HOUSE OF BLACK || Theodore Nott fanfic!
"Ser una Black digna de su apellido".
Madelyn siempre había tenido esos pensamientos, especialmente al recordar que su padre, Sirius Black, traicionó el legado familiar al irse a los Potter.
Detrás del árbol...
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CAPÍTULO CUATRO «Pesadillas»
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Habían regresado de Hogsmeade; hoy habían entregado sus permisos para poder ir todos a la excursión. El único que no fue fue Harry, ya que no tenía el permiso firmado.
Mientras todos disfrutaban de un día lleno de aventuras, él se quedó en Hogwarts, sintiéndose un poco aislado.
El grupo de slytherin no hizo mucho: fueron por golosinas a Honeydukes, donde se deleitaron con los dulces más exquisitos, luego visitaron la tienda de artículos de brujería, donde cada uno eligió algún objeto curioso. Después, se detuvieron en Las Tres Escobas para disfrutar de unas cervezas de mantequilla espumosas y reírse juntos.
Al final del día, se pasearon por las calles del pueblo, explorando uno que otro lugar pintoresco antes de regresar al castillo.
Ahora se encontraban en el banquete; todos estaban comiendo y platicando animadamente sobre los lugares a los que habían asistido ese día. Las risas resonaban en el Gran Comedor mientras compartían anécdotas divertidas.
—Qué pena que no hayan dejado ir a San Potter —comentó Draco con burla, su voz llena de desdén.
—Bueno, eso se lo merece —dijo Crabbe mientras devoraba un trozo de pastel. Su expresión era una mezcla de satisfacción y desprecio hacia Harry.
Una vez que el banquete terminó, todos salieron del Gran Comedor para dirigirse a sus salas comunes. La emoción del día aún vibraba en el aire. Antes de ir a las mazmorras, el profesor Snape detuvo a Madelyn.
—Señorita Black —llamó Snape con su tono habitual, severo y autoritario. Madelyn se giró ante el llamado, sintiendo un ligero escalofrío—. El profesor Dumbledore desea verla en su oficina.
—¿A mí? ¿Por qué? —preguntó extrañada, sintiendo una mezcla de curiosidad y nerviosismo.
—Quiere hacerle unas preguntas —dijo Snape, cruzando los brazos sobre la tela de su túnica negra como la noche—. Ahora vamos; la dejaré en la entrada.
