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Juliana Ferronato'

-Ya déjame de joder

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-Ya déjame de joder.—Entro dando la espalda, mirando a Carlos mal.

-Eres verdaderamente insoportable.—Dice y ruedo los ojos para luego mirar al frente.

Joder...

-Era hora.—Mi madre me esperaba en sentada en el sillón que se encontraba en la sala principal.—Las 9:30 de la mañana Juliana Ferronato.

-Mamá.—La miro sonriendo y ella de una manera seria.—Puedo explicarlo, yo solo fue así.

-Es mentira Jul, me alegra que hayan tomado tiempo para hablar y llevarse bien.—Me abraza dejandome sorprendida.

-¿Eh?—Digo despacio sin entender.

-Pues Carlos me ha dicho que salieron a hablar para llevarse mejor.

Miro a Carlos por el rabillo del ojo y entiendo todo.

-Perdón, es que recién me levanto ma.—La miro mal.

-Está bien, vayan a cambiarse o a comer lo que quieran.—Se va de la sala principal.

-Casi la cagas.—Se echa a reír Carlos.

-Cállate idiota.—Lo miro mal y llego a mi cuarto nuevo casi volando.

Al llegar al cuarto me tiro en la cama pensando en lo que estaba viviendo, era todo verdaderamente loco.

Extrañaba mi pequeño pueblo pero tal vez esto sería mejor que la otra vida.

Salí de mi cuarto ya bañada y cambiada con algo más cómodo directo a la cocina a buscar algún snack para llevármelo nuevamente al cuarto para empezar mi serie.

-¿Qué haces así idiota?—Veo a Carlos viéndome incrédulo en la isla de la cocina de su padre.

-No te incumbe.—Lo ignoro.

-Si me incumbe, en menos de 20 minutos debemos estar en una cena importante.

-A mi no me dijeron nada.—Traté de recordar si mamá me lo había mencionado.

-Pues no importa, vete a cambiar.—Se da vuelta y trata de irse

-Y QUÉ ME PONGO.—Le grito asustada.

-Algun vestido supongo, es problema tuyo.-Dice mirando su celular.—Y no me grites desquiciada.

-Me caes muy mal.—Digo cuando camino rápido para subir las mismas escaleras que el estaba subiendo.

-Es mutuo Juliana.—Dice y entra a su habitación como si de un adolescente tratara.

Entré rápidamente a mi cuarto y empecé a sacar todos los vestidos que mamá me había comprado, elegí el que me llamó la atención.

Era un azul muy extraño pero intenso y con un poco de brillo.

-Juliana necesito que salgas ya, nos están esperando.—Escucho a mi madre atrás de su puerta.

Enemies to lovers; Carlos SainzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora