No se cómo iniciar, porque mi corazón se siente tan confundido, tan abatido por lo que pudo haber sido con alguien más, tan triste por haberse perdido en unos ojos que no me mirarían jamás en realidad.
Pero el corazón se confunde aún más cuando se trata de tus ojos, aquellos ojos en los que no quería perderme, esos ojos en los que tampoco quería encontrarme porque era demasiado complicado soltar.
Y ahora, ahora solo quiero permanecer en esos ojos claros, en esos ojos que comienzan a alborotar mis planes, en esos ojos en los que ahora comienzo a encontrarme, porque en realidad no es tan malo encontrarse en los ojos de alguien.
Tal vez solo sea mi necesidad por deshacerme de la noche que se alojaba en los ojos de alguien más, y ahora persigo la claridad del día reflejada sobre la verde hierba.
Dejaré ir esos oscuros orbes para disfrutar de la belleza y el resplandor del día, porque la noche me pareció tan fría cuando la vi reflejarse en lo que creí que me salvaría.
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Las cartas que nunca entregué
Historical FictionHubiese deseado entregarlas con tiempo, a cada persona sin dejar una dedicatoria especial pues es muy posible que nunca las lleguen a leer.