Capítulo 17

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Tengo demasiado espacio en la cama de Silvia, ha tenido que despertarse antes. Dijimos que la iba a despertar, pero estaba tan cansado que no he notado ni cuando se ha levantado.

Observo su habitación, he entrado varias veces, pero como siempre estaba ella no me había fijado en nada más, tiene el escritorio despejado, es increíble siendo ella, la pared esta llena de fotos, hay muchísimas de ella y Andrea a lo largo de los años, ella de fiesta con los chicos, hay una foto en la que está en la montaña, sentada en el suelo, con la cara de recién despertada. Seguramente será del viaje que hicieron todos menos yo, hay una foto en la que salgo yo, aquí tendría unos 17 años, estaba en la piscina de casa aunque no recuerdo ni cuando me la hizo. Cuando veo estas cosa pienso que debería haber venido más veces, me he perdido tantas cosas.

Bajé a la cocina y allí estaban los tres, abracé a Silvia por detrás, ella puso sus manos en las mías.—Buenos días, ¿me preparas un café por favor?—le pedí a la vez que le besaba el cuello, ha accedido sin rechistar hoy la he pillado dócil, por ahora.

—Buenos días, yo no tardaré en irme a casa—cuando David dice que se va a casa siempre pasan unas horas hasta que se va de verdad.

—No me dejes sola con ellos, por favor—Andrea le ha dado la excusa perfecta para quedarse.

—No puedo, de todas formas paso a por ti a las 16, recuerda que reservamos lo de pintar un cuadro—para otras personas eso sonaría a cita, para ellos no.

—¿Dónde vais?— les preguntó Silvia, espero que no se quiera apuntar a ese plan.

—A pintar un cuadro mientras te ponen copas de vino, ¿queréis venir? Igual aún podemos reservar—Silvia dile que no a Andrea.

—No, hoy me quedo en casa en la piscina— le contestó mientras me traía mi café, me gusta el plan de la piscina.

David salió después de desayunar, debe de tener que hacer algo importante si ha salido tan pronto, Andrea fue a por sus maletas y Silvia se quedó conmigo.

—¿Qué hacías durmiendo en mi cama? Ni me di cuenta de cuando te acostaste— se acercó a mí un poco más, ahora estamos solos y podemos darnos los buenos días correctamente, empezó a besarme despacio hasta que me mordió el labio inferior.

—¿Les haces hueco en la cama y abrazas a todo el que venga en mitad de la noche mientras duermes?— la senté encima de mí, ella apoyó su cabeza en mi hombro besándome el cuello.

—Voy a tener que empezar a cerrar la puerta con llave, mi vecino acosador está obsesionado conmigo—mis brazos rodearon su cuerpo—No tienes escapatoria, sé abrir esas puertas, son años de práctica—Silvia resopló, escondiendo su cara en mi cuello como resignación.

—¿Qué planes tienes para hoy?—me preguntó.

Hoy es nuestro primer día en casa como pareja de forma oficial y no tengo ni idea de como se hacen las cosas, supongo que ninguno lo sabe, lo mejor es dejarnos llevar y ya está.

—No pensaba hacer nada en concreto, hoy quería descansar, estar en la piscina y poco más, ¿y tú?— igual ella tenía algún plan pensado.

—Pues como Andrea y David no estarán se me ocurren un par de cosas que podemos hacer para matar el tiempo—es fácil saber en qué está pensando, yo también pienso en lo mismo.

Su móvil empezó a sonar, la cara de Silvia cambió en cuanto leyó la pantalla, MADRE, es lo que pude leer, se fue a la terraza a hablar con ella, la entiendo, si mi padre me llamara pondría la misma cara.

Andrea dijo que vendría esta semana, pero no concretó cuando. Me terminé el café que por supuesto se había enfriado y subí a hablar con ella.

Toqué a su puerta antes de entrar, —Pasa Sergio—su respuesta como siempre gritando, cuando estoy solo a unos pocos metros de distancia.

Si no fuéramos tú y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora