❛❛ no me extraña tomar su mano,
al fin y al cabo el hilo rojo estaba
tirando cada vez que estaban lejos una
de la otra, no solo acelerando nuestra
ansiedad por estar juntos, si no,
también nuestros corazones danzantes. ❜❜
ᵒⁿᵉ ˢʰᵒᵗ ˢᵒᶠᵗ ᵎᵎ
ONE SHOT| CHANIN DELICADO Y MELANCOLICO. RECO: LEER EN BLANCO.
(Las fotos con textos, son las que jeongin pone en cada hoja junto a sus escritos)
POV: Jeongin deja versos para su amado, para que cuando lo lea recuerde cuánto lo amo.
Hoja uno.
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Jamás supe manejar las emociones, mientras mí ansiedad se desbordaba y escapaba vibrando hasta en la yema de mis dedos, no podía coexistir como alguien que sabía que vendría después, que sería de si mismo en unos minutos, horas, días, meses o años.
Pero cuando encontré una cabecita llena de rulos y diversas flores, las emociones que brotaban por todas partes, parecían incógnitas, o capaz estaban muy fugitivas, que ni siquiera yo encontraba la manera de describirlas, detectarlas, identificarlas.
Mis acuarelas habían sido golpeadas por un avión de papel, dejando tonos azules, púrpuras y rojos en él. Aquel avión llego junto a él, quien carecía de una mueca de pena, llena de hoyuelos y ojitos con la característica de parecer un cachorro arrepentido.
Mis ojos lo encontraron magnífico, mis neuronas de inmediato lo encontraron de un gusto obsesivo e impulsivo, como momentáneo.
Las disculpas llegaron y mí mente solo quería seguir contestando lo que él hablaba, queriendo lograr que permanecerá todo el tiempo que llegara a conseguir.
Me sentí como un enamorado desesperado por su amor verdadero, mis emociones actuaban y por primera vez sacaban sonrisas, estando serenó, cautivado.
Cuando lo logré, el estaba conmigo hablando sobre las acuarelas y del libro que vio sobre la manta, nos apasiona lo mismo: el arte.
Quedé tan enamorado, juro que jamás quede tan cautivado, me sentía pleno en aquel momento, tenía un cartel gigante que decía: llévame y guárdame en tu lugar de tesoros o cosas importantes, trátame como un diamante.
Desde ese día mi mente cada vez que lo apreciaba repetía una y otra, y otra vez; Quiero darte todo, entregarte todo de mí y del amor, del universo cada estrella y del mundo cada verso.
De un momento a otro no podía leer nada romántico que no podría imaginar que cada verso era el, el y sus rulitos que aparecían cada mañana o todas las tardes después de una ducha.
Cómo los adoro, daría la vuelta una y mil veces en cada uno, como lo hacía todas las mañanas con mis índices, peinando y dando mimos a su ser.
Hoja 2.
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