Guardianes y Héroes - Crossover

Capítulo 1: Un nuevo mundo.... ¿Otra vez?

En el bosque trasero de la ciudad flotante de Heavenhold, podemos ver una figura solitaria empuñando un arco muy novedoso y de apariencia cara. La persona que lo usaba estaba disparando a unas rocas haciéndolas estallar en pedazos.

*Silbido*...*BOOMM*

Se podía observar la enorme concentración del individuo, cada vez que apuntaba, buscando objetivos más lejanos.

La mayoría de las flechas alcanzaron su objetivo. Un contraste muy marcado a cuando empezó, donde no pudo asestar un solo tiro.

"Muy impresionante~" dijo una voz cantarina, haciendo que la figura se detenga. "En tan solo unas semanas, ya has llegado muy lejos con el arco, ¿Estas tratando de alardear o algo por el estilo?" Pregunto con algo de burla.

La figura en lugar de ofenderse, empezó a sonreír con humor, "lo tomo como un cumplido, oh señorita autoproclamada, mejor francotiradora del mundo".

Dicha francotiradora lo miro desde su posición sentada en unos escombros, con una pierna cruzada sobre la otra, una mano sosteniendo su barbilla y un ligero ceño fruncido en su rostro.

Era una joven muy hermosa, de ojos azul marino. Tenía el cabello suelto, de un intenso color negro, que le llegaba hasta la espalda. Además de llevar un vestido negro ajustado, de estilo victoriano, que se acentuaba perfectamente a su cuerpo curvilíneo, adornado con correas dando una apariencia steampunk.

*Gruñido*... "¿Autoproclamada?, te hare saber que no hay ¡nadie! Que se me compare al momento de jalar el gatillo", su expresión pronto cambió a una más engreída, "si no recuerdo mal esa fue toda la razón por la que me contrataste, o ¿Ya lo olvidaste, Liam~?" Pregunto con voz cantarina.

"Nop, definitivamente lo recuerdo, solo otra situación normal de vida o muerte, ya sabes... el clásico lunes", respondió Liam sin inmutarse.

Era un joven en sus veinte años con ojos verde olivo y cabello rubio pálido que, a simple vista, mostraba una apariencia simplona.

Sin embargo, se podía sentir una fuerza abrumadora que provenía de él, como si fuera un depredador en reposo, escondiéndose discretamente por debajo de esa apariencia inocente, esperando el momento oportuno para atacar. Un rasgo común para los veteranos de guerra, o trotamundos experimentados.

Tenía una armadura estándar de caballero. En su casco había una llamativa pluma roja, y abotonado al lado derecho en la placa de su pecho había un pequeño escudo rojo con una cruz dorada en medio. Este era el emblema de los guardianes del reino de Kanterbury.

"¿Por qué estás entrenando en un lugar tan remoto?" Le pregunto la chica.

El caballero se puso nervioso, pero trato de lucir genial, "O-oh ya sabes, cierto individuo me hizo... reflexionar sobre la importancia de vigilar tu entorno, y considerar a los demás" dijo él.

"Mmm... mmm..." ella asintió, "rompiste una ventana del mesón... y Loraine te regaño, ¿verdad?" concluyo.

"Hahhh... ...si" suspiro él desinflándose.

"Ja" se burló ella.

"Entonces... ¿Qué haces aquí Hekate?" dijo con los ojos en blanco, "no estoy en problemas... o ¿sí?" Término con un ligero encogimiento.

"Umm...", hizo como si lo pensara, "no en este momento. No, solo vine a pasear con Malvavisco, parecía que todos estaban haciendo algo en este momento... incluso la princesita".

Al escuchar su nombre una bestia blanca similar a un perro o un cachorro de lobo salió de entre los arbustos, "guau, guau, guau". Tenía unos ojos celeste gélidos que le daban una mirada intimidante y feroz (a pesar de ser, como su nombre lo indica, un gran blando esponjoso), y una marca en forma de rombo del mismo color en la frente. Un pelaje blanco y esponjoso, y dos cuernos curvos azules sobre la cabeza. En sus patas el color de su pelaje también era azul, así como algunas mechas de su cola la cual estaba adornada con un anillo dorado con una gema redonda en el medio, colocado alrededor de esta.