HOUSE OF BLACK || Theodore Nott fanfic!
"Ser una Black digna de su apellido".
Madelyn siempre había tenido esos pensamientos, especialmente al recordar que su padre, Sirius Black, traicionó el legado familiar al irse a los Potter.
Detrás del árbol...
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CAPÍTULO ONCE «Disculpas de padres»
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Una semana después del inicio del trimestre, la tensión en Hogwarts era palpable. El esperado partido de Quidditch entre Ravenclaw y Slytherin había llegado, y el aire estaba cargado de anticipación. Los pasillos resonaban con los murmullos de los estudiantes, algunos apostando por sus casas favoritas, otros simplemente ansiosos por el espectáculo.
Cuando el último silbato resonó en el campo, la victoria de Slytherin fue innegable. El equipo de las serpientes, con su destreza y estrategia, había superado a Ravenclaw, dejando a sus seguidores en un estallido de júbilo.
Los jugadores de Slytherin, exhaustos pero eufóricos, regresaron a los vestuarios, donde el eco de sus vítores resonaba en las paredes de piedra. La adrenalina aún bombeaba en sus venas, y las sonrisas de triunfo iluminaban sus rostros.
De repente, la puerta se abrió de golpe, y una figura familiar entró en la habitación. Era Narcissa, su presencia irradiando elegancia y un aura de cariño maternal.
—¡Felicidades, niños! —exclamó Narcissa, su voz llena de orgullo.
Madelyn, con los ojos brillantes de emoción, se levantó de un salto y corrió hacia Narcissa, abrazándola con fuerza.
—¡Cissy! No sabía que vendrías. —dijo Madelyn, su voz teñida de sorpresa y alegría.
Narcissa devolvió el abrazo con calidez, luego se separó suavemente.
—Yo tampoco sabía que vendría —respondió, con una sonrisa enigmática—. Draco, hijo, alguien quiere hablar contigo.
Draco, con el ceño fruncido por la confusión, intercambió una mirada perpleja con Madelyn, quien se encogió de hombros, compartiendo su desconcierto. Justo en ese momento, la puerta se abrió de nuevo, y Lucius Malfoy entró en los vestuarios, su presencia imponente llenando la habitación.
El silencio se apoderó del lugar, mientras todos los ojos se posaban en él, preguntándose qué había traído a los padres de Draco a los vestuarios después de un partido de Quidditch.