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Capítulo 6: Momentos incómodos.


Había conocido muchos chicos a mi edad pero ninguno había Sido capaz de embobarme tanto como el que tenía en frente, en ése instante en el que sólo nos mirábamos todo a mi alrededor se había vuelto opaco y el ruido se había vuelto casi nulo, solo existía él.

Pero fué por un instante porque de repente un cuerpo se interpuse entre nosostros y me obligué a parpadear.

Vaya.

Miro con el ceño fruncido a Hermes Bush  frente a mí y él hace lo mismo cruzandose de brazos.

— ¿Qué te pasa?

Inquiero molesta por su interrupción.

— Nada, sólo me dió pena ajena verte babear sobre el chico.

Me levanto y lo empujo con toda la fuerza que puedo reunir pero solo logro que se mueva un paso hacia atrás.

Miro con vergüenza al chico y este sólo me sonríe con las mejillas encendidas.

Trágame tierra ¡Qué vergüenza!

— Idiota.

Hermes enarca una ceja y me mira con diversión.

— En vez de ofenderme deberías agradecer el hecho de que te haya salvado de ir a la cárcel.

— ¿De qué hablas imbécil?

— De que si no fuera por mí, hubieras saltado sobre él y lo hubieras violado, lo mirabas como si fuera un pedazo de carne jugoso y tú una muerta de hambre.

Desconcertada por su comentario ridículo miro a mi alrededor y veo que los hermanos me miran mal y las chicas con diversión.

Ruedo los ojos haciéndome la que no me da pena lo que dice el idiota de Hermes y de reojo veo al chico, en sus labios se dibuja una pequeñísima sonrisa que no parece ser de burla, más bien de satisfacción, eso hace que casi también sonría, pero en vez de eso fulmino a Hermes con los ojos y me alejo de todo ése circo dónde yo soy la atracción principal para ir al baño.

Al ser el baño del vip disfruto de sólo ver a una chica delante de mí y así no esperar una larga cola para entrar, me paso la mano por la cara y tarde me doy cuenta que pude estropear el maquillaje.

«Vaya suerte de mierda la mía»

Entro dándole gracias a dios por no hacerme esperar tanto y al ver mi reflejo en el espejo me felicito mentalmente por no arruinar el maquillaje, ya que sigue estando perfecto.

Me echo un poco de agua fría en la nuca y mis pensamientos los invade la figura del chico, lamento tanto no haber preguntado su nombre o algo más sobre él, sus labios me tentaron mucho a morderlos sin que me importara nada, Hermes tenía razón, ése chico es para mí como un delicioso filete que me quiero comer.

Salgo del baño cuando me siento mejor y mis ganas de golpear al mayor de los Bush están apaciguadas.

Llego, me siento y ni los miro, estoy irritada y cualquier cosa me hará estallar.

— Pero mira si ya llegó Elvio.

Miro a Hermes con aburrimiento y enarco una ceja.

S.O.S Hijos del diablo [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora