Capítulo 1

20 0 0
                                    

2023 y visto como una cristiana en medio caloron de verano, más de 40° todos los malditos días de este mes, y aquí estoy como pendeja creyendome en la torre eiffel tomando una copa de vino. La realidad es esta; estoy sentada en el comedor de un desconocido con un vaso de plástico lleno de vino barato del oxxo. Mi vida no podría ser más perfecta.

- Eres muy bella- decía el posible pedófilo que su mayor fantasía es violar a una chica como yo, linda y vulnerable a la vista.

- Gracias- decía yo con un puto disgusto en la cara, que vino de mierda.

- Me fascina tu nombre, es tan encantador como la persona que lo lleva-.

No sabía si reír o vomitarme con esas palabras. Solo acepté esta cita de Tinder para soportar un poco este mundo aburrido, pero no, las personas son una porquería a veces. Lo único bueno de esto es que no me ha violado, si llegara a matarme...no sería tan malo.

- ¿Te gustó la comida? No suelo cocinar pero esta es una ocasión especial- decía él con cierto encanto.

- Sí, la pasta quedó deliciosa- respondía seca. Toda la cena fue puro charloteo insignificante.

- ¿Estás cansada? Si gustas podemos ir a mi habitación y ver alguna película-.

- Sí, claro-. No podría estar más harta de todo, lo único que pensaba era en disfrutar estas últimas horas de la noche, no tengo otra cosa que hacer con mi vida.

.................................................................................

No voy a mentir, me encantó coger con él esa noche, llevaba días sin tener sexo, ya extrañaba tener un pene adentro de mí. Claro, el tipo parecía de esos que casi no salen de sus casas y viven jalandosela viendo hentai, pero la verga que tenía valía la pena. Al inicio él actuaba como si nunca lo hubiera hecho, no sé si era virgen, no es algo que me importe saber, de todas formas no hubo problema porque disfruto de dominar en la cama.

Al día siguiente desperté a su lado, su cama olía a sobaco sudado. Él se quedó recostado sobre mi pecho, con razón me dolía la teta. Moví su cara despacio y me levanté de la cama para alistarme y largarme de ahí.

- ¿Qué haces?- lo primero que dijo el pendejo al despertar.

- Ya me debo de ir, tengo mucho trabajo hoy- fui sincera con lo que dije. Ese día tocaba trabajar un chingo haciendo absolutamente nada porque estoy desempleada.

- ¿Trabajas los domingos?-.

- Sí, todo el día todos los días-.

- Suena muy cansado... ¿Cuándo nos podemos volver a ver?-.

- Oye ya me debo de ir pero fue muy lindo todo esto- lo decía mientras tomaba su billetera que quedó en el suelo a lado de su pantalón y camisa.

- La siguiente semana estaré libre todo el fin, no sé si tengas algo que...-.

- No puedo, todo este mes estaré ocupada, perdón. Pero cuando esté libre te avisaré-.

Terminé de ponerme la ropa, tomé todos los billetes(500, 200, 100 y 20 pesos) de su cartera y me fui antes de que pudiera decir otra palabra. No pensaba en ver a ese sujeto Julio nunca más.

MaríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora