proyecto olimpo anochecer (libro ll)

Capitulo 3

Los 6 llegamos a la vecindad muy cansados, los demás nos estaban esperando ya que apenas había comenzado el día, les di la orden al resto que valla por las cosas que se quedaron en la secundaria, ya que eran demasiadas y podríamos solucionar el problema de abastecimiento por un buen tiempo.

Entré a mi habitación junto con Angie, los dos estábamos muy fatigados así que nos acostamos en nuestra cama.

-Se que el mundo está en la mierda, pero mis sentimientos por ti no cambiaran, seguiré amándote y pensando en ti todo el día- Dije mientras me quitaba el casco, el chaleco y las botas.

-Yo sinceramente no puedo explicarte lo que siento, es algo muy lindo-Me respondió mientras sacaba una flor de su mochila para después dármela como regalo.

-Si me dieran una flor por cada vez que pienso en ti tendría solo una, porque desde el momento que pasaste por mi mente no te has ido-Dije mientras me ruborizaba 

Ella se limitó a acostarse en la cama, no sin antes llevarme con ella, al estar muy cansados caímos dormidos de inmediato durante varias horas. Despertamos abrazados y con mucha hambre, los dos cocinamos un poco de sopa instantánea y después de 5 minutos ya lo estábamos sirviendo en la mesa, a los pocos minutos habíamos terminado y salimos al techo para ver si no había alguien mas, cuando subimos por las escaleras nos encontramos con Marco, Ricardo, Chloe, Dilan y los otros 6 que estaban en la vecindad; era la primera vez que los doce estábamos reunidos ahí.

-¿Que haremos mañana?-Preguntó Dilan. 

-Pues no tenemos nada que hacer, así que tendremos el día libre-Respondí.

Estuvimos una buena parte de la noche platicando sobre todo lo que se venia a nuestra mente hasta que se escucharon varios ruidos provenientes de una calle aledaña, nos levantamos y tomamos nuestras armas para poder defendernos en caso de necesitarlo, Ricardo subió a la parte mas alta de la vecindad para poder ver lo que pasaba.

Después de ponerme mi uniforme de kevlar fui a ver a Ricardo para saber lo que estaba pasando, no necesité decir ninguna palabra ya que al llegar con el pude apreciar su rostro, un rostro de profunda desesperación, me acerque hacia el lugar que estaba viendo y observé una horda de zombis, eran al menos 100;.

Corrí con los demás que estaban reunidos en el centro de la vecindad.

-Se acerca una gran horda, tendremos que prepararnos para lo que viene-. Dije en voz alta.

El semblante de todos cambió por completo, algunos de ellos estaban temblando de los nervios, por dentro sentía lo mismo que ellos pero al dirigir el grupo no podía convalecer en esa situación por el bien de el grupo.

-¿Que debemos hacer?-. Preguntó Dilan.

-Estaremos dentro de la vecindad hasta que pase la horda pero debemos de estar en silencio, al igual que debemos de estar preparados por si entran a la vecindad- Respondí.

Durante los siguientes días la horda se quedo en nuestra calle y no se movían mucho de ahí, al ver la situación reuní a todos en un cuarto para salir de esta situación lo antes posible.

-Ya casi no tenemos provisiones, nos moriremos de hambre, no podemos seguir así, en cualquier momento entraran y nos mataran a todos-Dijo Marco devastado.

-Lo he estado pensando mucho, y creo que debemos combatir a la horda, ya tengo el plan-. Dije mientras tomaba una hoja y un lápiz para después dibujar mi plan. -En la batalla de las termopilas el rey Leónidas con sus 300 hoplitas y los tebanos retrasaron el avance de Jerjes, supongo que ya lo han visto en alguna película, así que suena estúpido pero debemos de abrir la puerta para que solo puedan entrar uno a uno, para eso uniremos los dos portones de la vecindad con cadenas, y así podemos retroceder el avance de la horda, y podemos usar una estrategia que funcionó antes, la mitas recargara sus armas en lo que los demás disparan, y cuando se acabe la munición de su compañero ustedes lo suplirán-.

Todos ellos me apoyaron en mi plan y se organizaron en parejas, después de eso tomamos una cadena y unimos los dos portones dejando un pequeño espacio, quedamos en el acuerdo que los 6 que sabíamos pelear mejor seriamos compañeros de los demás al igual que la primera línea. 

Chloe se ofreció a abrir los dos  portones para abrir fuego, se acercó cautelosamente para después abrir los portones que por obvias razones hicieron un ruido estruendoso al abrirse, de manera inmediata los zombis se acercaron a la vecindad, los que disparaban estaban tratando de que las ráfagas fueran cortas y certeras para así ahorrar la máxima munición. en un punto se acabaron todas las balas, pero afortunadamente solo quedaban unas cuantas decenas de zombis, un grupo de 6 fue a buscar munición mientras que Dilan, Marco, Ricardo, Angie, Chloe y yo manteníamos a raya a los zombis con armas cuerpo a cuerpo.

Corrí con un machete en mano y de un tajos certero corte la garganta de un zombi para después clavarlo en el estomago de otro, con mi vista periférica vi que uno intentaba acercarse a mis espaldas así que di una patada hacia su mandíbula lo que ocasionó que cayera al piso, en lo que se recomponía le di un tajo en la pierna a otro de ellos para después clavarlo en su cráneo, de pronto las cadenas cedieron ante tanta presión y se abrieron los portones, el ruido que se hizo atrajo mas zombis para que al final entraran unos 50, les grité a todos que dejaran de buscar munición y salieran a apoyarnos, todos acataron mis ordenes y comenzaron a atacar a los zombis, en un punto la pelea se volvió tres a uno a favor de la horda, en un descuido tomaron a uno de nuestro grupo y de manera inmediata comenzó a gritar desesperadamente, intente acercarme a el abriéndome paso con mi machete, un gran numero de zombis se acercó a mi pero poco me importó ya que lograba fulminarlos casi al instante, estaba desesperado para evitar que corriera sangre, ya había visto muchas muertes pero no iba a permitir que alguien del grupo muriera, cuando llegué a el solo encontré sus restos, ya habíamos acabado con la horda pero uno de nosotros murió, 

-Quería ser un mejor líder pero no puedo protegerlos-. Dije para mis adentros.

Conforme pasaron las horas nos dedicamos a limpiar y descansamos llegada la tarde, necesitaba estar a solas para pensar y aclarar mi mente así que me ofrecí a hacer guardia esa tarde, encontré una caja con cigarrillos y después de pensarlo un poco busqué un encendedor para después fumar un poco, tosí un poco ya que tenia un sabor desagradable y sentía que mis pulmones se ahogaban pero poco a poco me acostumbre a su sabor, me estaba comenzando a relajar cuando logré ver una horda gigantesca, decenas de veces mas grande que la horda de hace unas horas, tire mi cigarrillo al piso y corrí a alertar a todos.

-Tomen lo que puedan, nos vamos-. Grite para que todos me escucharan.-

-¿Que pasa?-. Preguntó Angie.

-Viene una horda mucho mas grande que la anterior, miles de zombis-.

Todos tomaron sus cosas y corrimos lo mas rápido que pudimos, logramos ver que estaban a unas cuantas cuadras, lo que causó que nuestra adrenalina subiera y tomar mucha mas velocidad, logramos ver que en el cielo había un helicóptero, de manera rápida tome mi pistola y solté un disparo al aire y dirigí al grupo a una zona abierta para que pudiera aterrizar el helicóptero, por suerte pude llamar su atención y que descendieran en un parque.

-Rápido, suban-. Dijo uno de los militares.

Todos le hicimos caso y al subir el helicóptero ascendió hacia un rumbo desconocido para nosotros.

Notas del autor: Aquí está el tercer capítulo de esta historia, tratare de ser mas constante, se les quiere <3