𐙚 rosa & negro.

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Una cálida sonrisa se impregna en los labios rosaditos que posee, sus mejillitas se tornan de un color carmesí, mientras su corazón comienza a latir con frenesí. Sus ojos viajan a la silueta del mayor, quien se encuentra sentado solo en una esquina de la cafetería; y suspira, como un propio enamorado.

Ruega que lo mire, desea que pueda por lo menos notar su presencia. Pero luego de algunos minutos...nada.

Y era obvio, ¿Cómo es que Jeon JungKook, si quiera regresaría a mirarlo? Habiendo una cafetería repleta de múltiples estudiantes haciendo sus filas, y otros simplemente comiendo o hablando; era más que obvio. ¿Si quiera podía llamar la atención de él entre todo ese gentío?

Es más, ¿Si quiera estaba prestando atención a las personas de su alrededor? Parecía que no.

Puede visualizar como JungKook se encuentra inmerso en sus auriculares y en su mundo, con sus ojos puestos en el gran ventanal que enfocaba el patio del Instituto, mientras sus labios se definían en una línea recta, sin expresión.

Le pican las ganas de poder ir a la mesa del pelinegro y compartir su pastelito de chocolate. Así no se sentiría tan solo, ¿verdad?

Pero no podía, es más, él quería, pero su nerviosismo podía más con el pelirrosa.

Jimin se encoje triste y hace un bonito mohín con sus labiecitos. Siempre -desde la primaria- gustó de él. Y por su timidez, jamás pudo siquiera hablarle.

Aunque, era curioso. La verdad es que nadie se le acercaba a él por los múltiples y destallados rumores que habían de JungKook. Jimin en parte los creía, pero en parte no. Quería él mismo cerciorarse de que fueran ciertos.

Hace un pucherito nuevamente, y abulta sus labios. Mientras sigue bebiendo de su azucarada malteada de fresa, y se abalanza con la cuchara por un pedazo de su pastelito de chocolate. ¿Cómo haría para tener su atención? ¿Si quiera lo conocía?

-Minie -protesta el chico de la mesa con la que comparte su comida-. Mira que, por no prestar atención a tu comida, te haz manchado -y mientras lo reprende, el castaño coge un paño húmedo y le limpia sus labios con cariño.

-¡Tae! -hace berrinche, mientras se deja limpiar por el mayor-. ¿Es que no lo ves? JungKook ni siquiera sabe que existo -y mientras dice aquello, el castaño termina de limpiar su boquita y lo mira entendiéndolo-. Además...Siento que está demasiado solo, podría ir allá y acompañarlo -susurra en sugerencia el menor.

-Ya te he dicho Mini, y esta es la milésima vez que lo hago, si deseas que él siquiera te regrese a mirar, no te hagas ilusiones -dice aquello, sabiendo que aquel tipo "Jeon JungKook", era catalogado como un rebelde solitario; esos que faltan a clases, que les responde con altanería a sus profesores, o de esos que hacen burla de otros indefensos a él. Definitivamente, JungKook no era para su pequeño y tierno Jimin. Y lamentablemente, los rumores no coperaban en lo absoluto.

-¡Pero es que yo lo quiero! -dice el contrario, mientras lo ve terminar su comida, y hace otro de sus típicos pucheros.

-Pero tú sabes, si tratas de siquiera hablar con ese tipo, te harás tú mismo daño. Y yo no quiero eso, pequeño. ¿Acaso no eres consciente de los rumores sobre él?

-Pero... -ya no quiere discutir, solo quiere saber alguna manera de poder hacerle saber a su amado que él lo quería desde hace años antes.

-Pero nada. Mira, tú eres una persona demasiado diferente a él. Tú simplemente... ¡eres como el polo opuesto de ese tipo! ¿No lo comprendes? -y después de tratar de hacerlo razonar, procura que nadie lo haya escuchado. Estar en la cafetería hablando de eso, tenía sus desventajas.

-¿Diferente? -pregunta el pelirosa, mientras inclina su cabecita a un lado, como si fuese un cachorrito tratando de entender algo nuevo.

-Sí -afirma, mientras arruga sus cejas tratando de pensar la manera de hacerlo entender que él, definitivamente, no era para el pequeño Jimin-. Veamos desde el exterior. Jimin, tú eres una mermelada andante, eso lo sabes.

-¡Sí! Ese es mi apodo -sonríe orgulloso el menor, mientras forma una linda sonrisita en sus labios.

-La cuestión es que, tú eres todo color rosa, mientras él, meramente un color negro sombrío. Eso no combina, Jimin, ¿verdad? Porque a ti no te gustan los colores oscuros.

-¿Por qué no probar algo nuevo? -menciona el contrario, mientras lo medita un poco de manera dubitativa.

-¡No! -exclama Taehyung, mientras algunos estudiantes de las otras mesas, lo regresan a ver de manera sospechosa-. Lo siento -susurra esta vez hacia ellos-. Mini, él no te conviene. Solo hazme caso.

-¿Y por qué? ¡Yo no quiero dejar de quererlo! ¡No me importan los rumores que hayan de él! -exclama el pequeño, mientras cruza sus brazos de manera berrichuda.

-¡Se acabó esta discusión! ¡Tú te olvidarás de Jeon JungKook y de todo lo que sientes por él! -y diciendo aquello, varios ojos se posaron en él y en Jimin, quien estaba ajeno a aquel asunto.

Porque mientras varios estudiantes cuchicheaban entre sí de lo que acababan de escuchar, y Taehyung trataba de negarlo, Jimin vio como JungKook iba en dirección hacia él. Y no con una linda sonrisa que digamos. Su expresión inerte e inexpresiva seguía contemplándose en su rostro y eso generó un tanto de curiosidad al menor.

 Su expresión inerte e inexpresiva seguía contemplándose en su rostro y eso generó un tanto de curiosidad al menor

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strawberry jam › kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora