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"¿No somos compañeros? ¿Por qué no me avisaste que teníamos un caso?" Gavin le preguntó a su compañero, yendo hacia él después de bajarse de su auto.

Nines estaba de espaldas, pero cuándo lo escuchó se giró rápidamente. Sus ojos brillaban al verlo, cómo nunca, tomando por sorpresa a Gavin; quien puso una expresión de confusión y cruzó sus brazos en la espera de una respuesta.

"Perdón, realmente no entiendo qué me pasa. Simplemente no pude hacerlo" confesó, apenado.

"Resuélvelo entonces" Gavin chasqueó su lengua, descruzando sus brazos e introduciéndose a la casa, "¿Qué tenemos?", preguntó, restándole importancia a la cara triste de su compañero.

"Estamos rastreando la huella de la persona que filtro el virus en las actualizaciones. Hannah García, esa es su nombre, toma" el androide le entregó el documento de identidad, "Treinta y dos años, soltera. Según Cyberlife trabaja para ellos desde hace más de diez años".

"¿Diez años? ¿Qué hacía allí adentro?" Gavin resopló.

"Limpieza, por lo que tenía acceso a varios lugares que podrían considerarse centrales para las actualizaciones de los androides".

"Bien, ¿Tenemos la orden para allanar la casa? No quiero al viejo molestándome luego", le preguntó a su compañero, esté asintió con la cabeza.

"Sí, firmada hace una hora aproximadamente".

"Empecemos, entonces".

...

"Entonces, alguien debe estar ayudándola. Los hoteles y moteles de todo el condado no registraron un usuario con su nombre, ni apellido. ¿Crees que cambio de identidad?" Gavin estaba sentado en la silla de su escritorio, girando las ruedas de lado a lado con su pierna. La casa fue fácil de revisar, no tomó demasiado hacerlo. Sin embargo, tampoco consiguieron mucha información sobre ella más de que productos de baño utilizaba y que era su almacén está repleto de comida apta para celiacos.

"Las probabilidades son ocho sobre cien, casi nulas", negó en respuesta. "Pero, sí, quizás alguien más esté involucrado. Después de todo, para que la actualización sea aceptada, debe pasar por lo menos cinco instancias de aprobación".

"Entonces ahí tienes" Gavin se puso de pie, dejando sus notas sobre el escritorio, "Deberíamos buscar a esos hijos de puta y preguntarles. Quizás todos ellos sean parte. Pero primero..." Gavin tomó su vaso de café vació, "Voy a servirme una taza de café".

"Espera" el androide posó su mano sobre la de Gavin en la taza. Gavin miró la mano Nines y luego lo miró a los ojos, "¿Por qué no comes algo?".

"¿Por qué pueda que solo quiera un puto café...?" Gavin preguntó retóricamente, quitando la mano del androide sobre la suya y dejándola caer.

Nines suspiró y volvió a tomar su mano, pero ahora dejando la taza de Gavin en el escritorio, "Ven, quiero mostrarte algo".

...

"Por dios, esto es... ¡Dios!" Gavin gimió tomando un sorbo del café que su compañero había comprado para él, "¿Dónde estuvo esta cafetería toda mi vida?".

"Hemos pasado por aquí muchas veces, siempre rechazaste la idea de venir porque, citó: los empleados tienen cara de idiotas".

"Buen punto, ¿Quién diría que esos idiotas prepararían tan buen café?" Gavin sonrió, mirando el ceño fruncido de los empleados de la cafetería.

"Mantienen la manera tradicional de preparación, como te gusta a ti. Le ponen un poco de chocolate, pero sin azúcar. Granos de café naturales, sin agregados artificiales" Gavin lo escuchaba mientras le daba un mordisco a una dona, "Y también venden las donas de la panadería que te gusta".

"¿Cómo es que sabes tanto de mí?" Gavin habló, masticando la dona.

"¿Cómo no saberlo?", las mejillas de Nines se pusieron levemente azules, "¿Cómo no voy a conocer los gustos de mi amado?".

Gavin se ahogó con la dona, comenzó a toser sin control. Nines cerró sus ojos, en realidad no lo dijo porque lo sintiera, pero no podía evitarlo. Su relación con Gavin era de amantes, las misiones referidas a él eran románticas, hasta sexuales.

"¿Tu amado?" Gavin se recuperó, continuaba tosiendo, pero ahora era más una risa.

"Sí, vamos, búrlate".

"Lo iba a hacer antes de que me dieras el permiso, gilipollas" Gavin continuó bebiendo su café, "¿Entonces no era un chiste? ¿Realmente estás enamorado de mí?", le preguntó, mirándolo a los ojos.

"Sí. Digo, no. No es verdadero, solo... ugh, no sé. Te dije que estoy enfermo" Nines lucía frustrado, pero Gavin no lo ayudaba tampoco. Estaba disfrutando de ese momento. Seguramente esos días, hasta que encontraran la solución al problema, iban a darle razones para reírse hasta el día de su muerte.

"¡Ey!, espera..." Gavin frunció el ceño, "¿Enfermo? ¿Así te refieres a un enamoramiento hacia mí? Eres un cabrón". 

Enamórate de alguien másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora