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"𝙎𝙥𝙚𝙘𝙞𝙚𝙨 𝙙𝙚𝙘𝙞𝙥𝙞𝙩" "La primera apariencia engaña a muchos."
*:･ﾟ✧✧˖˖˖┊LOS ECOS DE LA GUERRA resonaban en su hogar, haciendo temblar sus paredes y sacudir sus suelos, pero ni ella ni su fiel compañera felina se movieron de su posición, totalmente acostumbradas a lo que la guerra había llegado a ser hasta ahora. Pasando una página suavemente, se acomodó las pequeñas gafas en el puente de su nariz, acariciando de paso la cabeza de su peluda amiga acostada en su regazo. Cruzó sus pies, dejándolos reposando en el reposapiés redondo delante de donde estaba sentada, continuando con su lectura. La llama de una de las velas que tenía encendida en su mesa de cristal en el centro del salón bailó ante el sonido de un ataque y el tremor que llegó con el, haciendo vibrar sus paredes de nuevo. Pero ella no se inmutó, de nuevo. Solo acercó inconscientemente el libro hacia sus ojos leyendo la parte que continuaba.
"— Ella trazó la línea de su mandíbula mientras dormía, su corazón revoloteando cuando una pequeña sonrisa adornó sus labios. Ella sintió como si pudiera vivir ese momento para siempre; el momento entre su dedo acariciando la piel y la sonrisa que aparecía. Era algo suave y sencillo, pero se sentía como todo. En ese momento, se sintió hermosa. No porque ella lo fuera, sino porque incluso mientras él estaba dormido, su toque podría causar una sonrisa y—"
Un golpe demasiado cercano a su hogar resonó lo suficiente para que sacara la cabeza de entre las paginas y mirara a su alrededor. Su ceño se frunció cuando el silencio adornó el ambiente... y eso era lo más preocupante que podía pasar en medio de una guerra santa. Cerró su libro marcando la pagina y dejándolo encima de su mesa de cristal, aprovechando para apagar la vela y recoger entre sus brazos a su bola de pelo preferida, quien enredó su cola en su brazo, acomodándose y ronroneando. Se acercó a su cocina, mirando por las cortinas como la lluvia caía, más, no se escuchaba nada más...
Hasta que un destello iluminó la noche y ella se alejó un paso hacia atrás donde estaba ubicada, colocando las cortinas en su lugar. Unos segundos después, una gran ventisca chocó contra su hogar y luego el sonido del derrumbar su pared y destrozar todo lo que había por delante sonó, más, lo que sea que hubiera chocado contra su casa se arrastró por el suelo hasta acabar justo delante de sus pies, dejando una nube de polvo y escombros por todos lados.
Ella acarició a su tranquila gata y miró al suelo, impasible más que por una línea en sus labios.
— Oh, vaya.—
Fue lo único que pronunció, siguiendo acariciando la cabeza de su compañera, sin moverse de donde se encontraba, tranquila como siempre.
