50. Concentración.

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Jungkook experimentaba una profunda incomodidad que surgía de los celos que le provocaba cada palabra que Jimin plasmaba en su carta. Se encontraba atrapado en un conflicto interno, pues no deseaba aquel sentimiento. No quería que la envidia manchara su creciente cariño por Jimin. Sin embargo, una parte de él anhelaba desesperadamente un poco de afecto, ansiando que su miedo se limitara a las tablas que crujían en el suelo de su hogar en lugar de temer la llegada de su padre, ya fuese en estado de embriaguez o bajo los efectos de la cocaína.

La ausencia de Jimin lo atormentaba. Anhelaba desesperadamente encontrarse con él y rogarle perdón por los celos que había sentido. Para él, esos sentimientos parecían una completa tontería, una estupidez irracional; en su interior, se percibía a sí mismo como un monstruo que crecía alimentado por emociones negativas. Detestaba la incapacidad de mostrarse feliz por la alegría de Jimin, odiaba no ser el chico dulce que ansiaba ser, y se odiaba a sí mismo por no saber amar sin sentirse como la peor escoria del mundo.

La oscuridad de la noche ya había caído cuando su padre apareció en casa acompañado de una mujer de actitud inusualmente afectuosa para ser la primera vez que se encontraban. Jungkook, perturbado por la presencia incómoda de ambos, tomó la decisión de refugiarse en su dormitorio. Desde que había regresado a casa, cada vez que se encerraba en su habitación, solía colocar un mueble junto a la puerta debido a la falta de un cerrojo.

Lloraba un poco cada vez que releía las notas que Jimin le había enviado a lo largo del año. Estando solo, podía darse la libertad de llorar sin sentirse avergonzado de sí mismo.

Había crecido pensando que llorar era netamente negativo, algo que un hombre no podía hacer. Su padre se enfadaría si lo veía llorar, incluso cuando era apenas un niño, no podía hacerlo, tenía que mantenerse estoico y adquirir una fortaleza que no le sentaba bien.

Jungkook había crecido acostumbrado a los ruidos extraños, a los gritos y a las peleas escandalosos. Cada vez que un compañero se preguntaba cómo podía estudiar con el bullicio, él se encogía de hombros y le quitaba importancia, diciendo que simplemente tenía una gran capacidad para concentrarse.

Cada noche, Jungkook se sumía en sus libros, dedicándose en cuerpo y alma a estudiar para su último semestre, a pesar de saber que sus posibilidades de ingresar a la universidad eran casi nulas. Aunque se esforzaba incansablemente, sentía una responsabilidad inquebrantable hacia su padre. Era un sentimiento complejo.

A pesar de los altibajos, Jungkook apreciaba a su padre en cierta medida, pues era el único vínculo familiar que le quedaba. Sin embargo, también albergaba sentimientos de profundo resentimiento que pocas personas podían entender. En ocasiones, anhelaba que su padre muriera, que nunca regresara a casa y lo dejara en paz de una vez por todas. Pero esos pensamientos oscuros a menudo eran reemplazados por un sentimiento de culpa abrumador, ya que, en el fondo, su padre era lo único que tenía en el mundo.

Cuando tocaron su puerta, dejó el libro que sostenía de lado y se puso en pie, sin abrir la puerta, nunca hacía tal cosa, había aprendido su lección en el pasado, prefería ser precavido.

— ¡Jungkook, necesito condones! — Gritó su padre en la puerta.

Jungkook frunció el ceño, si conocía bien a su padre, sabía que no era del tipo que se cuidara en el acto sexual. Lo había comentado algunas veces, como no se sentía a gusto teniendo algo que le cubriera.

— ¡No tengo! — Respondió con sinceridad, desde que se confesó a Jimin, no pretendía estar con otras personas.

— ¿Cómo que no tienes? — Escuchó a su padre bufando como un animal de granja —. Mocoso inútil, siempre traes mujeres. ¿Te volviste un chupa penes ahora?

— No tengo, ya dije.

Retirándose de la puerta, volvió a sentarse con su libro sobre el regazo. No le respondería mal a su padre, no era ese tipo de persona. Jamás le faltaba el respeto a pesar de lo mucho que le fastidiaba.

— Tendré que darle por el culo.

Dejó de escuchar la voz de su padre en el pasillo y los ruidos morbosos llegaron hasta su habitación después de unos minutos. Sabía que la duración no era realmente extensa y que a lo sumo estarían por diez minutos gritando como salvajes, pero le disgustaba, siempre lo hacía.

Volvió a leer la última carta de Jimin, cuando le dijo que se encerraba con sus perros y gatos en su enorme casa, cuando comentaba que sus padres salían por la noche a comprar al supermercado, cuando todo parecía perfecto.

Las lágrimas volvieron a brotar de sus ojos, envolviéndolo en una sensación de nostalgia. En ese momento, se sintió como un niño ingenuo una vez más, deseando el cálido abrazo de cualquiera.


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Nota: Holensss mi gente bella y saludos especiales a mis seguidores que siempre votan ❤️ recordar que esto viene de la canción fine line y si eran puras notas lindas no tendría sentido el título jdjdjd

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Nota: Holensss mi gente bella y saludos especiales a mis seguidores que siempre votan ❤️ recordar que esto viene de la canción fine line y si eran puras notas lindas no tendría sentido el título jdjdjd. Pero sí que la vida es difícil para mi niño, realmente es triste todo lo que pasa y lo que esconde muy bien. No sé, sigo enojada por la gente poco empática con él, porque siento que como son poco empáticas con un personaje que no existe, también lo son con personas reales, pero bueno. Preguntita abajo, Carlitos fuerans.

¿Les cuesta concentrarse?

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FINE LINE 紙一重 KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora