¿Cómo podrías comenzar a describir a Harry Potter?
— Alguien con mucho sentido de la justicia, además de divertido. Un gran amigo.— Diría Ron Weasley.
— Alguien carismático, pero muy imprudente. Además de ser un poco irresponsable cuando se trata de hacer tareas. — Respondería Hermione.
— Bueno... es alguien amable, divertido. Y un poco suicida. — Aseguraría Neville.
— Guapo, gentil, carismático. Un chico de ensueño... — Cho exclamaría con voz soñadora.
¿Pero cómo lo describiría Draco Malfoy?
— Competitivo, idiota, tonto, vengativo, imprudente, obsesivo, explosivo, calculador, ambicioso, guapo, coqueto, descarado, amable, carismático, divertido, ocurrente, valiente... — Enumeraría con voz monótona. — Y sobre todo, nada, para nada gentil. — Admitiría con fingido pesar.
________________________
— ¡Malfoy!
Draco detuvo su paso. La voz del idiota de su novio resonó en todo el pasillo.
Pansy y Theo se pusieron a la defensiva inmediatamente, mirando con ojos entrecerrados al chico de gafas que se acercaba a ellos. Blaise pasó su mirada del Gryffindor a Draco, levantó una ceja en una muda pregunta que no fue respondida y después sonrió con picardía.
Draco le enseñó el dedo medio de manera discreta.
— Potter. — Saludó con su usual arrastre de palabras. — ¿Se te ofrece algo?
Potter se hubiese acercado un poco más de no ser porque Parkinson y Nott ya tenían las varitas listas por si había que enfrentarse a un duelo.
— Creo que tú lo sabes mejor que nadie. — Fue lo único que respondió antes de pasar de largo, con una sonrisa que se le antojaba depredadora.
Cuando el chico dobló en una esquina para desaparecer de sus vistas, fue cuando Pansy no pudo evitar atormentarlo con preguntas.
— ¿Qué fue eso?, ¿Está insinuando algo?, ¿Te coqueteó?, ¿Es un tipo de broma?, ¿O peor, una amenaza?
Draco no respondió a ninguna de sus cuestiones, simplemente divagó un poco para cambiar de tema para seguir con su día. Afortunadamente los Slytherin sabían que si no eran llamados a meterse en un asunto, lo mejor era callar y esperar.
-0-
Después de tomarse una ducha salió a hacer su ronda de perfectos. Eso no era nada más que una excusa para escaparse hacia la sala de Menesteres, el lugar en el que siempre se encontraba con Potter para hacer todo tipo de cosas. La mayoría de las veces lo ayudaba con sus tareas o simplemente convivían, pero, si Draco consideraba que Potter se había portado bien a lo largo de la semana... le daba un regalo.
Así que, caminó por los pasillos solitarios, su única compañera era la oscuridad misma.
El "enfrentamiento" con Potter por la tarde era una clara invitación para verse, y Draco no estaba del todo en desacuerdo. Después de todo, era obvio para lo que lo quería.