CAPÍTULO II

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25/10/2023

Gyeongbokgung, uno de los cinco palacios de Seúl y con 600 años de historia, que por estar situado en la parte norte solía ser llamado también Bukgwol, es el lugar al que Jungkook y Taehyung querían ir a toda prisa. Al llegar al sitio, entraron por unas de sus puertas: Sinmumun, donde los esperaba una persona para acompañarlos hasta llegar realmente a su verdadero objetivo. Con cautela se dirigieron hasta la edificación de Gyotaejeon, antes el sector destinado a la vida privada de la reina y en sus aposentos, había un pasadizo secreto en una de las paredes que conducía a un sótano debajo del palacio.

Una vez en el sótano, otro pasadizo en el suelo y unas largas escaleras los condujeron a un laboratorio. Y repito: un laboratorio. Aquel lugar estaba repleto de accesorios, piezas, maquinarias, computadoras y un sinfín de cosas que Jungkook desconocía. Contaba con varios departamentos y personal, según Taehyung, especializado en su trabajo.

—Buenos días señorito Tae, joven Jungkook —les saludó un chico guapo de cabellos color negro.

—¿Sejin? —Jungkook estaba sorprendido de ver a su anterior mánager en ese lugar tan secreto.

—Kooki —habló Tae en tono dulce—, esto no te lo había comentado porque quería que fuera una sorpresa. Sejin trabaja aquí conmigo desde que se convirtió en nuestro mánager, y siempre me pedía que te trajera. —Carraspeó su garganta—. Por supuesto, sabe lo nuestro y ha sabido mantener bien el secreto. Pero no podía traerte hasta que el proyecto estuviese terminado.

—Lo sé —respondió Jungkook—. Te echamos de menos Sejin.

—Oye —Sejin se acercó a Jungkook y colocó un brazo encima del hombro de este—, aunque ahora soy el mánager de ENHYPEN, uno de los grupos más jóvenes que tiene nuestra empresa, seguiré siendo el miembro número ocho de BTS, ¿bien?

Jungkook asintió y los tres sonrieron. Luego, Tae le mostró el lugar a Kook, lo presentó ante el personal y finalmente, se detuvieron en la oficina de Kim Sejin, donde este los esperaba para ultimar los últimos detalles del proyecto.

—Tae, todo está listo —mencionó Kim.

—Perfecto —sacó del bolsillo de su pantalón una memoria USB y se la entregó a Sejin—. Ahí está todo el material, no necesitas nada más.

—Entendido. Por cierto, deberías echarle un vistazo a la máquina, ha estado parpadeando y no parece tener ningún desperfecto técnico.

—Ahora mismo iré a verla. Jungkook, ven conmigo.

Taehyung salió de la oficina, pero Jungkook se demoró un instante para sacar de su mochila una memoria USB, la que le entregó a Sejin.

—He recopilado muchas cosas ahí, por favor, ponlas en “él” —dijo y salió de la oficina.

Jungkook alcanzó a Taehyung casi al doblar el pasillo, justo donde habían unas escaleras metálicas que los llevaba a una planta baja, donde se hallaba un máquina que deslumbró a Kook cuando la vio. Se trataba de una máquina del tiempo.

—¿Qué es lo que tendrá?

Tae se acercó para inspeccionar una de sus obras maestras, según él; pero justo cuando tocaría unos de los cables que la conectaban a la corriente para comprobar si era que estaba zafado, aquel aparato que de vez en cuando parpadeaba, resplandeció, cegando por breves segundos a los dos chicos. Una vez que la luz se opacó, los dos jóvenes observaron, aún con algo de molestia en sus ojos, un trozo de metal que había aparecido sobre el suelo de la máquina. Taehyung cogió el objeto sin dudarlo y al leer su contenido, quedó estupefacto. 

2035 [VKook] [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora