𝕾𝖙𝖗𝖔𝖓𝖌 𝕮𝖗𝖎𝖘𝖎𝖘 | 𝖑.𝖘

Quinta noche; Heridas

Harry se sintió extraño, todo el día pensó en ese tal "L", todavía no entendía quién era; Todo estaba confuso y borroso.

A la hora de cenar, prefirió seguir en su cuarto, intentando leer un libro por tercera vez, jamás lo lograba.

Sacó una radio vieja, en ésta guardaba sus canciones de infancia.

Un pequeño Harry saltaba mientras su madre colocaba la discoteca en la pequeña radio.

Este aparato era de color rojo, con poco desgaste a sus costados y una tela siempre lo cubría al ser guardada.

" Beat it " de Michael Jackson comenzó a sonar y el pequeño niño comenzó a bailar. Su alegría era inmensa, sus ojos eran perlas brillantes, junto a sus pequeñas extremidades moviéndose de un lado a otro.

Cerraba sus ojos y ya no existía nadie, era sólo él y la melodía, no existían peleas entre su padre e madre o su molesta hermana intentando abrazarlo, sus problemas estaban resueltos, ninguno de los niños que lo molestaba estaba ahí, no había nadie, era un mundo espléndido.

Una lágrima terminó en su cuello, eran recuerdos únicos, felices. Nada comparado a su mentalidad actual, esa era su manera de escapar; ahora es mucho más lamentable y vergonzosa.

"Débil"

-Ahora que quieres.

susurró.

" Molestarte, ¿no es obvio niño idiota?"

-No soy un niño, además no me has dicho tú nombre.

" Agh! después."

Luego de esa conversación estúpida, guardó la radio y tomó una siesta.

La cuál terminó a las seis de la mañana vaya que estaba cansado. Tomo sus cosas dirigiéndose a su colegio, el rizado se había vuelto alguien invisible, o eso era lo que esperaba; no hablaba con nadie, no intentaba hacerlo tampoco, simplemente llegaba a escuchar a un par de viejos insoportables y lo más pronto posible se iba a su casa.

Este día su horario lo llevo hasta tarde.

3:00 pm

Se dirigió a su hogar cuando sintió esa sensación de nuevo, sus manos heladas, su cuello le apretaba, estaba ahogándose en su mente y esa sensación de ser perseguido, pero al voltear no había nadie.

Eso creía el.

Siempre sucedía a horas de la madrugada, pero jamás en medio del día, era temprano, nadie lo había molestado. ¿Por qué?

Un parque solitario se aproximaba y Harry luchaba con llegar a salvo, sus cicatrices derrepente volvieron a doler, como si estuvieran recién hechas.

"¿Qué mierda?"

"¿Puedes calmarte?, me das vergüenza"

Harry saltó, su sorpresa quedando expuesta ante tal ser.

Un poco más alto que él, ojos azules, tatuajes por toda su piel expuesta, ojos oscuros delineados con un negro borde delgado.

¿Quién demonios era este?

"Ni me lo preguntes, puedo oír a tu inosente conciencia"

"Yo soy Louis. ¿Me recuerdas, Sun?"

Lo último sonó más agudo que el resto de su voz.

Harry se desmayó.