Decepciones y tragedias... ¿Quién no las ha experimentado en la vida?
Emily, una joven que enfrenta la vida con una sonrisa, a pesar de que las decepciones y tragedias la siguen a donde quiera que vaya.
La pérdida de su madre y el odio de su padre s...
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Connor
La observé alejarse de mi al mismo tiempo que se iba acercando a la barra del bar.
Estaba con unos amigos pero no escuchaba absolutamente nada de lo que me decían, es más, ni siquiera les estaba viendo la cara desde que comenzaron hablar.
No quite la mirada de ella y pude ver qué se estaba tomando, el que la atendía era una persona que conocí el año pasado por un viaje de estudios y logré entender de qué clase de persona era, un tipo inconfiable, abusador sexual y lo mas peligroso era su habilidad con las drogas hacia personas que recién conocía.
Todavía no puedo creer que todas las chicas que lo conocían no se daban cuenta de las verdaderas intenciones que él tenía, en ese caso, no podía dejar que un tipo como él se le acercara a Emily ya que nadie merece ser engañado por un infeliz. Ni siquiera me acordaba de su nombre para poder mandarlo por donde vino.
Ya iba por el tercer vaso de vino pero pude observar qué el cuarto ya no era un vino sino la bebida qué estaban dando al principio de la fiesta y para su conocimiento, contenía bastante alcohol, mayormente este tipo de bebida se sirve al final de una fiesta como para agradecer a los invitados pero en esta ocasión lo sirvieron al principio de la fiesta para motivar a los invitados a no irse tan temprano, su sabor es muy adicto y eso hace a que bebas sin control si no sabes controlarte.
No se por qué me preocupa cuidarla pero no podía dejar que se emborrache en su primera fiesta.
—Regreso en un momento— les dije lo más breve posible.
—Espera Connor, ¿es tu novia?— me preguntó Jack mirándome a mi para luego verla a ella, haciendo que los otros dos se rían después de haber estado serios durante todo este tiempo.
—Es mi prima— le corregí dándole una palmada en su hombro, aunque no sea cierto lo de ser mi prima tenía que actuar como si fuera.
Me dirigí hacia ella con mucha prisa para evitar que se tome esa bebida y cuando llegue me senté a su lado. Ella estaba recostada en la barra y se podía ver lo tan suave que es su cabello así que estiré mi mano y unos de sus mechones fue el que tuvo mala suerte porque le comenzó a dar vueltas en sentido contrario haciendo que la onda disminuya.
Al principio ella no sintió nada porque solo lo hacía en las puntas pero luego fui subiendo hasta que llegue a una parte del cabello qué si pudo sentir.
Emily se levantó y estuvimos haciendo contacto visual durante unos largos minutos solo que ella estaba fulminando su mirada con la mía.
—¿Qué te pasa?, ¿No puedes dejarme tranquila?— preguntó ella haciendo un gran bostezo.
—Veo que te aburres de la fiesta—
—No te preocupes por eso, solo me duele la cabeza— me explicó casi interrumpiendo y pude ver cómo le sonreía al tipo que estaba terminando de decorar su bebida. —Gracias— le dijo Emily alargando la primera a de la palabra y cuando estiró su brazo para cojer la bonita y larga copa de cristal le gané por unos segundos y se la retiré de ella.
