¡Tᴇ ᴏᴅɪᴏ! | 𝖀𝖓𝖎𝖈𝖔𝖗𝖓 𝕭𝖑𝖔𝖔𝖉 𝖝 𝕺𝖈 [𝐏𝐀𝐔𝐒𝐀𝐃𝐀]

Prólogo

Era una mañana tranquila, un pequeño bote se encontraba en el mar llevando a una pareja que venían de un país extranjero, La tierra de Ucrania para ser exactos, ambos estaban migrando de su país ya que debido a que la mujer vivió la mayoría de su vida en España por lo que no le sería mul difícil integrarse ahí.

Aquella pareja bajó de su barco con cuidado, ya que en poco tiempo aquella pequeña familia dejarían de ser tan solo 2. Se encontraban muy felices por lo que empezaron a caminar por el pueblo encontrando a Otto el padre de la mujer.

—Papá...—Dijo la mujer abrazando al anciano de tan solo 50 años de edad que abrazó a su hija.

—Mi pequeña Mantequilla...—Dijo el anciano recibiendo a la mujer y a su esposo en la nueva casa que compró para ellos, está siendo lo suficientemente grande para una familia de 4 personas.

—No debió molestarse señor Otto—Dijo Algodón, nacido en Ucrania pero que podía hablar el español perfectamente, el hombre solo dió 2 palmadas en la espalda de su yerno de forma paternal

—No te preocupes Algodón, todo para mi única hija y su querido esposo—Menciono el hombre dando 2 golpes nuevamente.

El tiempo pasó, debido al fruto de su amor nacieron: Cookie, la hermana mayor de tan solo 10 años, siendo una niña sana y hiperactiva, al igual que el pequeño Vainilla de tan solo 1 año de edad.

Ambos siendo amados y cuidados por sus padres, estos al ser jóvenes, les gustaba interrumpir la caza a los unicornios, no les parecía justo para ellos.

—¡Papi, quiero aprender sobre arquería, quiero ser igual que tú!—Dijo la pequeña niña sosteniendo un arco mucho más grande que ella haciendo que el hombre ría dulcemente acariciando la cabeza de la pequeña.

—Claro mi niña—Dijo el mayor acariciando su cabecita.

[...]

La mujer cantaba una dulce canción de cuna en ucraniano, que había aprendido en aquella tierra,siendo la canción Luli Luli mientras cargaba al pequeño Vainilla arrullando al niño.

—Ahora a dormir Cookie.—Dijo la mujer cobijando a la pequeña niña la cual se acostó en su cama durmiendo.

—¡Mami, Papi! ¿A dónde van?—Pregunto la pequeña niña por lo que su padre se agachó acariciando la cabeza de su pequeña niña.

—Mi princesita, hoy Papi y Mami van a cuidar a los más necesitados pero si quieres, cuando regresemos te puedo dar otra clase de arquería.—La niña asintió felizmente abrazando a su padre que inmediatamente empezó a reír.— Te vas a quedar con tu abuelito, te portas bien.

—Si Papi, no puedo esperar a que regresen—Mantequilla se acercó depositando un beso en la frente de su pequeña niña.

—Regresaremos pronto—Dijo la mujer para ponerse una capa de color turquesa. El hombre se puso su capa de color azul marino por lo que ambos salieron de su casa dejando a Cookie junto a su abuelo.

—¿Van a regresar?—Volvio a preguntar al anciano que asintió tranquilo para que la pequeña niña se calmará.

—Si Cookie, te aseguro que van a volver, solo fueron al bosque ¿Que podría pasar?—

Los gritos se escucharon por fuera de la casa, el pueblo estaba furioso por lo que el hombre mayor cargó a su nieto y tomando la mano de la pequeña Cookie para ver qué pasaba, ya que como no era seguro tenía que llevarlos.

—Creo que van a ejecutar a alguien—Menciono mientras que la pequeña miraba curiosa de quienes se trataban.

El anciano dejó al pequeño a cargó de su hermanita, no creía lo que estaba viendo.

—¡Mi hija, esa es mi hija!—Grito preocupado al ver a la mujer colgada de muñecas que estaba viendo fijamente a su padre.

—Otto no te atrevas a defenderlos, son unos criminales, defienden a los unicornios—Menciono un joven de la misma edad de Mantequilla.

—Looky eres mi ahijado, no puedes hacerle esto a mi hija, ella es buena—

—¡PAPÁ, VETE!—Gritó llorando implorando a qué se retirará con sus pequeños niños.

—Otto...quiero que cuides a mis niños, solo te pido que les dejen lo último que queda de nosotros...—Dijo señalando con la mirada las capas que solían llevar para proteger a los unicornios.

Los cazadores se prepararon para atacar y terminar con la vida de ellos, Looky al mando esperó pacientemente a que terminará.

—Papá...te amo...—El hombre tomo las prendas para llevarse a su nieta en brazos que solo logró ver la última sonrisa de su madre.

Looky cerró su puño haciendo que todos los cazadores soltarán flechas que atravesaron el estómago de ambos.

—Mis bebés...mis bebés...—Fueron las últimas palabras y las últimas lágrimas que pudo emitir antes de cerrar sus ojos y no volver a abrirlos