❍❍ ❝𝕯𝐎𝐒 𝕱𝐀𝐍𝐓𝐀𝐒𝐌𝐀𝐒,
╰───➣ solo somos dos 𝒇𝒂𝒏𝒕𝒂𝒔𝒎𝒂𝒔 de pie
en el 𝒍𝒖𝒈𝒂𝒓 de ti y de 𝒎𝒊
tratando de 𝒓𝒆𝒄𝒐𝒓𝒅𝒂𝒓 cómo
se 𝒔𝒊𝒆𝒏𝒕𝒆 tener un latido del 𝒄𝒐𝒓𝒂𝒛𝒐́𝒏. ❞ ◌⇛
⠨⠨⠨⠨⠨‹‹ ☪⁺ ₊•ₒ◌ ▬▬▬▬▭ °𖤐（𝙱𝚄𝙲𝙺𝚈 𝙱𝙰𝚁�...
∬•⁺⇢❝𝓒𝙰𝙿𝙸𝚃𝚄𝙻𝙾 𝓤𝙽𝙾 ¡! ❞‵、 ☞✥❰❬ ◌⁺₊°.◌↠Tristemente, siempre
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𝓡𝑨𝒀𝑴𝑶𝑵𝑫 𝑭𝑶𝑺𝑺𝑼𝑴 𝑵𝑬𝑹𝑽𝑰𝑶𝑺𝑨𝑴𝑬𝑵𝑻𝑬 CHUPÓ LA CARNE CICATRIZADA DE SU LABIO INFERIOR MIENTRAS SE AJUSTABA LA GORRA DE VESTIR DE VISERA EN LA PARTE SUPERIOR DE SU CABEZA. Se sintió como un niño una vez más, su madre lo obligó a ponerse un montón de gruesos abrigos de invierno en la tienda que lo hacían sentir como un malvavisco blando.
"¿Podrías detener esto?" Una ligera risa vino de su lado. Una mano golpeó su ajuste lejos de su cabeza antes de colocarla tranquilizadoramente sobre su hombro a modo de consuelo. "Te ves genial. No podría encajar mejor".
"Creo que el chico me dio una talla demasiado grande". Raymond se burló mientras tiraba de la tela de algodón de su uniforme militar. Hizo una mueca ante el espacio que sentía entre la tela y su cuerpo debajo. "Apuesto a que también lo hizo a propósito. Nunca le agradé mucho".
Bucky Barnes soltó una carcajada ante las palabras de su amigo, mirándolo con una sonrisa. "¡Sí, tal vez sea porque una vez arrojaste piedras a sus ventanas!"
"¡Ahora no actúes como si no hubieras ayudado!" Fue la única defensa del chico mientras cruzaban la calle juntos. Algunos extraños enviaron asentimientos de reconocimiento y respeto, lo cual fue correspondido. Raymond sacudió la cabeza con desdén. "¿El tipo sabio pensó que lo vería besando a mi madre un día y luego saliendo de compras con su esposa al día siguiente y lo dejaría libre? Pocas posibilidades".
"Casi nos atrapa cuando tropezaste y te caíste. Tuve que entrar y salvarte". Bucky recordó de manera jactanciosa, luciendo orgulloso en su traje militar que se ajustaba a su amplio físico. "Steve casi sufre un ataque al corazón".
"Bueno, entonces considérelo una buena práctica para usted, sargento Barnes". Bromeó Raymond, jugando con los puños de sus mangas mientras se volvía hacia su amigo; un lado de su labio se levantó un poco, una leve sonrisa a pesar de las probabilidades.
Bucky solo pudo reír ante la mención de su título recién ganado, y agachó la cabeza. Detrás de la solapa de su sombrero, su amigo creyó detectar el polvo rosado de un rubor que cubría su rostro. El hombre Barnes le dio un codazo en el costado. "Venga ya."
"¡Es verdad! Vas a salvar hombres a diestro y siniestro en ese campo, Bucket. Marca mis palabras". Prometió Raymond, agitando su mano como la bandera de la libertad que simbolizaba aquello por lo que estaban luchando.
