Capítulo 11

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Hoy va a ser un día duro, joder la cabeza me va a explotar, ¿Pero cuánto bebimos anoche? Todo lo que pudimos y un poco más, miro el móvil, silencio absoluto, ni mensajes de estos ni de Andrea ni de Silvia. Es la 1 del medio día y en la habitación hay una máquina de café espero que por lo menos hayan dejado cápsulas o no seré capaz de ir al bar de abajo.

Era mi día de suerte, había unas cuantas para poder sobrevivir, estoy hecho polvo, mando un mensaje al grupo de los chicos, solo he puesto ¿alguien está vivo? Si seguimos a este ritmo no duramos esta semana, la pantalla se ilumina, es un mensaje de David, dice de ir a la playa, estoy yo para irme a la playa, yo quiero volver a meterme en la cama y no levantarme hasta esta noche.

Me tomo el café intentando que algo mejore y escucho como llaman a la puerta, voy en calzoncillos, me da igual, abro la puerta y veo a David listo para ir a la playa, pero con las gafas de sol, tiene resaca o no las llevaría puestas dentro del hotel, le hago una señal para que entre y cierro la puerta a su paso.

—Estoy fatal— dice mientras se tira en mi cama

—Yo también ¿y quieres ir a la playa?—no tiene sentido

—Dicen que lo mejor para la resaca es beber cerveza, pillamos unas hamacas y dormimos allí—

—¿Y no sería mejor dormir aquí con el aire acondicionado?— creo que tiene más sentido que pasar la resaca en una hamaca en la playa pasando calor.

—No porque si no sales no te espabilas, venga va vamos que para esto hemos venido— no estoy muy convencido de su teoría, cojo la ropa y voy al baño a cambiarme, me puse el primer bañador que vi y una camiseta de tirantes, me miro en el espejo y veo que estoy peor de lo que pensaba.

—Vale, vamos, pero si me agobio me vuelvo a hotel, tú te puedes quedar allí si quieres— no he salido de la habitación y ya me estoy arrepintiendo.

Vamos caminando por los pasillos del hotel hasta llegar a la salida que da directamente a la playa, también podríamos habernos quedado en la piscina, David dice que piscina ya tenemos en casa y yo no estoy de humor para discutir con él.

Alquilamos unas hamacas en el mismo sitio de ayer, yo dejé mis cosas y me tumbé en una de ellas, ahora estaba completamente seguro de que en el hotel estaría mejor. David fue a por algo de comer y de beber, no tardó mucho en volver con dos cervezas gigantes frías y unos bocadillos, yo miraba la comida intentando no vomitar, anoche no estaba tan borracho, creo, lo recuerdo todo, más o menos.

—Brindemos porque funcione— David me dio una de las cervezas, realmente espero que funcione.

Empecé a beber y hasta me sentó bien, estaba fría, intente comer un poco, no quería meter más alcohol con el estómago vacío. Media hora después debía reconocer que me encontraba mucho mejor, no al 100%, pero ya no tenía la sensación de no poder ni moverme aunque seguimos en las hamacas ya habíamos ido una vez al agua para refrescarnos.

Por suerte para mi David no dijo de la conversación de anoche, igual no lo recuerda, no quiero que empiece a enumerar los motivos por los cuales estar con Silvia es una mala idea.

Pasaron un par de horas y los demás empezaron a aparecer, tenían una pinta horrible, igual que nosotros hacemos no mucho, nos contaron que cerraron la discoteca a las 7 de la mañana y que hoy querían repetir, están locos.

Juan y el insoportable primo de Rubén, estaban en la barra mientras qué Luis se acostó en una de las hamacas.

—¿Y Rubén?— le pregunté a Luis —Se fue con la chica anoche, ha mandado un mensaje, dice que nos vemos esta tarde aquí— lo que faltaba el tío desaparece y nos deja aquí a su primo.

Si no fuéramos tú y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora