Capítulo 13.

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—Espero te vaya muy bien en tu viaje a Corea —suspiro Andrés con nostalgia.

—Son unas largas vacaciones para mi —dije alegremente—, después de todo tendrás que hacerte responsable por mi y espero que no te comportes como un niño al tomar decisiones —concluí burlonamente.

—Ten un respeto soy mayor que tú —molesto sacando la lengua.

Después de esa corta despedida logré subirme al avión con mucha nostalgia acumula, quería solamente ver a mis padres y hermana; para después ver a los chicos, los cuales tenía entendido por ellos tenían unos días libres; sonreí al pensar que podría estar con ellos como en los viejos tiempos, aún que a uno no podría ni verlo en pintura sin sentir ganas de darle un golpe. Cambie mi forma de ser con los demás, ahora me convertí en una persona con educación gracias a mi hermano; pero recordar a ese chico sacaba lo peor de mi, más recordar que esta con la persona con la cual me engaño esa noche, haciendo trizas mi corazón. Tenía rabia acumulada, no podría saber cómo reaccionaría si lo llegaba a encontrar.

Un mensaje antes de despegar el avión hizo que tomara mi teléfono sin darme cuenta.

Nam:

No puedo creer que ahora todos se casarán, solo falto yo; preséntame a tu hermana.

Y no es sarcástico mi comentario.

Reí.

Una noche anterior había decidido contarle sobre lo que había ocurrido, faltaba contárselo a los demás pero creo era muy necesario hacerlo personalmente para invitarlos con formalidad. Estaba olvidando la parte más importante por un instante.

Jungkook.

Tenía entendido que él no vivía ya con ellos hace meses así que supongo podría llegar de sorpresa en estos días, tengo demasiadas ganas de verlos; arreglar las cosas con Taehyung sería mi prioridad más grande, ya que me mando mensajes largos pidiendo perdón y yo solamente los ignoré durante semanas. Fue muy inmaduro de mí reaccionar así, cuando él es libre de tomar decisiones y estar con quien él quiera.

Negué dejando de pensar.

Tengo otra prioridad, se lo prometí a mi hermano.










Narra Jungkook.


—Estoy agotado —exclamó Jimin

Suspire molesto.

—Pronto debemos volver a trabajar solo tenemos unos días de descanso —gruñí.

—Casi un mes —recriminó.

Me encontraba bastante estresado sin poder creer que esta coreografía no salía a la perfección como estoy acostumbrado. Siempre fui demasiado quisquilloso y competitivo, todo debía salirme a la perfección o si no ganaba en todo lo que competía me sentía una basura; siempre fui perfecto en todos los sentidos. Esta no sería la excepción.

La coreografía con Jimin terminó a media noche como de costumbre; los demás habían decidido ir a descansar, para disfrutar los días libres que nos habían dado en la empresa, no sabía si sentirme tranquilo o molesto, amaba mi trabajo y a la vez lo odiaba por lo perfecto que tenía que ser para no decepcionarme a mí mismo. El más pequeño del grupo se fue dejándome solo, me recosté en el frío piso mirando al techo.

—Que gran lugar para pensar —susurré sarcástico y inquieto.

Definitivamente no me encuentro para nada bien, estaba por contraer matrimonio por una chica que no siento amor, al principio creí sentirlo con el tiempo he intentado engañarme a mi; no podía olvidar, salí con tantas personas y no podía sacar a esa persona de mi cabeza, la cual me dejó solo sin explicaciones y sobre todo nunca me busco en mi peor momento. Negué con la cabeza. No debía seguir pensando en esas cosas, estoy con una buena persona y en unos meses voy a contraer matrimonio con ella. Nada malo tiene que ocurrir.

Tome mis cosas para irme directamente a mi departamento, hace unos meses tome la decisión de vivir solo; maduramente decidí que si quería traer chicas a un lugar no tenían porque escucharme mis amigos; más que no me apoyaban la idea de engañar a Sun cada que me venía en gana. Ella me conoció así, supongo que me ama realmente.

Aún que ellos tuvieran sus casas propias seguían viviendo en ese lujoso departamento todos, cosa que no acababa de comprender, necesitaban su espacio o tal vez no podía con cada mañana que nombraban a Luna. Nam todas las mañanas atormentando mi mente cada vez que podía diciendo o contando a los demás que hacía ella, comprendía es su amiga pero lo que no terminaban de entender es porque lo hacía delante de mi.

Reí ante mis pensamientos.

Llegando me recosté en él sillón cayendo rendido por el sueño.

Los días siguientes fueron demasiado relajantes; Sun se encontraba de viaje porque quería ir por un vestido de novia al otro lado del mundo, cosa que agradecí al cielo porque hace mucho no tenía tiempo solo. Disfrute bailando, jugando, saliendo con mis amigos y coqueteando con algunas chicas en bares, no había dormido con ninguna, realmente ya me aburrían; comenzó a volverse monótono para mi.

Los chicos decidieron hacer una comida todos juntos ya que hace bastante tiempo dejamos de hacerlo porque me fui a vivir independientemente de ellos, a pesar de siempre salir con ellos o estar en el trabajo conviviendo, todos se pusieron en mi contra hasta que acepte la comida que organizaban, el más emocionado fue Jin; ama cocinar al igual que yo.

—!Vamos Jungkook! —exclamó haciendo un ademán Jin—. Apúrate o se nos va a enfriar niño —gruñó yendo a la cocina me

Suspire cansado para después levantarme de el sofá y apagando la televisión, dado estaba jugando un poco los videojuegos que me gustan.

—Bien supongo que no le es suficiente estar todo el día juntos y se molestan por una comida —murmuré a regañadientes.

El timbre sonó, me pareció bastante extraño solamente había dos personas las cuales tenían completo acceso sin contar a nuestras familias que no vivían por el lugar o preguntaban si podían venir dos días antes por nuestro trabajo. Descarte a la primera persona en la cual no quería pensar dado Yoongi , Nam y Taehyung le dieron absolutamente todos los accesos incluso preferenciales de los residentes; la descarte de inmediato al recordar que ahora su trabajo no la deja llegar en cualquier fecha y sobre todo que me dirían los chicos para no estar presente; no quería mirarla y eran conscientes de ello. La segunda opción es Sun, me guié por esta así que supuse regreso de su viaje en búsqueda de ese vestido que me insistió en comprarle y siempre llega sin avisar.

Camine hacia la puerta antes de abrirla sentí un pequeño empujón.

—¡No puedo creer que esté aquí! —exclamó emocionado Tae haciéndome a un lado.

Todos llegaron atrás de él felices como si de él dueño de nuestra empresa se tratase.

—Recién me aviso —comentó.

—¿Tanta emoción por ver a Sun? —pregunté desconcertado.

—No es ella —dijo Hoseok.

Taehyung abrió la puerta dejando ver a la persona que se encontraba detrás de ella; entonces la vi y me di cuenta que todo lo que había dicho era mentira. La seguía queriendo, ahora se veía una persona diferente a la que se fue y me dejó. Ella abrazó a Taehyung, haciéndome sentir celoso de que lo abrazara como nunca lo hizo conmigo. Mi corazón latió con fuerza haciendo que apretara los puños para controlar mi ansiedad.

—Nos aviso de sorpresa no sabíamos que vendria —susurro Jin en mi oído.

Al terminar su abrazo con Taehyung, su mirada cayó en todos los demás mirándolos con un brillo en los ojos, a excepción de cuando logró mirarme después de recorrer a los demás con esa mirada. Me odie al no poder reaccionar, solamente la mire con odio al recordar todo lo que me hizo pasar.

—Debo irme —murmuré molesto pasando a un lado de ella.

Nadie me detuvo.

Entendí esa tarde que nunca pude borrarla de mi mente a pesar de todo lo que intenté para hacerlo.

Por dos semanas  | Jungkook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora