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Gruñidos salían de su boca mientras se curaba las cortadas de los brazos. La sensación de escozor y ardor solo la hacía gruñir más, y tampoco ayudaba que sus sentidos estuvieran tan sensibles. Era irritante percibir todo su entorno de golpe; su cerebro no se acostumbraba a recibir cada sensación sensorial sin un filtro de por medio. ¿Lo peor? El collar, que según ella era de perro, le picaba y le dejaba una marca roja.
—Malditos mentirosos —murmuró, vendándose el antebrazo derecho—, tenía que haberme adaptado hace horas según ellos.
Escuchó pasos a lo lejos, por lo que detuvo su acción y se concentró en analizar cada paso que escuchaba y adivinar quién era. Cuando supo quién era, la puerta fue abierta y por esta entró el rubio. Lo miró de pies a cabeza antes de seguir con el vendaje, no sin antes darle la bienvenida.
—Te ves del asco —comentó ella, agarrando otra gasa para limpiar su brazo derecho.
—Digo lo mismo, Nefer —cerró la puerta detrás de él, se acercó y le quitó la gasa de las manos para curarla él mismo—. No tuve información de ti por 5 días, y ahora que te veo tienes cortes de seis centímetros en los brazos por entrenamiento que se supone no deberías estar haciendo todavía. ¿Dónde carajos está Benford, y por qué tienes un maldito collar eléctrico?
—Oh, ¿esto? —señaló el collar—, me vieron cara de perro, así que decidieron darme uno de regalo porque les agradé —soltó con ironía—, y Benford está negociando para que me quiten esta maldita cosa, al pobre hombre lo tienen corriendo de un lado al otro.
Leon terminó de curarla y vendarla y se concentró en el collar. Se parecía a los collares eléctricos que les ponían a los perros en entrenamiento. Estaba seguro de que la carga era mayor a la de las pistolas de aturdimiento.
—Sherry te visitó —Leon levantó el mentón de Nefer, mirándola con detenimiento. Notó un ligero cambio en sus ojos, un tono más claro —dijo que no tenías buen aspecto.
—Eso escuché, me lamento no haber podido hablar con Cereza —dijo lo último en español con un resoplido—, y lo del aspecto, bueno, creo que tuve una recaída.
Kennedy soltó su mentón, sus manos viajaron a sus hombros y apretó su agarre sobre ellos.
—Dime por favor que no te dio un paro cardíaco —debido al historial de la fémina con las drogas, más las reanimaciones durante las sobredosis, dejaron secuelas. Era peligroso que le diera un paro cardíaco.
—No, me desmayé por una presión en mi pecho, pero ahora... —agarró la mano del rubio, metiéndola dentro de su camisa y dejándola sobre dónde estaría su corazón—, tengo taquicardia, mi corazón late a doscientos latidos por minuto. —El entrecejo de Leon se arrugó al sentir su corazón—, al parecer es un efecto secundario del virus; quieren ver de qué es capaz.
—Por eso estás entrenando desde que abriste los ojos —Nefer asintió—, quieren observar cómo reacciona el virus en tu cuerpo estando en un entorno relativamente normal —dedujo Kennedy.
—Qué inteligente eres, cariño, eso fue lo que me conquistó —intentó bromear, cosa que por supuesto le desagradó al hombre dado la situación.
—Joder, Nefer. —se alejó de ella—, están dando paso a las investigaciones, están comenzando a experimentar, ¿no te das cuenta? —se pasó las manos por el rostro, comenzando a estresarse.
Nefer lo miró en silencio, sabía que era verdad. ¿Pero qué podía hacer ella? Literalmente la tenían amarrada del cuello, ya habían probado el collar en ella y funcionó. El objetivo era mantenerla bajo control por medio del dolor. La primera vez que lo activaron, le dieron una descarga que la había tirado directamente al suelo, mientras se retorcía del dolor con cada impulso eléctrico.
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𝐒𝐎𝐔𝐋 ━━━━ 𝐋𝐄𝐎𝐍 𝐒. 𝐊𝐄𝐍𝐍𝐄𝐃𝐘
Fanfiction𝑺𝒐𝒖𝒍︙❝Leon nunca creyó en el cuento de las almas gemelas, no hasta que conoció a la mujer que hoy es su esposa... ahora, eran una pareja letal que completaban misiones secretas después de lo sucedido en Raccoon City.❞ ❛Nos conocemos a la perfecc...