hombre contrario sonrió, atrapándolo en sus brazos.

–Si, soy yo–

Taehyung se aferró rápidamente al abrazo, sintiendo todas sus emociones salir de golpe, sintiendo su cuerpo temblar levemente.

–Sigo amándote, te he amado siempre, todo éste tiempo–

Las lágrimas comenzaban a caer, cubriendo las mejillas rosadas.

–Yo igual A-Taehyung, nunca dejé de amarte–

Lo pegó aún más a él, sin importar nada más, estaban juntos, y aún no se lo podían creer, 12 años que no sabían nada del otro desde su separación, y ahora, finalmente podían sentirse una vez más.

–Te amo, te amo, te amo, te amo A-Taehyung, te amo, te amo tanto–

Cada te amo llenaba ambos corazones con alegría, con color, con vida.

Las personas iban y venían, y ellos permanecían ahí, aferrados como si al separarse despertarán de un sueño y que todo se esfumara como una cruel broma de su mente.

Pero no, ahí estaban, juntos.

–Veo que nuestro restaurante favorito está cerrado–

Susurró Jungkook después de un largo tiempo de estar abrazados, pero aún sin soltar al menor.

–Si, lo cerraron hace tres años–

Murmuró secando sus lágrimas.

Y sin importar nada, se besaron, se besaron como si su vida dependiera de ello, se besaron con ternura, tratando de expresar todo lo que sentían por el otro.

Estaban tan felices, nadie les quitaría ésto otra vez, esta vez ni el miedo, el nerviosismo o pánico los haría quedarse callados sin defender lo que tienen juntos una vez más.

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Aah, ya están de nuevo juntos :')

Les amo ♡