Jimin trata de formular alguna palabra en su defensa, pero ¿Para qué mentir si era verdad? Él no podía negarse a ello, eso sería una mentira, y las mentiras eran malas.
JungKook, sin más, volteó bufando con una inexpresividad tal en su rostro, que hasta podía causar miedo y una singular inquietud. Se puso sus auriculares nuevamente, y metió las manos a sus bolsillos. Y sin más, dejó atrás con la palabra en la boca al pelirosa, quien solo pudo poner cara de cachorrito.
¿Por qué se iba? ¿No le importaba en lo absoluto sus sentimientos hacia él?
JungKook en definitiva era impredecible.
Había dejado a todos los estudiantes anonadados en la cafetería. Si hace un tanto parecía que el pelinegro se quería divertir un rato con el chiquillo pelirosa, pues ahora parecía todo lo contrario.
Mientras JungKook por su parte, decidió no volver a involucrarse en situaciones como esas. No era su estilo llamar la atención, aún si antes ya la recibía con aquellos rumores de su pasado que, en lo personal, le valía madres. Le jodía lo que los demás pensaran hacia él.
Siguió su camino saliendo de la cafetería, y con él, las personas también volvieron a sus lugares, como si nada hubiese pasado antes. Aún así, siguieron cuchicheando entre sí.
Jimin chilló enojado en su interior y formó un mohín de desconformidad, JungKook se había ido así sin más. Y lo peor, ¡es que era su primer encuentro!
Pero, inmediatamente, volvió a colocar una sonrisita en sus labios; y sin más rodeos, salió de la cafetería tras JungKook, no sin antes decirle a Taehyung:
—¡No me esperes! Volveré a la hora de la salida —y sin dejar que su mejor amigo impidiera su cometido, corrió como pudo detrás del pelinegro, el cual se hallaba ya por los pasillos deshabitados del Instituto.
Jimin no sabe el porqué de su actuar. Culpa a sus piernitas por tomar el impulso y correr hacia el pelinegro. También culpa a su corazón por haber tomado esa decisión. Pero la verdad es que quería saber si "su confesión indirecta" generó algo en el tatuado. La verdad es que una parte de él, inocentemente, esperaba que así fuera, y "de milagro" él correspondiese a sus sentimientos.
Trató de alcanzar a JungKook, pero su paso era un tanto torpe, que le impedía seguir el ritmo del pelinegro. Un puchero se formó en sus labios.
—¡JungKook! —exclamó el pelirosa, esperando a que fuese escuchado por el tatuado, pero parecía que no lo oía por sus auriculares puestos.
Trató nuevamente de alcanzar sus pasos, cuando vio que se dirigía a la azotea; por lo que, rápidamente fue tras él. ¡En definitiva era rápido!
Sus pies hicieron el mayor esfuerzo con los escalones, y logró subirlos con éxito. ¡Lo había logrado!
Mientras JungKook, percatándose de que tenía compañía, enarcó una ceja mientras su semblante seguía impasible.
—Joder, ¿Ahora qué quieres? —preguntó el contrario, mientras sacaba los auriculares de sus oídos y lo miraba sin expresión alguna.
—Y-Yo... —trató de hablar el pelirosa, aún hiperventilando por haber corrido por casi todo el Instituto— S-Solo quería saber qué es lo que piensas de lo que escuchaste en la cafetería... —y mientras decía aquello, un lindo color carmín pintaba sus mejillas, a la vez que jugaba con sus deditos, tratando de no mirar al tatuado.
Era una imagen que a cualquier le hubiera inundado el corazón de ternura, el cabellito rosa del menor se adhería tenuemente a su frentecita por el reciente sudor, mientras sus labios rosa eran mordidos levemente por el nerviosismo, ocasionando que se volviese de un color rojizo coral. ¡Era demasiado lindo!
Pero parecía que a otros no le hacía ni la mayor gracia.
JungKook bufó con hastío. A JungKook le valía madres, es más, ni siquiera le dio vueltas al asunto. Le parecía algo carente de coherencia. Algo poco razonable para su frío corazón.
—¿Qué es lo que pienso? —pregunta con obviedad y neutralidad en su rostro—. Pues, nada. A mí, ¿qué me va a importar los sentimientos de un niñato como tú?
Jimin ante las circunstancias tristes, nunca ha llorado. Ni cuando su perrito "Tobby" decidió salir huyendo de su casa. Cuando una situación le molestaba o le causaba tristeza, el pelirosa simplemente abultaba su labio inferior y formaba un tierno puchero.
Y así lo hizo.
—No deberías ser tan grosero JungKook, eso es de malos modales —dice el menor, mientras decide finalmente posar sus ojos en los orbes del tatuado.
Y puede verse a sí mismo reflejado en ellos. Puede ver todo, pero a la vez nada. Jimin había quedado cautivado por ambos orbes color miel, aunque estos lo mirasen sin interés alguno.
—No quiero lidiar con un niño como tú, solo vete con tu amiguito ese.
—¡Se llama Taehyung!—agrega el pelirosa emocionado, dejando de un lado lo hiriente que JungKook había sido con él.
JungKook descolocado ante la emotividad y entusiasmo sin razón alguna del contrario, decidió dejarle callado, o eso es lo que trató:
—¿No ves que no me importan tus pobres sentimientos? Solo déjame solo, niño —y diciendo aquello con neutralidad en su voz, se adentró a la azotea en un movimiento brusco y resoplando fuerte.
Auch, eso sí le había dolido a Jimin, el cual, decidió solamente emitir un mohín en sus labiecitos, mientras su cabecita trataba de sacar lo bueno de todo aquello.
JungKook mencionó que quería estar solo. ¡Pero eso era imposible! Toda persona anhela en su vida por lo menos tener la compañía de alguien.
Y ese alguien, sería Jimin m
Por lo que rápidamente, el pelirosa se recompuso con una bonita sonrisa y se adentró a la azotea decidido. No dejaría solo a JungKook. Jimin entraría a su corazón solitario, costase lo que costase.
Aún si salía herido en el camino, él y sus sentimientos.
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strawberry jam › kookmin.
Romance❝Un chico con una personalidad más empalagosa que la mermelada pone su mirada en el chico más insípido de su Instituto. Dicen que para el amor no hay edad ni personalidad, pero los dos juntos... ¿Qué combinarán?❞ ⏤ 𝗶𝗻𝗳𝗼𝗿𝗺𝗮𝗰𝗶𝗼𝗻 ¡! ❛histo...