Nací en el seno de la realeza, todos piensan que es un lujo serlo pero a decir verdad es un encierro, y más cuando eres la hija única de los reyes.
Desde pequeña he tenido que aceptar mi rol como princesa única y heredera.
Al principio todo fué bien, ya que en mis primeros años de vida me dediqué a comer, dormir y rezar (en mi mentalidad de niña pequeña)
de tener un hermano varón el cual fuera quien ascendiera al trono.Pasaron los años y la suerte no estuvo de mi lado, ya que mis padres no pudieron concebir al herdero y su puesto fue pasado a su única hija, exacto, a mi.
Nuestro reino está ubicado al lado de un hermoso bosque, bueno a todo el mundo le da miedo ya que es oscuro y profundo, pero a mi vista es hermoso... la soledad, el silencio y sobretodo la libertad.
Valle de Kara fue el nombre que le pusieron a nuestro reino mis antepasados, mientras que al bosque lo nombraron el Valle de los caídos, ya que dicen que todo el que entra no vuelve a salir, sin embargo, los pocos que lograron volver con vida afirman que hay algo ahí dentro.
-Lilibeth! -exclamo mi madre llamando mi atención.
-Perdona madre estaba distraída.
-Ya lo veo, pero debes atender y no perderte la explicación puedes hacerte daño mientras coses.
Sí, iba a ser reina y tenía que aprender a coser, caminar como una dama y sobretodo a comportame como un miembro de la realeza con pequeños gestos, pequeñas palabras que me enseñaba mi madre.
Mi padre era el que me enseñaba a llevar el reino y era quien debía escoger un general del ejército como esposo para que yo no me encargara del mismo, aunque a decir verdad me encantaría dirigirlo.
- Madre... llevo aprendiendo a coser desde los 8 años y ya tengo practica sobre el hilo, no hace falta que me sigas dando clases
-No puedes decir que ya has aprendido cuando aún te desconcentras de las lecciones. Ese lado esta muy mal cosido así que vuelve a comenzar.
Suspiré y comencé de nuevo.
-Por cierto madre, dentro de poco cumpliré los 17 años y nunca he salido de palacio y de verdad quisiera explorar más que los jardines...
-Algo como qué? El pueblo?
-No madre, en el pueblo se que todos me tratarían como si fuera un ser diferente y me harían sentir incómoda.
-Te tratarían como una princesa y futura heredera y tienen que tener respeto por ti. Pero dime, sino es el pueblo lo que quieres explorar, ¿qué és lo qué te tiene tan intrigada?
-Es el bosque madre, siento curiosidad por saber que hay allí.
Mi madre me miro horrorizada, tanto que dejo caer el Mouliné donde estaba bordando mi cara.
-De ninguna manera Lilibeth, es muy peligroso y sabes que lo tienes prohibido.
-Si madre pero...
-Pero nada Lilibeth.
Y sí, así son nuestras conversaciones, y entiendo que tengan miedo, las pocas personas que vuelven del bosque hablan de criaturas malignas y de como se comen a las personas y muchas cosas más que me resultan lo mismo.
-Bueno madre ahora me toca ir donde mi padre para tomar las lecciones de hoy. - dije antes de levantarme e irme hacía la sala de estudios con mi padre.
-Aprende bien, tu padre es sabio.
-Si madre, como usted diga.
Caminé por los pasillos de palacio mirando por los ventanales hacía el bosque y dios, es hermoso...
La curiosidad me está matando y siento que mi mente y cuerpo se conecta con algo que está ahí.Mientras miraba me acordaba de algo que me sucedió cuando era pequeña. Tendría unos 7 años, recién estaba aprendiendo sobre las secciones del reino, en especifico, las fronteras.
Eran las típicas charlas de "Cuando yo falte tu tomarás mi lugar y deberás gobernar con sabiduría". En ese momento mi padre fue llamado a resolver unos asuntos con un reino aliado.
Decidí ir a la cocina pero antes de entrar oí a una sirvienta hablar sobre el bosque.
Había escuchado como quedaban las personas que iban allí y logran volver con vida y de como estas hablaban de la existencia de criaturas espeluznantes y estaba hablando con alguien mas de ello
Creí que si entraba en la cocina seguirían hablando, pero no fué así.
Al instante que entre callaron y agacharon su cabeza. Me molesté bastante ya que quería saber más sobre el bosque, era tan llamativo a mi vista de 7 años y bueno a mi vista de 16 años también.Para poner fin a mis dudas decidí ir en busca de la sirvienta.
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¿Qué es lo que me une?
FantasyAntes de comenzar mi historia primero deben saber que no elegí ser princesa, no elegí nacer de padres cuyos roles en esta vida eran ser rey y reina. No elegí enamorarme y sobretodo no elegí mi historia, simplemente tuvo que ser así.