Las punzadas que siento dentro de mi cabeza me hacen querer regresar a la cama, pero estoy comprometido con mi trabajo y en especial a destruir todo lo que represente una amenaza; después de todo el ajetreo solo dormí cuatro horas me obligué a levantarme y resolver la lista de pendientes.
Estoy a punto de llamar a Giulio para darle unas indicaciones, pero no será necesario porque ingresa a mi oficina sin llamar antes; mi intención es reprender su acción, sin embargo, es él quien se adelanta.
—¿Le encargaste algo a Joana y Léa?
—No —¿Qué está pasando?
—Varenka las ha estado buscando porque necesita que continúen con el entrenamiento y los móviles al parecer no tienen señal.
—Seguramente fueron a solventar algo con algún socio, no hay porque enfocarse en ello —contesto.
Giulio ya no le da importancia al asunto y seguimos trabajando con la organización de las entregas, realizando pagos, llamadas y muchas cosas más. Superviso que en el transporte todo vaya correcto, debo entregarle algunos documentos firmados a las personas que vinieron por la mercancía y me dirijo a mi habitación porque se encuentran allí.
Voy directo al cajón y saco las carpetas, encuentro lo que necesitaba quiero solventar esto y seguir acortando la lista de pendientes, pero algo que se encuentra sobre mi cama capta mi atención; una caja negra mediana, arrugo mis cejas por la intriga y procedo a destaparla para ver el contenido, cuando lo hago un olor horrible me impacta obligando a cubrirme la nariz para evitar las arcadas que estaban empezando a formarse. Un espeso color rojo predomina el interior cubriendo, aunque dejando observar con claridad dos cabezas de animales que reconozco al instante haciéndome enfurecer e ir por mi arma.
Estoy cegado por las emociones y sentimientos que me abarcan, voy caminando por el lugar vociferando y exigiendo la presencia de alguien, pero nadie atiende mi llamado y eso incrementa todo lo que me está dominando.
Al acercarme al lugar donde se mantenían mis perros soy recibido por golpes que apenas soy capaz de responder, ubico a tres personas que logran inmovilizarme cubriéndome los ojos creando una situación de total vulnerabilidad para mí.
—¡Suéltenme hijos de puta! —les grito retorciéndome y preguntándome qué demonios ocurre.
—Será mejor que te calmes y obedezcas para que no te provoques dolor de verdad.
—Déjense de idioteces, a mí no me ordenan nada.
Tienen la osadía de reírse sin imaginar que sufrirán las consecuencias de esta ridiculez.
—Mejor te vas acostumbrando, Wolf porque será así de ahora en adelante.
Me trasladan hacia el lugar donde entrenamos a las personas que vendemos a los mafiosos, traficantes y todo engendro que solicite nuestros servicios, lo sé porque reconozco el camino empedrado y el crujir de algunas ramas secas.
Soy arrojado como si fuera algo inservible, además de impedirme la vista ahora me atan los brazos y piernas.
Percibo como se alejan y sigo gritando llamando a los miembros de mi grupo, pero callo cuando vuelven a ingresar y esta vez retiran la tela que cubría mis ojos haciéndome desesperar más y estar harto de este juego.
—¡Partida de imbéciles! Terminen con esto de una vez por todas.
—Ya te tocará lo que mereces —asegura uno de ellos.
Están totalmente cubiertos, no puedo verles el rostro como es de suponerse, pero que no canten victoria porque voy a enterrarlos vivos a la menor oportunidad que tenga.
El sonido de disparos me pone alerta escucho gritos y gente corriendo despavorida, no puedo creer que esto en verdad está ocurriendo cuando triplicamos la seguridad después de aquel incidente.
Los que me vigilan hablan entre ellos y abren la puerta dando paso a una figura alta que lleva puesta una máscara dorada y un vestido del mismo color, deja una distancia corta entre nosotros que deja percibir su aroma haciéndome saber su identidad sin que pronuncie alguna palabra.
—Tenía la certeza de que eras una maldita amenaza y tu presencia en mi vida no era una casualidad.
—Y, sin embargo, no hiciste nada al respecto —agrega a lo que dije.
Se quita la máscara sabiendo que no tiene ningún sentido seguir llevándola.
—Apuesto lo que sea a que nunca te imaginaste estar en una situación como esta —afirma.
—¿Qué es lo que quieres? —pregunto mirándola directo a los ojos queriendo aniquilarla con la mirada.
Sonríe y pide que le traigan una silla donde se acomoda y me ve haciendo un gesto de superioridad.
—Quiero muchas cosas, pero primero vas a escuchar atentamente la magnífica historia que he estado creando.
» De alguna manera siempre he estado relacionada con este mundo, incluso antes de nacer y no por voluntad o porque tuviera beneficios, todo esto que te ha mantenido con poder a mí me ha arrebatado lo más valioso de mi vida y por lo tanto voy a destruirlo y a todo lo que esté involucrado.
—Casi me haces llorar con ese relato, pero no entiendo porque te ensañas conmigo, no me he metido en tus asuntos y hasta hace poco supe de tu existencia.
—Te equivocas, porque hace tiempo estuvimos cara a cara y pude apreciar desde adentro las atrocidades que cometen al vender y comercializar personas como si fueran objetos.
Por ridículo que parezco quiero pensar que todo este teatro no es más que una de las tantas pesadillas que me han asediado por noches, no hay lógica ni coherencia en lo que esta mujer dice.
—Tengo organizados cada uno de los golpes de realidad que te daré—puntualiza—, el primero es que como lo supusiste bien no me llamo Alice, mi nombre es Mailen y soy una de las jóvenes que ibas a vender para que la prostituyeran y usarán a su antojo.
Al principio no significa nada ese nombre, aunque unos minutos después se vienen a mi mente aquellos enfrentamientos con una de las mujeres que buscaba constantemente darme problemas y se atrevió a desafiarme.
—Por tus expresiones deduzco que estas recordando, pero a la vez estas confundido—concluye —. Mi apariencia en ese entonces es muy distinta a la de ahora y lo hice para que llegada la hora de la venganza el impacto fuera mayor.
—Desátame si tan valiente te crees y hagamos un enfrentamiento por igual.
—Claro que lo haré, pero antes el segundo golpe.
Ingresan tres hombres cargando cada uno un bulto cubierto por sábanas negras, los colocan en el suelo y van retirando las sábanas para dejar al descubierto lo que ocultaban.
Las sensaciones que se producen ante aquella atrocidad, se asemejan a ser impactado por miles de alfileres calientes por la espalda.
Maldita sea.
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SENTIMIENTOS INVERTIDOS ✔️
Misterio / SuspensoUna mirada bastó para saber que buscaría captar más de tu atención, todo en ti me obligaba a descubrir lo que te rodeaba, nunca fui creyente de las llamadas "intuiciones", pero algo dentro de mí alertaba que debía dar marcha atrás a lo que fuera que...