Al cerrar la puerta, miró atrás por un solo segundo, para luego negar a la vez que rodaba sus ojos con hastío. Había conocido mucha gente demente es su profesión, pero el ser humano eran tan variado y estupido, que siempre encontraba una nueva clase.
—Que lástima, estaba lindo— murmuró con una media sonrisa mientras bajaba las escaleras, recordando lo sucedido.
Tan temprano en la mañana y ya habían personas en las calles, por eso estuvo muy atento a no ser seguido en el largo tramo que caminó, rumbo al estacionamiento donde había dejado su motocicleta, una Yamaha MT07, negra, que estaba siendo observada con asombro por un grupo de adolescentes cuando llegó. Sin cuidado empujó a uno a un lado para poder pasar, ellos, entre murmullos, lo vieron tomar el casco y después de colocárselo y cubrir su cabeza por completo, arrancar con un sonoro bramido y dejar el estacionamiento.
Adelantaba los coches con facilidad. Su jefe le había insistido en que un auto sería menos llamativo, pero Jaekyung odiaba el tráfico y a no ser que fuera un caso muy específico, prefería la ágil motocicleta. Después de detenerse en una cafetería y desayunar rápidamente, condujo por las avenidas hasta practicamente salir de Seúl, y en un edificio poco llamativo, volvió a entrar a otro estacionamiento. Aparcó y tomó el elevador directo al tercer piso, entrando, después de teclear un código, a un departamento vacío que tenía otro ascensor solo para uso reservado. Comenzó a descender y mientras lo hacía, se frotó el puente de su nariz con los dedos. Apenas había descansado en ese sillón incómodo. Tenía el plan de regresar a su casa y dormir al menos ocho horas por una vez, pero los malditos perseguidores jodieron todo. Solo esperaba que Namwook le diera un tiempo antes de mandarlo a su siguiente misión.
Pensando en eso, tocó su bolsillo en busca del pendrive, pero retiró la mano en cuanto el elevador se abrió y un pasillo largo lleno de cubículos apareció frente a él.
—Oye, llegas tarde, el jefe te está esperando hace rato— señaló Daehyun, aquel teñido al que el traje con corbata que usaba, le quedaba como a un vendedor de aspiradoras baratas.
—¿Ah, sí?— preguntó sarcástico y notó una risita burlona en sus labios —¿Qué te pasa? ¿Desayunaste payaso?
—Nada, nada. No está en su oficina, por cierto. Búscalo en el campo de tiros— señaló y Jaekyung siguió su camino sin dejar una despedida.
Luego de todos los cubículos, había un área con otras puertas. En la del final, unas dobles y de cristal, estaba el mencionado campo, donde entró buscando a su jefe con la vista, para encontrarlo de espaldas junto a un chico de cabello castaño que le pareció familiar por alguna razón. Jaekyung se quedó se piedra en el umbral cuando lo reconoció al ambos girarse, era el mismo dueño del departamento en el que se había colado, y del que acababa de salir ¿Cómo era posible que estuviese ahí? Viendo que no decía nada, su jefe se acercó y le dió dos palmadas en su espalda antes de guiarlo al exterior con un pequeño empujón.
—Vayamos a mi oficina— indicó y se adelantó, cosa que Jae aprovechó para abordar al chico.
—¡¿Qué mierda haces?! ¿Me seguiste?— inquirió en un siseó, teniendo que inclinarse bastante para hablarle al oído.
—¿Cómo voy a seguirte si llegué antes que tú?— señaló divertido y Jaekyung gruñó en su garganta, empujándolo un poco para entrar a la oficina del jefe antes, y dejarse caer en un sillón con una expresión de enojo.
—Aquí está lo que querías— dijo y arrojó el pendrive al escritorio de Namwook.
—Siéntese, señor Kim— indicó al joven y Jae lo miró de reojo cuando lo hizo, recibiendo una sonrisa amable y formal que le sacó un resoplido.
—¿Nos vas a presentar, o qué?— se quejó —No entiendo porqué está aquí.
—Ah, ya me contó tu trastada de anoche— dijo el jefe distraídamente, mientras colocaba el dispositivo en una laptop —¿No recuerdas que no debes implicar a civiles en tus misiones?
—No creo que el "doctor" sea un civil— señaló sarcástico.
—Por eso te salvas esta vez de la reprimenda— dijo Namwook y luego Jaekyung lo vió fruncir el ceño —Mierda, es peor de lo que pensaba— se le escapó.
—¿Qué cosa?— preguntó Jae y el jefe se cubrió la boca, mientras seguía viendo la pantalla.
—Te daré los detalles cuando me reúna con el equipo de análisis. Esta será tu nueva misión— anunció muy serio.
—Al menos dime de qué se trata— se quejó, pero sin querer parecer ansioso.
—Tráfico y prostitución infantil— dijo Namwook con seriedad.
—Hijos de puta— farfulló rabioso y notó como el señor Kim apretaba los apoyabrazos del sillón.
—Es bastante peligroso, así que esta vez no irás solo. Kim Dan será tu compañero— señaló y Jaekyung borró su molestia con una carcajada irónica.
—Es un chiste, ¿verdad?— preguntó risueño.
—No, las órdenes vienen desde arriba.
—Será un gusto trabajar contigo— dijo Dan con formalidad.
—¡Ash, cierra el pico!— exclamó y miró a Namwook —No acepto esto. Sabes que trabajo mejor solo, será un maldito lastre para mí, estar todo el tiempo pendiente de su mierda.
—En realidad, el señor Kim es el que estará pendiente de tí. Tiene más experiencia como agente que tú— la carcajada de Jaekyung esta vez fué estridente.
—¡No me jodas! ¿Por qué nunca lo he visto entonces, si está en la agencia?
—Eso es clasificado— bromeó el jefe.
—No, olvídalo. Busca a otro para el trabajo— se puso de pie con la intención de irse.
—Jae...— llamó Namwook con un tono lastimero que lo hizo detenerse. Cuando giró a verlo, el jefe había volteado la pantalla, mostrando varias fotografías muy explícitas.
—¡Me cago en tí, Namwook, y en todos tus malditos ancestros!— gruñó y luego se despeinó con rabia antes de cerrar la laptop con un manotazo.
—Descansa hoy, nos reuniremos mañana a las 14 horas.
—Sí, lo que sea— farfulló.
—Fué un placer conocerte— dijo Dan y Jaekyung se relamió los labios antes de inclinarse hacia él.
—Primer día y ya te odio, ¿qué tal?— preguntó cínico y ni siquiera se molestó en cerrar la puerta al salir.
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3 SECONDS
ФанфикJaekyung es un agente especial, que es asignado a la misión más importante y peligrosa de su vida, recibiendo como compañero a Dan, quien para su opinión, parece un verdadero incapaz, pero resulta ser toda una caja de sorpresas. Juntos, eliminaran t...