Hot line | Freenbecky

5

"Dos días seguidos, Freen, ¿a qué debo el placer?"

"¿No debería haberlo hecho? ¿No querías... lo siento mucho... yo...?"

"Oye, más despacio, pensadora excesiva. Es solo; sabes que pagas por minuto, ¿verdad? Por lo general, la gente no pasa de los cinco así que no es un problema, pero esto debe estar costándote mucho".

"Oh, cierto." Freen se desinfla, deja que la tensión caiga de sus hombros. "Eso no es gran cosa."

"¿No es gran cosa?" Trisha pregunta con incredulidad. "¿Has comprobado la tarifa? Quizás deberías mirar más de cerca", insiste. Es lindo lo preocupada que suena. Increíblemente lindo.

"Aprecio que me cuides, pero realmente no es un problema. Tengo más dinero del que puedo usar estos días. Diseñé este nuevo telescopio hace un par de años y mis abogados fueron de gran ayuda para asegurarse de que lo aprovechara al máximo".

"¿Entonces eres una especie de genio?"

"Simplemente creativa y terca".

"Estoy segura de que te quedas corta. Pero es bueno saber que tenemos otra cosa más en común". Freen tararea con curiosidad y Trisha continúa: "Ayudamos a la gente a ver las estrellas". Freen gime inmediatamente ante la estúpida broma mientras Trisha reprime mal su diversión.

"Sabes que ahora podrías buscarme fácilmente en Google. Siento que estoy en desventaja". Ella siempre lo estuvo. Desde el momento en que llamó y escuchó la voz de Trisha, ya estaba a la defensiva. Y a ella no le importaba... en realidad no. Pero a veces quería que las cosas se sintieran un poco más igualadas. A veces quería sentir que sólo el sonido de su voz ponía a Trisha un poco loca.

"¿Qué tal si me haces una pregunta? Cualquier pregunta que quieras y te prometo una respuesta honesta".

Freen no duda en preguntar lo primero que le viene a la mente: "¿Trisha es tu verdadero nombre? No necesito tu nombre real. Sólo tenía curiosidad, pero tal vez eso esté invadiendo totalmente tu..."

"Rebecca. Mi verdadero nombre es Rebecca. Trisha es en realidad mi segundo nombre, hasta cierto punto."

"Rebecca", repite Freen. Lo susurra unas cuantas veces más sólo para darle vueltas en la boca. "Creo que eso tiene más sentido".

"¿Ah sí?"

"No puedo explicarlo, pero encaja mejor con la forma en que te imagino en mi cabeza".

"¿Me imaginas?" Trisha, Rebecca, pregunta.

Freen probablemente no debería ser del todo honesta. Ella lo es de todos modos, "Constantemente."

"¿Y qué estoy haciendo cuando me imaginas, Freen?" Podría haber sido una pregunta completamente inocente. Que no es. Y Freen de repente no puede imaginar gran cosa. Es como si su cerebro se quedara en blanco en el momento en que Rebecca libera una ola aterciopelada de sílabas y la atrae hacia su océano.

Los dedos de Freen se aprietan en la tela de su camisa. Más apretado. Más apretado.

Rebecca está tranquila al otro lado de la línea, el suave pulso de su respiración es el único sonido mientras le da a Freen un segundo para adaptarse, para decidir.

"Tú estás-" comienza Freen.

Engfa irrumpe por la puerta de entrada: "¡Freen, tienes que ayudarme!"

"Me tengo que ir, Rebecca. Adiós", sale corriendo. Palabras amortiguadas brotan del teléfono mientras se aleja, pero en realidad no puede descifrarlas correctamente entre presionar su pulgar en el botón rojo y arrojar salvajemente su teléfono a través de la habitación con la esperanza de que no se rompa con el impacto.

Se oye un crujido desde su cocina. Freen lucha contra su mueca de dolor.

"¿Qué estabas haciendo?" Engfa pregunta con recelo.

" ¡Nada! ." Tiene un tono demasiado alto. "Nada", corrige. "¿Con qué necesitas ayuda?" Ella la distrae y da un suspiro de alivio cuando Engfa parece morder el anzuelo.

"Está bien, encontré el anillo perfecto..." Freen medio escucha, medio se asusta, medio se pregunta qué habría sido si Engfa no hubiera entrado a su apartamento y sí, las matemáticas podrían estar equivocadas en esto, pero ella estaba teniendo su momento, ¿vale?

Solo déjala tener su momento.