María

Capítulo 2

6am, estoy caminando por la calle con un cigarrillo en la mano. Hace unos días salió la noticia de diferentes desapariciones de adolescentes, las personas lo relacionan con narcos y tráfico de organos. Que miseria.

Al llegar a casa fui directo al baño, me sientía sucia, abrí la llave de la ducha, estaba hirviendo. Usé mi barra dove pink, la tenía guardada para una ocasión especial. Hoy no es una ocasión espacial pero me siento a morir.

Cada mes se siente más pesado que el otro, no sé si soportaré por mucho tiempo este estilo de vida que llevo. Salir de casas, depas y moteles por el día para entrar de nuevo por la noche. No me considero una prostituta, solo una chica que se aprovecha de urgidos, ellos son los dispuestos a pagarme todo incluso por un simple beso. Talvez mi nombre correcto es "acompañante".

Escucho mi celular sonar, me llega una notificación, es el chico con el que me acoste... El mensaje decía:

"Me encantó conocerte en persona, eres más bella de lo que imaginé. Deberíamos volvernos a ver".

Nunca he sido de aceptar segundas salidas, no con todos, la mayoría comienzan a pedir más de mí después de eso, algo que prefiero evitar. Lo acepto, tengo miedo a que se enamoren de mí, me parece tierno pero triste. Sí creo que varios de ellos son muy guapo pero nada más allá de eso, a veces me pregunto si llegaría a sentir algo por ellos, amor, pero no lo veo. Nadie es mi tipo, nadie me gusta lo suficiente y menos daría tanto por alguien más. Nunca entenderé el "daría mi vida por ti" ni siquiera logro dar la vida por mi misma.

Respondo su mensaje:

"Sí, me encantaría volverte a ver".

No tengo ni puta idea de lo que estoy haciendo. Toca secarme el culo con la primera toalla colgada que veo. Huele a trapo mojado, hace días no lavo mis cosas. Me pregunto si ellos lo notarán o tienen tanta calentura que les deja de funcionar el cerebro y ya solo piensan con la verga. Igual he conocido a muchos hombres, por no decir todos, que ni saben limpiarse bien la cola y terminan oliendo a pura mierda. Sí que les gusta coger a lo sucio.

Debería preguntarle a qué hora nos veremos y en qué lugar. Tengo una puta hambre. Así que le vuelvo a escribir:

"Cuándo nos vemos?".

Debería comer una manzana, estoy segura de que dejé una en el refrigerados. Al revisar resulta que solo tengo una botella de vino a unas gotas de estar vacía y un yogur vencido, esa madre ya hasta moho traía. Tocará ir a la tienda aprovechando el dinero que tomé.

Suena mi celular de nuevo, es él respondiendo:

"Vamos al Tampes 11pm, te parece?".

Tampes es un bar basura de la ciudad al cual van puros señores solteros de 40 al terminar sus turnos. Es una porquería de lugar, perfecto para una segunda salida. Le respondo:

"Bien, ahí estaré".

Ya toda mi ropa estaba sucia, vi un vestido negro pegado y corto el cual se veía y olía decentemente. Noche salvada, creo. Tampoco gusto de relucir tanto, pero es importante recordarles por qué te invitaron, complacerlos un poco para que den lo necesario.

Antes de cambiarme decido ponerme una bata barata que había comprado en Shein, tienda de mierda pero económica. Estaba limpia porque había llegado apenas ayer por la mañana. Olía a plastico barato, químico, horrendo. De todas forma me la puse y decidí caminar vestida así hasta la tienda de la esquina.

Varios señores se me quedaban mirando y una que otra señora ponía su cara de envidia. No es mi culpa que no me importe nada. Si fuera por mí anduviera desnuda por toda la ciudad, sí me causa cierta excitación el que me vean, me hace sentir con poder.

Tomé un pan de barra, nuttela y nescafé. El mejor dayuno.

Al salir de la tienda y dirigirme a mi depa, alguien me chifló. No es nada nuevo pero tampoco era un chiflido común que suelen hacer los viejos verdes, sonaba diferente, vi a mi alrededor y no había nadie. Talvez ilusiono sonidos por casi no dormir. Con suerte logro dormir 4 horas. Tengo tanta basura en la cabeza que no logro concentrarme en nada. He leído que la gente que casi no duerme es más propensa a problemas en la salud, cada vez más cerca de la muerte. Que emoción.

Al entrar al depa dejé mis compras en la pequeña mesa de madera que hay al lado de la cocina. Mi rostro cambia al ver un papel doblado encima de esta, no recuerdo haberlo dejado ahí así que lo tomo un poco confundida, cuando lo abro leo...