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-¡Feliz viernes!
Chaewon entró por la puerta del apartamento. En sus manos tenía una bolsa del supermercado, y eso explicaba por qué no había llegado a la hora que siempre lo hacía. Hyeju, mientras tanto, se encontraba sentada en el sofá mientras miraba una película. Volteó a ver a su amiga cuando la escuchó.
-¿Por qué sería feliz? Te llamé hace tres horas diciéndote lo que pasó en el trabajo- Soltó un gruñido -Clientes imbéciles...
¿Por qué Hyeju estaba tan molesta? Fácil. Trabajaba en una cafetería, y al trabajar entre semana, los días solían ser bastante tranquilos. Era un trabajo perfecto para ella, alguien que detestaba el ruido en exceso. Sin embargo, ese día no había sido uno muy bueno, no cuando, aún siendo temprano, llegó un chico a molestar. No sólo era descortés, sino que también estaba molestando a las trabajadoras, tal vez no de manera explícita, pero sí con ciertas frases de doble sentido.
-Y es justo por eso que quiero que este fin sea diferente- Chae dejó la bolsa sobre la mesa, yendo a sentarse con su amiga -¿Crees que dejaré que esta linda chica se quede molesta?- Apretó ambas mejillas contrarias.
