¿Cómo fuiste capaz?

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     Mientras todos descansaban en el departamento, Astrid aprovechó que no podía dormir y sigilosa se fue a la diminuta terraza que daba a la calle para poder fumar tranquila. Habían sido muchas emociones juntas y necesitaba relajarse.

-          ¿Insomnio?-(inquirió en susurros Yulia al acercarse con un shot de vodka para compartir)

-          Un poco… ¿Tú?-(suspiró al recibir el trago)

-          “Aún no me baja la ansiedad…”

-          ¡Hiciste algo extraordinario Volkova, te respeto!

-          “Bromeas…”

-          ¡No, en absoluto, realmente admiro lo que hiciste! “ De no ser porque ella te ama, me caerías de maravillas…”-(bromeó sincera)

-          ¡Cuánta gentileza! Admítelo, te  agrado…

-          ¡ Aún creo que eres una mocosa entrometida y amo a esa pelirroja, no me presiones!

-          ¡Sabes… “En otras circunstancias estaría furiosa, pero de no ser por lo que sientes por ella, no estaría con vida…” y estoy agradecida por ello!

-          “ Tenías razón, Lena merecía a alguien que la amara, la valorara y cuidara, nunca pude darle eso, mi ego me cegó y no aprecié la hermosa mujer que tenía a mi lado… Estos meses fueron más que suficientes para ver lo equivocada que estaba y cuánto la amaba, recé cada noche porque llegaras a buscarla…” Soy yo quien está agradecida…-(brindó y tomo un trago de su bebida)

-          ¿Paz?-(Yulia brindó)

-          Paz…-(sonrió al terminar su trago)

El viaje de regreso fue largo, debieron esconderse hasta llegar a Moscú y presentarse ante las autoridades. Yulia estaba dispuesta a todo, sin embargo, Sergey sugirió ser cautelosos en cuanto a Jhon,  no sabían que había sucedido con él. Astrid volvió con ellos, era la testigo principal para las denuncias contra Oleg Volkov.

El dr Volkov estaba parado en el umbral de la casa de su ex esposa, golpeando incesantemente, la había llamado hacia un par de días por si tenía noticias de Yulia y no la pudo ubicar, aparentemente tampoco estaba en su casa ese día. Algo le decía que las cosas no andaban bien. Suspiró resignado y volvió a su auto, tomó su celular y marcó un número muy conocido.

-          “Soy yo, sí, sí…ya se que tú hijo está en América…tenemos que hablar, es urgente, voy a tu oficina…”-(cortó ofuscado y tiro el celular al asiento del copiloto)

Al llegar a la ciudad de Moscú, quedaron que empezarían con todas las denuncias a la mañana siguiente, por lo que dejaron a Astrid en su antiguo departamento y siguieron viaje a la casa de los Katin. Inessa al ver a su hija lloraba de la emoción estrechándola entre sus brazos, susurrándole cuanto la había extrañado y lo mucho que la amaba.

Una vez que se calmaron las emociones del reencuentro, se dispusieron a cenar y a oír la increíble travesía de Yulia para ir en busca de Lena.

-          ¿Cruzaste todas esas ciudades disfrazada de hombre? –(pregunto asombrada Larissa)

-          ¡Y no sabes lo convincente que se veía mamá!-(bromeó Milo)

-          ¡Oh! ¿Nadie tomó una fotografía? –(se lamentó Helle)

-          “ A penas si conseguimos que no quemara el disfraz…”-(contó Sergey)

-          ¿Para tanto?-(inquirió Inessa sorprendida)

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⏰ Última actualización: Sep 12, 2023 ⏰

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TEMPO II: "El amor trasciende"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora