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Sus largos dedos se clavaban en la perfecta cadera del omega ayudándolo a brincar sobre su ancho pene, la forma en que Agust miraba a Hoseok era tan difícil de descifrar sentía el enojo pero también el deseo y el placer, algo le recorría en el cuerpo al mirar la cicatriz en su ojo derecho, por algún tiempo le tuvo un poco de temor la mirada profunda de Agust y más con aquella cicatriz, era como si estuviese mirando a un villano de alguna película, un ardiente y exquisito villano torturando su punto sensible. Agust recorrió con su mano todo su pecho hasta llegar a su cuello donde la apretó con suavidad y las gemidos de Hoseok lo excitaban aún más. Cambiado de posición, colocando al omega en cuatro y mientras seguía penetrandolo con un ritmo más fuerte y violento con su mano en su cuello pegando su pecho contra su espalda, apretando un poco más el agarre sin dejar de entrar y salir de él haciéndolo lloriquear.

—Quiero escuchar de tu voz ¿quién es tu dueño?— esa voz profunda y ronca hacia qué cayera en una especie de hechizo e hiciera todo lo que el alfa le pedía y exigía.

—Agust— exclama—. Agust es mi dueño.

—¿Quién?

Se movió más rápido, mucho más escuchando claramente chocar sus pieles por las fuertes embestidas, el omega lloriqueaba por el placer y más al sentir como Agust golpeaba su próstata. Agust apretaba los dientes y su mente le jugaba de una manera tan increíble que le hacía perder la noción, por un momento imagino a Hoseok siendo follado por Yoongi, su hermano besando cada rincón del cuerpo del omega y este simplemente sonriendo y gimiendo para él, los celos se apoderaron que el iris de sus ojos de Agust se volvieron rojizos, su mano se deslizó a la mandíbula del omega apretando un poco haciéndolo que este se queje del agarre.

—. ¿¡Dime a quien putas le perteneces!?— gruñó.

—A ti, Agust— sintió un poco de miedo por el tono de voz que estaba utilizando, sin embargo, no tenía que darle a reflejar o este se aprovecharía de su vulnerabilidad.

—Solamente para mí, no puedes ser la puta de ningún otro hijo de perra, ¿lo haz entendido?— lame la mejilla del omega y sonríe—. De ningún otro porque lo mato.

Lo toma completamente para levantarlo y mientras se sostiene sobre sus propias piernas, Hoseok sabe que debe saltar sobre de él y lo hace tan bien que de un momento a otro el alfa se relaja, lo sabe bien porque está besando su cuello y sus hombros pasando la lengua por la zona. Hoseok siente su cuerpo tenso y hormigueado, y como si lo supiera Agust también acelerando la penetración para que ambos puedan alcanzar el orgasmo, el agujero del omega se aprieta cuando se corre y eso al contrario le fascina y gruñe tan fuerte al hacerle saber que está satisfecho y chorros de semen llenan todo el condón, inmediatamente que acaba sale de él antes de que Hoseok le muestre su cuello para poder ser mordido por él. Está desorientado al notar como lo aparte de él como si le molestara, aunque debería estar ya acostumbrado por el comportamiento del alfa de siempre que cada vez que tienen sexo es lo mismo, pero no deja de dolerle porque lo único que desea es que lo mime y pregunte si esta bien o no. Agust se levanta por un momento de la cama para tomar su chaqueta negra en busca de un cigarrillo y un encendedor, y finalmente encenderlo y consumir de él.

Hoseok toma rápidamente las sábanas para cubrir su cuerpo, que al parecer, ahora está temblando de frío. Agust ríe al verlo tan pequeño e indefenso tratando de taparse todo.

—Como si jamás hubiera visto tu cuerpo— le da una calada y después expulsa el humo—, que irónico. Quítate esa maldita sabana, tu cuerpo debe estar a mi vista.

—Tengo frío— le aclara.

—No me interesa, quítatela.

No dice nada y obedece, se abraza así mismo y baja la mirada. El alfa sigue mirando sobre el ventanal y su mente sigue divagando por la llegada de su hermano, está algo desconfiado y más por el simple hecho de ver cómo tomó a Hoseok, no quiere decir nada ni reclamar nada porque para él sería verse inseguro.

—Quería preguntarte algo.

—Dime.

—¿Cuándo será el momento en que me marques?

Agust da la última calada para después tirarlo y pisar sobre de él, ríe como si hubiera contado uno de los mejores chistes del mundo por la repentina pregunta del omega.

—¿Q-qué? ¿Estás hablando enserio?

—Llevamos casi dos años juntos, creo que...

—Espera un momento, bombón— para de reír y se queda frente a la cama—, ¿crees que lo que tenemos es algo serio?

Hoseok asiente.

—¿Tú no?— siente su corazón palpitar con rapidez por los nervios—. Agust, hay muchos omegas que están detrás de ti, deben saber que por lo menos yo soy tu omega.

—¿Y crees que porque llevamos casi dos años de estar juntos debo marcarte?— vuelve a reírse, y el alma de Hoseok se cae ante sus pies—. No, Hoseok, estás llevando todo esto tan apresurado, Maldita sea.

—¿No me amas?

—Mira, lo mejor será que te calmes, no sé, toma un baño y ponte a ver alguna de esas películas ridículas que le gustan a los omegas.

Recoge su ropa del suelo y se dirige al baño para tomar un baño, no podía tener olor del omega impregnado. Al salir ya vestido solamente le dijo un nos vemos luego lanzándole un beso y saliendo de la habitación de Hoseok. Nuevamente se quedó solo con un enorme vacío en el pecho, se levantó de la cama y se dirigió al baño, abriendo la regadera y metiéndose en él lloro como un niño pequeño, su cuerpo claramente olía a la fragancia del alfa así que tomando su esponja de baño se lo pasó violentamente para poder quitárselo, su tristeza se convierte en odio y lo maldice cada vez que puede. ¿Cómo pudo ser tan tonto? si varias veces ha evitado ese tema de la marca y no solamente eso, sino, también, ser negado frente a alguno de sus amigos cuando este llegó a buscarlo para decirle que un maldito hijo de perra lo quería tocar, Agust simplemente dijo:

"Maldición, Hoseok, que no estás viendo que estoy en una conversación muy importante, no tengo tiempo para tus jodidos problemas".

Y cuando lo ignoró el resto del día y de la noche ahí estaba rogándole pidiéndole perdón y diciéndole que no era su intención haber sido de esa manera, pero como el tonto enamorado que está de él lo perdono y como siempre le volvió a entregar su cuerpo. Aunque en un momento se había convertido en alguien más atento y cariñoso con él que por fin creyó que podría marcarlo, en ese tiempo había visualizado su futuro con una hermosa boda, él estando preñado de su primer cachorro y Agust feliz haciéndole cariños a su vientre hinchado y completamente emocionado por la llegada, teniendo una casita tan preciosa y acogedora, y todo eso se derrumbó cuando nuevamente volvió a tratarlo como la mierda, como si fuese un juguete con quien entretenerse, se desahogaría tanto como pudiera hasta que fuese un día muy distinto.

Tal vez la noche anterior fue una total mierda, pero la mañana siguiente jamás creyó que Min Yoongi le regresaría todas aquellas sonrisas que Min Agust le había apagado.

El alfa tenía un olor distinto a su hermano gemelo, este tenía un olor mucho más tranquilizador que la nariz de Hoseok picaba por clavarse en su glándula de feromonas y olfatearlo todo lo que restara del día, también su voz suave relajaba todo su cuerpo deseando que jamás dejara de platicarle lo maravilloso que era Italia e incluso demostrándole que sabía perfectamente el idioma. El omega parecía un adolescente recargando su barbilla junto a sus manos prestándole total atención a Yoongi.

—¿Puedes decir algunas palabras en italiano?— pregunta emocionado, Yoongi le sonríe con ternura.

—¿Qué quieres que te diga?

—Cualquier cosa, no importa que sea.

—Sei la cosa più bella che i miei occhi abbiano mai visto.

Y cómo si Hoseok pudiese entenderle sonrió con su lobo emocionado deseando que el alfa aunque sea le tomara la mano. Lo que ellos dos no sabían era que en un rincón estaba Agust con las manos a puñadas con la rabia en su punto, deseos de arrancarle la garganta a su hermano.


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Gracias por leer.

Gemelos Min | Yoonseok Donde viven las historias. Descúbrelo ahora