capítulo 3 CORREGIDO

56 7 1
                                    

Sasuke

Usher sonaba con la canción Trading Places mientras me acomodaba en el Bentley de Kakashi. Ya sabía que shisui, jugoo y siguetsu estaban a salvo en mi casa, y que mi padre esperaba a que llegara. Me aguardaba una buena bronca y, en realidad, con motivos. Era la cuarta vez que visitaba los calabozos de la comisaría de Trevi en lo que iba de año. Y tan solo habían pasado ocho días desde Nochevieja.

-¿Sabes a quién has arrastrado contigo a comisaría? -me preguntó kakashi aparentando seriedad, pero conteniendo una sonrisa.

Kakashi sabía el motivo de mi detención y opinaba que debía haber sido más duro con Shikamaru.

-A una tía que estaba buenísima -recordé sus largas piernas-. En serio, kakashi, si la hubieses visto, hasta tú te hubieses quedado aluciando.

Soltó una carcajada.

-Ya veo. En realidad, sí, era muy guapa.

-¿Pudiste verla? -pregunté extrañado.

-La saqué del calabozo, Sasuke.

-¿Cómo? -Ahora estaba todavía más perdido.

Detuvo el coche frente al garaje del edificio uchiha. Cogió un pequeño mando, lo sacó por la ventanilla y pulsó el botón. La puerta comenzó a elevarse y kakashi aprovechó para mirarme.

-Esa «tía» que estaba buenísima era sakura haruno

Si esperaba sorprenderme, lo consiguió. Le miré boquiabierto y con los ojos desencajados. Joder, si jiraya se enterase de que su hija pequeña había estado en el calabozo por mi culpa, me mataría.

«Con la de coches que había en la Via del Corso, y tuve que coger el taxi que llevaba a sakura», pensé.

-¿Lo sabe kizashi? -pregunté temeroso.

-No, pero lo sabe fugaku.

-¡Es increíble, sasuke! Sabes que no puedes ir por ahí pegándote con el grupito de gaara. No dejas de estar en boca de todos y eso nos traerá problemas -dijo mi padre, alterado pero intentando no gritar para no despertar a mi madre y a mis hermanos mayores-. Encima, has metido a sakura haruno de por medio. ¿Sabes que hará la prensa si se entera? ¡Jesús!

Sentado en un sillón, observaba cómo mi padre caminaba de un lado a otro fumando sin parar.

—Lo siento, tío fugaku. No volverá a ocurrir —dijo Shikamaru poniendo cara de no haber roto un plato en su vida.

—Tú a callar, ya te hemos calado —dijo su padre, mi tío madara—. Y vosotros… —Miró a sai y siguetsu— ¿Le disteis duro? —Les guiñó un ojo.

Todos nos miramos algo confundidos, pero terminamos riendo.

Estuvimos cerca de una hora comentando la pelea. Incluso siguetsu la representó en el centro del salón. Lo que comenzó como una reprimenda, terminó como una reunión de colegas que se explican unos a otros sus batallitas.

Sin embargo, durante todo ese tiempo mi mente no estaba en aquel salón, sino en una chica de deslumbrantes ojos verdes.

Sakura

El lunes a primera hora me reuní con Hinata, ino y lee en la entrada del San Angelo. En ese colegio iba a cursar el último curso de enseñanza media antes de ir a la universidad. Me sorprendió que el edificio fuera tan grande. Incluso tenía aparcamiento.

Como bien planeó kakashi, mi padre no se había enterado de nada de lo que ocurrió el sábado, así que pude pasar el resto del fin de semana con Hinata y sus amigos dando largos paseos por la ciudad y gastando dinero con la tarjeta. Por supuesto, fuimos caminando a todas partes. No podía arriesgarme a tener otro tropiezo. Estaba segura de que pasaría un tiempo hasta que volviera a coger un taxi.

MIRAME Y DISPARA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora