Capítulo 5

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El silencio se extiende en un momento infinito. Zee estaba congelado en su lugar con la boca ligeramente abierta. El sonrojo que había estado fluyendo a sus mejillas se desvaneció en una rápida palidez.

Chawarin decidió que el rubio tenía la culpa de la expresión sorprendida de Zee. Sus ojos se entrecerraron brillando peligrosamente detrás de sus pestañas mientras bajaba la cabeza y decía algo agudo y amenazante.

—No, Chawarin, está bien —se apresuró Max en asegurarle—. Tranquilo. Todo está bien. Zee? ¿Un poco de ayuda aquí? ¿Antes de que se coma a James?

James se deslizó de la silla arrodillándose frente a Chawarin y agachando la cabeza. Chawarin retrocedió, tranquilo por el momento, pero todavía preocupado por la aflicción de Zee. Palmeó el hombro de Zee y él rompió su inmovilidad para girar la cabeza y sonreírle brevemente.

—¿Cómo sabías que debías hacer eso? —preguntó Max sorprendido.

James, que se había levantado con gracia y reasumido su lugar, agitó una mano al aire.

—Solo decimos que he lidiado con los de su tipo antes. ¿Podemos regresar a lo que nos interesa?

Fue Max quien habló primero.

—¿Casarse? ¿Para quien?

—Con quién —corrigió Zee automáticamente con voz débil.

—Con Chawarin, claro está —dijo James—. Será muchísimo más fácil de esa forma y así le damos una razón firmemente justificada para su visa. Y dado que el matrimonio igualitario ya es legal en Estados Unidos. Soy malditamente bueno con lo que hago, pero nada es perfecto. Si algún investigador excava con fuerza, encontrará un error. Por ejemplo, puedo hacer un historial académico para el, y será tan bueno que la misma escuela quedará convencida de que el estuvo ahí, pero no puedo retroceder e insertarla en los anuarios o fotos de generación.

—¿Por qué Zee?

James rodó los ojos.

—Y me dijeron que eras de inteligencia promedio. Por su nombre. Nadie en INS cuestionaría al esposo de un Panich. Su tío fue Presidente de la Cámara, por Dios santo.

—Tío abuelo —comentó Zee.

—Se oye mejor si dices que fue tu tío. Zee, ¿estarías dispuesto? No tendrían que pasar por una ceremonia ni nada de eso. Es simplemente por propósitos de documentación, aunque tendríamos que anularlo legalmente después de que se cumpla el requisito de dos años.

Max sacudió la cabeza.

—Entonces, ¿no estaría realmente casado pero aun así tendría que divorciarse? Es un desastre.

James se encogió de hombros.

—Si no quieres hacerlo, puedo hacerlo de otra manera, pero tomaría más tiempo y aumentaría sus posibilidades de convertirse en objeto de escrutinio. En estos días no es fácil hackear a Seguridad Nacional y Servicios Inmigratorios, chicos. Tengo que entrar y salir rápido. Presentarlo como el esposo de un ciudadano es mucho más rápido y fácil.

—Yo lo haré —se ofreció Max.

—Gracias, pero eso no servirá —dijo James—. Recuerda que tú mismo vas a regresar con papeles falsos.

La voz de Zee sonó suave.

—Sí, estoy dispuesto.

—Excelente —James sonrió y se puso de pie—. Estaré en contacto con ustedes, caballeros, en… —se detuvo y se acercó a la ventana donde algo le había llamado la atención. Pausó y se giró hacia las tres personas que lo veían con confusión.

Dios OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora