Capítulo 34.

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Han pasado un par de semanas desde que Jungkook descubrió que su hermana estaba viva. Las cosas no van tan bien con la investigación, no hay casi nada de información más que la de los periódicos, nadie se interesó mucho en el caso así que no hay mucho que hacer. Jeon estaba frustrado, no sabía que hacer, su hermana estaba viva y no sabía dónde buscar, a quién preguntar, a quién llamar, no podía hacer más que llorar.

—Jungkook, necesitas descansar —dijo Jin, quien había viajado hasta Seul para investigar todo a fondo.

—No. Lo único que necesito es encontrar a Chaehyun —dijo el rizado acomodándose el pelo con rudeza.

—Jungkook, necesitas dormir, darte una ducha y estar con...

—Basta.

—Esto te está consumiendo y necesito que estés, al menos, estable para poder sacar a la luz todo. Tienes que tratar de dormir e ir con Jimin. Jungkook, necesitas a Jimin y a ese cachorro más de lo que crees.

El rizado hace una semana que no veía al omega, no sabía nada de él y Jimin no sabía nada del alfa. Aunque al alfa le cueste aceptarlo, lo necesita más de lo que puede imaginar, necesita tanto su aroma como el oxígeno para respirar. También necesita al pequeño cachorro, necesita tenerlo en sus brazos, necesita sus pequeñas risitas, todo lo que venga de esos dos. Jungkook lo sabe, pero quiere hacer caso omiso a ello.

—Tú solo quieres que me vaya, no los necesito.

—Jeon, mírame —habló Jin serio—. Los dos sabemos que los necesitas y ellos deben estar muy preocupados por ti. No seas un puto egoísta y ve con ellos.

—Jin...

—Calla y ve.

—¿Puedes seguir sin mí? —preguntó. En sus ojos se veía la suplica para que diga "No, Jungkook, quédate."

—Puedo seguir sin ti. Ahora largo.

El alfa no ha dormido bien en las últimas semanas, sus ojeras eran notables y su cuerpo le pedía a gritos una cama, no quería darle la razón a Jin, pero sí, necesitaba dormir.

✧✦✧

Jimin, por otro lado, estaba muy preocupado por el alfa, no lo veía hace ya siete días y los llantos eran muy frecuentes, su humor no era el mismo y sus inseguridades no lo dejaban en paz. Su cabeza lo controlaba más de lo que quería.

—Ha —llamó el pequeño.

—¿Qué pasa, cielo?

—Uar.

—¿Ahora?

Jimin no le podía decir que no, así que se sentó en el suelo de la sala a jugar con el dinosaurio favorito de Jaehyun.

Jae también extrañaba a Jungkook, se daba cuenta la tristeza en su rostro cada vez que abría la puerta y veía que era Hoseok, veía como olfateaba su peluche tratando de tener la más mínima gota de la fragancia del mayor, sentía como su bebé se desanimaba cada vez que terminaba el día y el alfa no aparecía. Los dos se acostumbraron tanto a Jungkook que no podían vivir sin él y aunque Jimin odie eso tenía que aceptarlo, no podía vivir sin el alfa. No podía vivir sin sus ojos color verde intenso, sin su hermosa sonrisa, sin su calma presencia, no podía vivir sin sus besos, simplemente no podía vivir sin él.

El timbre sonó a lo lejos y Jimin pensó que sería Hoseok, el rubio siempre se despedía cada vez que se iba a su hogar.

—Voy a ver quién es, ya vuelvo —le avisó a su cachorro.

Caminó un par de pasos hasta la puerta, la abrió y lo vio. Vio sus ojos cansados y casi sin vida, vio sus terribles ojeras y su barba que apenas comenzaba a crecer, su cara apenada, su mueca que simulaba ser una sonrisa. No le importó mucho lo que hacía en ese momento, entonces solo le hizo caso a su omega y lo abrazó, necesitaba sentirlo cerca.

park  ᡴꪫ  kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora