Capítulo 25.

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Jungkook se encontraba sazonando la salsa mientras que Jaehyun trataba de completar palabras que Jimin le decía.

—Que...

—To.

—¡Muy bien, amor! —dijo y le dejó un beso ruidoso en su mejilla. El cachorro rió a causa de eso.

Jungkook sonrió mientras revolvía bien la salsa roja. Se imaginó lo lindo que sería estar así todos los días, con un cachorro parlanchín y un omega tan hermoso y dulce. Se imaginó a él preparando el desayuno para los tres y charlando animádamente en las mañanas.

—Huele delicioso —dijo Jimin que en un abrir y cerrar de ojos se encontraba a un lado del mayor.

—Um, gracias —dijo el alfa un poco sonrojado por el comentario—. Esperemos que esté bien de sabor.

—Yo sé que lo estará, Jungkook. Pero si por esas casualidades no sale como tú quisiste, no te preocupes, la intención que tuviste en venir y hacer esto es lo que cuenta para mi —dijo mirando a Jungkook.

—Gracias, Jim —dijo apartando su mirada lento, para poder revolver por última vez la salsa.

Jimin se estaba debatiendo en si hacer lo que estaba pensando. Miró a su bebé quien le dio un leve asentimiento, como si supiera en lo estaba pensado. Le sonrió a Jaehyun y esperó a que Jungkook apague el fuego para poder hacerlo, tenía pensado darle un beso en la mejilla y darle las gracias por todo lo que estaba haciendo por ellos.

—Jungkook...

—¿Mm?

—¿Puedo... Puedo darte un beso en la mejilla? —preguntó mirando sus pies, no se atrevía a mirarlo.

A Jungkook lo tomó por sorpresa, no esperó que preguntara eso.

—Um, claro, no hay problema.

Jimin respiró hondo. Tenía que superar el no poder estar cerca de un alfa y con Jungkook venía bien, esperaba que no pase nada. El alfa se quedó en esa posición, mirando a la olla y el omega se acercó un paso más, agarró bien al cachorro y se puso de puntitas para poder darle un beso.

Fue rápido, si, pero para Jungkook fue perfecto. El contacto de los labios de Jimin en su piel encendió algo en él, no sabe que, pero quería más besos en su rostro. Solo fueron segundos, pero ellos hicieron querer más al mayor.

La respiración del menor estaba agitada, la adrenalina que sentía su cuerpo era mucha y solo fue un simple beso en la mejilla. Jungkook volteó a mirarlo y le dio una sonrisa grande, Jimin solo se sonrojó a más no poder. Levantó la vista y el mayor lo seguía mirando, Jeon le guiñó el ojo y el castaño era un tomate viviente en esos momentos.

—Creo q-que Jae se hizo encima, iré a cambiarlo —dijo y un poco más corre hacia el cuarto.

Jungkook rió y se puso a poner agua para la pasta.

Una vez que la respiración de Jimin se normalizó volvió a la cocina. Jungkook se encontraba revolviendo los fideos para que no se pegaran.

—La idea era hacer pasta casera, pero me olvidé de comprar la harina y me acordé llegando al hotel. Espero que no les moleste.

—No, para nada. ¿Te molesta que sea pasta de paquete, cielo? —el menor asintió sin saber que había preguntado Jimin. Alfa y omega rieron a causa de eso, y Jaehyun los miraba confundido.

—Disculpa pequeño, la próxima te haré pasta casera. ¿Está bien?

—I~ —contestó el bebé y el rizado le sonrió.

La próxima, pensó Jimin.

El de ojos verdes apagó el fuego y tiró la pasta en el colador para así poder sacarle el agua. Luego puso un poco de salsa en la superficie de una bandeja de acero inoxidable que había traído. Puso los fideos y puso más salsa arriba.

park  ᡴꪫ  kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora