Las mañanas de finales del otoño son frescas y tranquilas, rodeada de esos colores cálidos al rededor de las calles de Seul mientras voy en mi camino a la universidad, en mis audífonos suena Cardigan de Taylor Swift, al llegar soy interrumpida por ese increíble grupo de amigos que me hice el primer año de preparatoria y este ya es el ultimo.
–Su Jin.–Sunoo salta sobre mi y me da un fuerte abrazo.
–Hola Su.–Jake dijo levantando la cabeza en forma de saludo.
–Que pasa Su.–Sunghoon me tomo en sus brazos abrazándome y alzándome del suelo.
–Mi buena amiga, me cambias por eso idiotas. –Ni-ki cruzo los brazos indignado.
–Cállate Ni-Ki.–Fui y le di un fuerte abrazo.
–Ahora, que haremos, estamos a 4 semanas de salir de vacaciones, ¿vamos a un café después?–Jay llegó y se unió.
–Si yo voy todos irán.–Jungwon se unió a nosotros.
–Genial nos vemos después.–Me despedí de los chicos y Jake llego por detrás alcanzándome.
–¿Que pasó, Su?–Jake tomo mi hombro.
–¿Que?, no pasa nada Jakey, que tengo me volví a equivocar de aretes.–Tape mis orejas y baje la cabeza avergonzada.
–No, no es eso, es que te ves...–Se acercó para mirarme.
Rechace su acercamiento y me hice para atrás.
–No pasa nada, Jake todo esta genial.–Le di una pequeña sonrisa para demostrar que estoy bien.
–Bueno, me iré a entrenar, ey y no olvides decirle a tu amiga extrajera...–Trato de recordar el nombre.
–Maya.–Le respondí.
–Si ella que la esperaré en la cancha.–Lo de siempre.
–Bien, Jake nos vemos después.–Moví mi mano de un lado al otro lado.
–Bye, Su.–Se fue desaparecido en el pasillo.
Jake no era tonto por mi forma de actuar, el me cocía casi como la palma de su mano, estás fechas siempre han sido difíciles para mi familia, mi madre murió hace casi 4 inviernos y si ya 4 años casi, pero mi padre no la a pasado bien.
Trata de disimular pero siempre tiene ese semblante de tristeza en su rostro mi hermano trata de hacer el ambiente más tranquilo y no pasado, pero desde que fue a la universidad al extranjero hace 1 año ya no es lo mismo para papá que la pasa mal siempre.
–Señorita, Choi–El señor Nam llamo mi atención.–¿Puede repetir lo que eh dicho?
–Una disculpa, no eh escuchado.–Me disculpe cabizbaja.
–Bien, ponga atención por favor.–Me limite a oír su aburrida clase, siempre es lo mismo.
El timbre sonó al fin.