Un instituto lleno de oscuros secretos, que serán revelados al una estudiante, sufrir un aparatoso accidente, que más que eso, es un intento de asesinato.
¿Haz escuchado alguna vez sobre que nuestra alma es el reflejo de otra? O ¿qué los mellizos o...
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━━━Capítulo 04 ❝Debiste irte, pequeño JungWon❞
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SeunJin entró a su salón encontrándose con una aura triste. A él ese sentimiento le era reconfortante. Saber que alguien sufría por algo provocado, era fascinante.
El karma, la venganza, esas dos combinaciones lo hacían sentirse como si estuviera drogado.
Tomó asiento en su banca correspondiente y se colocó los audífonos para disimular, porque simplemente no escuchaba música.
—No puedo creer que vayan a cambiar de escuela a JungWon—dijo una de las femeninas. SeunJin aún no recordaba su nombre.
—Su hermano mayor lo decidió así—habló está vez uno de los mayores en aquel salón.
El castaño tarareó de manera sumamente baja, antes de centrar sus ojos en una chica que entraba al salón.
Se inclinó para abrir su mochila y sacar una pequeña agenda. Empezó a jugar con su bolígrafo antes de abrir la página en donde tenía una lista muy peculiar.
Trató de tachar el nombre número cuatro, pero curiosamente su bolígrafo no derramó tinta. Lo intento otra vez, y simplemente sonrió bajo su mascarilla.
Con un ademán veloz pasó la punta del bolígrafo sobre su mano y la línea en color rojo quedó impregnada en la piel.
¿Acaso aún no había establecido un castigo justo en el Yang? Volvió a intentar rayar el papel y no lo logró.
Empezó a reír a carcajadas llamando la atención del resto de compañeros que lo miraron cabreados. Ellos estaban tristes por la mudanza que tendría JungWon, y ese rarito se estaba burlando.
—¡¿Qué mierda te pasa?!—gritó Jongseong acercándose a sujetar por la camisa a SeunJin que parpadeó antes de verlo confundido, y sonreírle. Jongseong lo soltó asqueado— ¡Maldito enfermo!
—Vamos, Jay, aléjate de ese raro—dijo Wonyoung tomando del brazo a Jongseong, y empujar las cosas de SeunJin al suelo.
El castaño no dijo nada y volvió su vista a su agenda, mientras reía.
