-Siempre eh conocido mi deber de proteger a La arconte Dendro de su propio pueblo, pero estoy de viaje....¿¡Ahora que hago?!
Una ex-marioneta protucto de la Arconte Electro la cual la abandono, Ahora tiene como hogar Sumero con la promesa de proteg...
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Caminabas por el camino dicho por el extraño mientras el amanecer se veía al horizonte por donde caminabas alumbrando todo lo antes oscuro, eso significa que no dormiste nada en toda la noche. Pero bueno una noche sin dormir no mata a nadie
-(Mi viaje está tomando un rumbo bastante descarrilado, primero era quedarme en Sumeru y ahora estoy en Liyue......supongo que solo me queda seguir con el)
notaste a lo lejos unos dos guardias en la entrada de un puente, seguramente era el puente que daba a Liyue así que rápidamente activaste tu habilidad para correr velozmente hasta pasar de lago a los dos guardas
-Oye no notaste algo? -dijo el guardia a su compañero algo extrañado-
-Ja! Si lo hubiera notado probablemente ya lo tendríamos aquí, nadie se escapa de mi vista de águila -dijo orgullosamente-
-supongo -respondió para volver a su puesto-
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Llegaste y era justo como te lo imaginabas, un puerto decorado con puestos de comida o mercancía junto con unas edificaciones con lámparas y pocas aún encendidas con alguna corriente de aire frío debido a lo temprano que era, pero aún así se sentía como una Cálida Bienvenida.
A medida que avanzabas ibas viendo a personas abriendo sus puestos, una que otra se te quedaba mirando pensando que eras un extranjero debido a tu típica ropa de la Nación morada, pero no le tomaste tanta importancia sin embargo esas mirabas te agobiaban en parte. Así que miraste a tu único acompañante tu visión, te paraste en seco al lado de un árbol de la ciudad por suerte no había nadie a la vista, tomaste tu visión entre tus manos mientras la presionabas ligeramente
-(No se porque, pero...esto me tranquiliza) -regresas a donde estaba antes tu visión y suspiras- (Basta ___, este viaje lo haces para empezar de nuevo así que no puedes acobardarte) -te dijiste mentalmente para seguir caminando-
Unas horas después
Ya era cerca del medio día y estabas caminado ahora entre una multitud de personas, por fuera parecías como si nada pero por dentro estabas colapsando de miedo
