Una maldición no es una cosa cualquiera, es algo tan poderoso capaz de arruinar tu vida.
Todos creen que Hedda Potter esta bajo una, parece que todo a su alrededor termina de la manera más trágica posible y ella no le toma importancia. Sabe que a su...
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— COMO MAMÁ —
Lily Potter no había vuelto a dejar a sus hijos a cargo de Molly, se quedaba ella o prefería que se quedara alguno de los merodeadores. Sabia que Remus y Sirius amaban a Harry y Hedda como si fueran sus hijos.
Pero, en el número 12 de Grimmauld Place no había sucedido nada interesante, Hedda estaba construyendo una amistad con Phoenix Rosier y Harry permanecía en su circulo social.
Hedda no había vuelto a hablar con Regulus Black, pero siempre sentía la mirada de aquel hombre sobre ella como si tratara de descifrar algo.
Pero Hedda no se preocupaba demasiado por las cosas, estaba segura que ese día llegarían sus cartas y esperaba que Lily la dejara acompañarla al Callejon Diagon, ya que quería salir.
— ¿Crees que tu mamá me deje acompañarlas al callejon? — preguntó Phoenix a la Potter.
— Estoy segura que si, solo si tu madre esta de acuerdo.
— Tendré que hablar con mi padre. — Phoenix le dijo. — Mi madre es mas complicada.
— Las madres suelen serlo, mi papá siempre suele ser mucho mas flexible en todo — Hedda decía, mientras recordaba las múltiples veces que Lily le dijo que no y James que si.
En ese momento entro Jana leyendo una carta.
— ¿Que lees? — le pregunto Phoenix y la rubia alzo la mirada.
— Mi carta de Hogwarts — respondió con simpleza. — Aquí tengo las suyas.
La Rosier mas pequeña les tendió los sobres y Phoenix fue quien las tomo, le entrego la suya a Hedda y la Potter solo miraba el sobre hasta que se decidió por abrirla.
Venia la respectiva carta donde venían los útiles necesarios para ese año y la hoja donde le daban la bienvenida a su quinto año, pero había algo fuera de lo normal y era la insignia azul con bronce.
— ¿De que es eso? — preguntó Jana mientras se acercaba a Hedda.
Hedda no respondió pero si sabia lo que era, había visto aquella insignia en primer año en el uniforme de Percy Weasley, también en Penelope Clearwater.
— Me nombraron prefecta — Hedda les dijo.
— Hedda es fabuloso, felicidades — Phoenix le decía mientras Jana solo le sonreía a la Potter, en esos dias había aprendido que la rubia es muy reservada con lo que siente y quiere transmitir.
Esa misma tarde todos habían presenciado el notable disgusto de Harry hacia el nombramiento de Ron como prefecto, igual al de Hedda.
— Felicidades Hedda — Maia Rosier se acerco hacia la chica Potter mientras estaba con sus padres. — Igual que tu mamá, ¿verdad, Lily?
Lily se removió incomoda y se miró fugazmente con James. — Claro, esperemos que Harry sea Premio Anual como James.
— Así será — Maia aún sonreía y miro a Hedda.
"No me refería a ella"
Fueron esas las palabras que Hedda pudo captar del susurro casi inaudible de la melliza de Sirius. Fue en ese momento que la confusión embargo el cuerpo de la Ravenclaw y se pregunto el porque la mujer se acerco a decir que igual que su madre y encima, buscaba que Lily lo afirmara.
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— Mamá, Phoenix tiene el permiso de sus padres para acompañarnos al callejon diagon — decía Hedda hacia Lily. — ¿Podría?
— ¿Segura que sus padres la dejaron?
— Claro, puedes hablar con ellos para confirmarlo — Hedda sugirió y Lily negó.
— Te creo, ella puede venir.
Unas horas mas tardes, las tres mujeres estaban en el callejón Diagon. Phoenix estaba maravillada y le preguntaba a Lily si podían entrar a todas las tiendas y la mujer pelirroja le decía que si.
Cuando terminaron las compras se dirigieron hacia la tienda de artículos de Quidditch y Phoenix comenzó a pasearse por los pasillos. Lily y Hedda se mantenían cerca de la entrada, a ambas no les terminaba de gustar del todo el Quidditch.
La puerta del establecimiento fue abierta y por ella entro un hombre rubio, alto y a pesar de los años aun se veía atractivo. El chico vio a Hedda y luego a Lily, a quien sonrió para después acercarse.
— Lily Potter — decía el hombre con una sonrisa mientras abrazaba a Lily.
— Vladimir, ¿como estas? — preguntó Lily, definitivamente estaba feliz de ver a un viejo amigo de Hogwarts y hermano de quien fue una de sus mejores amigas.
— Regrese de mi huida hace poco y no me esperaba encontrarte aqui con tu hija — el hombre ahora poso sus ojos sobre Hedda. — Esta igualita a Kaia, tiene todo de ella.
Aquel comentario hizo que la sangre de Lily se helara y empalideciera. Hedda noto como su madre comenzaba a inquietarse y Vladimir no dejaba de hablar.
— Los genes de Kaia mataron los de James y Lily, eres muy parecida a ella — seguía diciendo. — Aunque hay una pequeña diferencia, ella era pelirroja y tu eres pelinegra.
— ¿Si? — preguntó Hedda y en ese momento llegaba Phoenix con unos guantes en sus manos.
— ¡Por Merlin! — el hombre exclamó ahora mirando a Phoenix. — ¿De verdad tuvo una hija?
Phoenix frunció el entrecejo. — ¿A quien se refiere?
— Tienes rasgos de los Black pero esos ojos son inconfundibles — dijo Vladimir. — No me dejes adivinar y dime tu apellido.
— Rosier — respondió la chica y ahora el confundido era el hombre. — Mi padre es Evan.
— Vaya, parece que me he confundido — Vladimir dijo mientras reía nerviosamente y Lily comenzaba a tomar las bolsas del suelo.
— Un gusto verte, Vladimir — se despidió la pelirroja y se apresuro a salir de ahí con Hedda y Phoenix.
Ambas chicas estaban totalmente confundidas por el cambio de actitud de Lily. Incluso cuando llegaron la mujer entrego las compras y se encerró con James Potter en la habitación donde dormían.
Hedda no pudo evitar pensar que aquello era sumamente extraño y daba paso a que sobre pensara ls cosas una y otra vez.
Jamas había escuchado que alguien mencionara a Kaia, no sabia ni siquiera que parentesco tenia con ella. Puede ser una prima de su padre, descarto el que sea familia de Lily debido a que es hija de Muggles.
