PROLOGO

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ASHLEY

Sali corriendo de la casa de Gabriela y rompí en llanto dejando caer la falsa mascara de dureza que tenía, ¿por qué hizo eso?, ¿y por qué mierda me dolía tanto?, sentía como si me arrancaran una parte de mi corazón y de mi alma.

Un gran pedazo de mi se rompió y supe que dolería por mucho tiempo.

Estaba tan absorba en mis pensamientos que no me di cuenta que había llegado a las puertas principales del edificio en el que vivía, ni tampoco de quien estaba frente a mi viéndome llorar como desquiciada, él estaba quieto viéndome a mis ojos cafés y yo a sus orbes de diferentes colores muy cansada como para decir una palabra.

Sonó un trueno en medio de la torrencial lluvia que nos hizo despertar de la ensoñación en la que estábamos y pensé que iba a pasar de largo, pero como siempre, me sorprendía con algo nuevo. Dejó las bolsas que estaban en sus manos y se apresuró hacia mí mientras su expresión cambiaba de la neutra que llevaba todos los días a una de preocupación rápidamente.

Me miro de arriba a abajo buscando algún daño físico que obviamente no estaba allí, pero había uno mucho peor y era el que mi corazón había recibido al haber sentido como traicionaban su confianza.

-Gabriela...- tenía un nudo en la garganta, ni siquiera podía articular más que su nombre.

Su jodido nombre y el del otro imbécil estaban implantados en mí, quería borrarlos de mi cabeza, desearía no haberlos conocido jamás así me habría ahorrado mis lagrimas y los trozos de mi corazón que se han llevado.

-joder- oí la desesperación en su voz- te lo dije Ashley, todos te lo dijimos, queríamos evitar esto, pero tú y tu terquedad no querían ver lo que estaba frente tuyo

Llore con más fuerza porqué era cierto.

Siempre quisieron advertirme de lo que eran ellos dos y no lo quería ver por más claro que estaba

-No puedes depender de alguien, te lo dije- dijo enojado, pero con voz suave- es bueno tener un ancla a este mundo, pero solo por un tiempo hasta que esa persona te defrauda, rompe tu corazón o te abandona- me tomo la cara en sus grandes manos y limpio mis lagrimas con sus pulgares- ahí es cuando te hundes en ti mismo, en tus pensamientos y en tus lágrimas. Para de llorar por favor, me duele cada gota que sale de tus hermosos ojos cariño.

Su voz se quebró un poco y allí me di cuenta que el sufría conmigo.

Que el de verdad entendía, de verdad lo hacía y no solo pretendía hacerlo.

Y yo.

Yo no volví a ser la misma después de perderla.

Debí hacerles caso.

jamás volvería a ser la misma.

No quería serlo.

No sin ella.

No sin mi amiga.




NOTA DE AUTORA

¿Que les pareció el prologo?

Another "Enemies to lovers"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora