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Siempre supo que no debió haberse encariñado del fatui, siempre supo que no debió haber tomado su mano, que no debio abrazarle, que no debio besarle. Y aun así; lo había hecho. ¿Donde había quedado su rectitud? Donde fue a parar cuando su mente se nubló de amor y pasión? No era correcto, no cuando Childe era el undecimo de los heraldos fatuis, y no cuando él era el ex arconte de Liyue ¿pero como se suponía que debía resistirse? Como lo hacia cuando Childe le regalaba las sonrisas más grandes y brillantes, las más bellas que haya captado? ¿como se resistía a la idea de que sus labios chocarán? Como no pensar en el cuerpo del heraldo? Demasiadas preguntas para alguien que si bien debería poder contestar, no podía hacerlo.
Zhongli estaba atraído por Tartaglia, y esa atracción no se quedaba solo en el cuerpo del pelirrojo, su personalidad, su actitud, su forma de hablar, de expresarse...¿como no caer? Estaba enamorado de él.
Y fue ese amor lo que les había traído a este momento: "Xiansheng...el cielo se ha tornado rojo.." - La inolvidable voz de su querido resonó, Zhongli lo sostuvo con fuerza entre sus brazos antes de contestar. - "Te prometo que volveras a verlo azul..."
Se suponía que el mundo no debía de arrebatarle más, Teyvat se había llevado ya a demasiadas personas de su vida, ¿Como podía este lugar tan horrendo intentar quitarle a Childe? No lo permitiría.- "Estoy algo cansado..." - El murmuró del heraldo le trajo un momento de pánico, e hizo que apresurara su caminar.
- "Manten tus ojos abiertos...por favor, pronto estarás bien.." - Sonríe, y casi como instinto, Childe le devuelve la sonrisa, antes de apoyar su cabeza en el hombro del hombre que le carga de forma nupcial, Zhongli lo encierra más cerca de su cuerpo, agacha la cabeza y besa suavemente la frente del chico moribundo entre sus brazos, puede sentir su respiración lenta, puede ver como la sangre de su amado se resbala por entre sus dedos, No importa ahora su ropa, Childe no tiene mucho tiempo.
El mundo a sus espaldas tampoco importa, la caída de la nación del cryo sucedía y él solo podía ser egoísta en ese momento, Pues no había nadie más que Childe, que le importara. ¡que se pudrieran todos! Zhongli no dejaría de lado al heraldo para salvar a nadie más que a él. Que historias de libros retrataran este momento y lo plasmaran como quisieran, que criticas llegarán, que las bocas de los metiches hablaran de él, Que borrachos le juzgarán, que tiraran sus estatuas y que perdieran fe, que el mundo se marchitara y que los cielos cayeran, Nada es importante, nadie más que el joven que pierde su mirada por cada segundo.
Cuando esta fuera del peligro, recuesta con el más suave cuidado al fatui en el pasto muerto y seco, y se sienta de rodillas a su lado, antes de tomar su cabeza y recostarla en el regazo. Zhongli pasa una de sus manos por el pecho del menor y deja la presión de su palma en la herida abierta cerca de su ombligo.
"Mi lord" - Una tercera voz aparece, el chico de baja estatura suelta su lanza y se acerca lentamente, la máscara de este desaparece y muestra su rostro. - "Él esta...muy herido, no va a-"
"Lo hara" - interrumpe, y voltea a ver al adeptus, una mirada desorbitada y desesperada, sus ojos ambars están oscuros y las cejas fruncidas en su rostro solo le dan una imagen terrorífica, es como si pudiera matar a cualquiera con ella, pero a la vez, es tan...rota.
Xiao se queda callado, da una reverencia y tras tomar su lanza, se aparta un par de metros. Zhongli voltea a ver al fatui cuando lo escucha toser descontroladamente, asustado intenta apresurar su poder de curación.
"Z-zhongli..." - La mano de Childe se posa en su mejilla y se siente fría, sus ojos azules brillan tenue, y se puede observar como poco a poco sus parpados tiritan cansados. - "No hables...estarás bien..." - Intenta calmar, tomado la mano que le acaricia con un único roce de dedos, atrapa esta y le da un apretón, No quiere escuchar lo que sabe, Childe le dirá.
"Xiansheng..por favor, escúchame..." - Zhongli no sabe de donde Childe ha sacado las fuerzas para levantar un poco su cuerpo y más aún, para sonreirle.
"Childe...n-" - Unos suaves labios le callan, y es ahí donde sabe que debe aceptar la realidad de las cosas, y no quiere...no puede hacerlo, asi que corresponde el beso, No le importa la sangre en la boca de su amado, no le importa sentir como poco a poco Childe vuelve a recostarse en su regazo, perdiendo fuerza. No quiere aceptarlo, no lo hará, asi que lo abraza con fuerza y solloza sin lágrimas.
"Zhongli..." - Los brazos de Childe le rodean y puede escuchar una débil risa sonar en su oído-"te amo"
"Yo también te amo, Ajax, te amo y te amare siempre..por favor.." - Le apreta en su cuerpo y le da varios besos en su hombro, en su cuello, en donde sea, solo lo hace, mientras su respiración se agita y su voz se rompe.- "no me dejes.."
Childe siente sus ojos aguarse, sus manos ya no pueden sostenerse del cuerpo de Zhongli y es este quien le mantiene en su lugar para evitar que caiga, Sus palpitaciones son tan lentas que sabe que lo inevitable llegara, es por eso en que cuando el mayor rompe el abrazo y le sostiene por la espalda, Childe no llora, no suelta el dolor que poco a poco se va desapareciendo. Pero no por la curación. Le da una sonrisa tan bella, tan grande y hermosa que hace que el ex arconte se olvide por un segundo lo que esta pasando. Y no es hasta que la sonrisa se va quitando en que, Zhongli ve el momento exacto en donde la vida se le va.
Lo llama un par de veces, repite sus distintos nombres esperando a que le conteste por alguno de ellos, pero Ajax no mueve sus labios, sus ojos no han cambiado mucho pero ahora ni siquiera le observan, sus pupilas se han aclarecido un poco. Zhongli lo aferra entre sus brazos una vez más, antes de volver a besarlo y sentir en sus labios el último aliento de su amado.
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