Te vere otra vez

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Advertencia: esto es un Bad Bad ending, lea bajo su propio riesgo.

Esto es una paloma muerta no te la comas, si lo haces es bajo tu propia responsabilidad ya te advertí.

Fue increíble como un solo beso te mantuvo en las nubes todo el día, necesitaste todo de ti para centrarte en el trabajo y no contar las horas para que llegara la noche. Cato se tomó un momento de su día para enviarte un mensaje, un simple "te vere esta noche, dulzura" con un emoji de corazón al final. Solo ayudó a mantener el calor de la emoción en tu pecho.

El sol se ocultó en el horizonte y Cato no llegó, quizás hubo algún improvisto del que no pudo avisarte, después de todo a veces él llegaba a la mañana siguiente. Enviaste un mensaje deseándole un viaje seguro y te fuiste a dormir con un sentimiento amargo.
Sin embargo, por la mañana Cato tampoco llegó, ni contestó a tu mensaje. Seguiste con tu día en un estado constante de preocupación, mirando tu teléfono esperando cualquier respuesta.

La tercera noche en que Cato no llegó, estabas caminando por la sala de estar, llorando en silencio. No sabías como proceder, después de todo él es tu arrendatario ¿si desaparece es tu deber reportarlo? ¿La policía te tomaría en serio? ¿Y si algo horrible le pasó, si tuvo un accidente? ¿Deberías ir de hospital en hospital preguntando por él, te darían información o te dejarían verlo? Probablemente no, porque no eres familiar ni cónyuge, Cato tampoco dejó un contacto de emergencia, ningún familiar al que llamar en un caso como este.

Él no respondió ni un solo mensaje, las llamadas iban al buzón de inmediato. Llamaste a Matías en un intento de encontrar cordura y esperaste algún tipo de consuelo, al principio te reprendió por confiar en Cato y tener tal nivel de preocupación por él que dejaste de lado tu bienestar. Sabías que él tenía sus dudas sobre Cato, sobre sus intenciones y la poca información que proporciono sobre su vida. Detuvo su diatriba cuando te escuchó sollozar de una forma que hizo que su corazón se encogiera, te conocía lo suficiente para saber que te estabas culpando cuando no hiciste nada malo. Intentó calmarte, prometió hablar con su novia para ver que podían hacer, Matías no quería retractarse de su acuerdo de "Vive un año sin mí", pero prometió visitarte al día siguiente.

Con la promesa de Matías en mente, dejaste que el sueño te venciera en el sillón. El agotamiento producto de tres días de insomnio pesaba tanto en ti que no escuchaste cuando la puerta principal se abrió, olvidaste cerrarla.

Los pasos fueron silencio, pero se detuvieron al verte durmiendo, la figura dudo antes de acercarse. Se inclino sobre ti y en un momento contemplativo acarició tu rostro quitando del camino algunos mechones para apreciarte mejor.

Ante el tacto te estremeciste, despertando lentamente con la mano ajena aun acunando tu mejilla.

-¿Cato?-Dijiste antes de que tu mente pudiera ponerse al día con lo que lograba ver en la penumbra, el tacto frío del metal toca tu frente y de inmediato el sonido del disparo rompió el silencio de la noche.

Horas antes

Cato no quería añorar el "hubiera", pero no pudo evitar hacerlo mientras la sangre abandonaba su cuerpo y respirar se hacía más difícil. Siempre fue consciente de que su línea de trabajo lo mataría, pensó que no tendría arrepentimientos cuando el momento llegara, hasta que te conoció y comenzó a pensar que una vida tranquila no sería imposible.
En su último aliento Cato pensó en las personas que le importaban y que dejaría atrás, una lagrima se deslizó por su mejilla, nunca fue especialmente religioso, no creía en el paraíso y aún si existiera algo así sabía que nunca llegaría ahí. Sabiendo tu destino a manos de Dominic, deseó, antes de que sus ojos se cerraran para siempre, que existiera cualquier tipo de existencia después de la muerte, deseo al menos verte otra vez ahí.

¿Me darías un beso?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora