En un mundo donde la supremacía de los alfas es incuestionable, JiMin se ve obligado a huir a Inglaterra, donde se verá involucrado con YoonGi Hasmet. Líder de una de las mafias más peligrosas de Turquía.
Gráficos por @ithaigraph
ADAPTACIÓN
Histori...
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El calor estaba consumiendo a JiMin por completo. Al derretir su piel entre los brazos de YoonGi podía sentir por un breve momento que todo su disgusto y dolor podía esfumarse entre el vapor de esa habitación. La realización siempre llegaba a él demasiado tarde, al punto máximo de frenesí de un orgasmo, y aunque tardía, siempre llegaba.
El dolor surgía después, destruyendo en momentos cualquier sensación de placer y deseo dentro de su lobo. El toque de YoonGi se sentía ajeno y extraño. La piel de un desconocido.
—Es suficiente, suéltame.
La voz de JiMin sale con dificultad, separando su espalda del pecho desnudo de YoonGi el calor de hace unos momentos se esfuma. Como supone, YoonGi lo frena y lo junta de nuevo a él en un movimiento que altera el agua a su alrededor. La mano de YoonGi toca su frente con suavidad, y después baja su nariz hasta su cuello, inhalando profundamente. JiMin se retuerce ante eso, incomodo por la zona que ha explorado el alfa.
—Tu cuerpo aún no se ha estabilizado, puedo sentir el estado frenético de tu lobo por la densidad de tu olor. No estás satisfecho.
JiMin lo mira por el hombro con desafío, debatiendose en silencio entre la urgencia de su deseo de estar cerca de YoonGi y la resistencia que el conflicto había erigido entre ellos.
El cuerpo de agua en la habitación era profundo y largo; sus sentidos, evolucionamos y agudos, habían alcanzado un punto en el que podía estar en la otra esquina del mármol y aún así tener posibilidad de que las feromonas de YoonGi llegarán hasta él. JiMin sabía que YoonGi estaba haciendo excusas.
—No presiones más allá de lo que puedes —JiMin sisea, girando su cabeza al frente para no tener que lidiar con la molestia en su pecho ante la mirada dolida de YoonGi.
Su cuerpo se separa con confianza, sabiendo que YoonGi desistirá, empieza a nadar hacia al frente. Sorpresivamente, es jalado hacia atrás nuevamente, impidiéndole moverse.
—Eres tú el que presiona a su suerte. No has dejado de restregarte en mi desde el inicio —JiMin suelta un jadeo entrecortado mientras es empujado de vuelta hacia el pecho grande de YoonGi, donde el calor arde contra su espalda. Apenas es capaz de callar un gemido que le sigue a sus quejas cuando siente el miembro erecto de YoonGi acariciando el interior de las mejillas de su trasero.
Su mano asciende con determinación hacia la nuca de YoonGi, donde sus dedos se enredaron en su cabello y tiran con firmeza en un gesto de advertencia. JiMin busca el reflejo de molestia en los rasgos de YoonGi al girar su mirada hacia él, pero la decepción no llegó a él como espero.
Una ola de calor reemplaza la negación que había estado a punto de pronunciar al encontrarse con la fogosidad ardiente en los ojos de YoonGi, que se posaban sobre él con una expresión inerte pero inmensamente atractiva.
JiMin cierra los ojos cuando YoonGi empieza a bajar su mano lentamente, llegando hasta la ansiosa parte entre sus piernas. Dioses, podía sentir como el calor estaba volviendo a él, justo en el momento en que YoonGi pasea un dedo sobre su hendidura.
