𝕻𝖆𝖎𝖍𝖚𝖊𝖓 || Louis es el asistente del CEO más importante de Italia desde hace tres años y del cual está secretamente enamorado.
"Sin sacrificios no se llega a la victoria"
No se aceptan adaptaciones
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Louis se removió en la cama, sostuvo su cabeza con una mano mientras intentaba quitarse la sábana del cuerpo, le palpitaba la cabeza de manera exagerada, sentía su boca seca, tenía flashes de la noche anterior con los franceses en el club, recuerda beber mucho pero luego de eso, el recuerdo muere.
Observa la hora y es tarde, joder. Se levanta de la cama demasiado rápido, que le cuesta un mareo, camina hacía el baño y empieza a despojarse de su ropa, esperaba no haber pérdido su trabajo porque no tiene cómo regresar a Italia.
Cuándo se da la vuelta para entrar a la ducha, sus ojos por un breve segundo chocan con el espejo, Louis vuelve a voltear hacía el espejo para encontrar chupetones en sus muslos, lleva sus dedos ahí, tocando por encima de los moretones, también hay una mordida.
Y entonces, el segundo recuerdo de la noche llega hasta él y Louis puede recordar brevemente cómo Harry, su jefe, se encuentra arrodillado frente a él y besándole las piernas.
──Oh, joder. La cagué. ──entra a la ducha para limpiar su cuerpo muy bien, lava su cabello con las botellitas de shampoo que brinda el hotel. Cuándo sale de la ducha toma una toalla y la enrolla en su cintura. Se vuelve a ver en el espejo. ──Por favor, que aún conserve mi trabajo.
Se viste y cepilla sus dientes, cepilla su cabello y se rocia de perfume. Su cabeza aún duele pero su aspecto al menos ahora se ve decente, sale de la habitación, y se acerca a la de Harry.
Espera que el Alfa este adentro, porque de lo contrario, Louis puede considerarse muerto. Toca la puerta y espera pacientemente.
Está listo para escuchar los gritos del Alfa cuándo abre la puerta pero aquello no sucede, Harry está de pie frente a él, con una toalla cubriendo su parte baja y lo observa de arriba hacía abajo para luego soltar un suspiro.
Louis en serio, prefiere los gritos a esa tensión extraña que se está formando justo ahora.
──Señor, buenos días. Espero se encuentre bien, el día de hoy su itinerario indica qué-
──No me interesa, cancela todo hoy.
──Pero, señor, los franceses aún-
──Si tanto te interesan los franceses pues ve tú. ──lo observa entrar al baño y lo ve secando su cabello con una toalla.
──¿Disculpe?
──Que canceles todo, dije. Lo que si quiero que hagas es que consigas una buena mesa en algún buen restaurante para comer porque me estoy muriendo de hambre, luego de eso, que preparen el jet, no soporto está ciudad y quiero regresar a mi casa, ¿capisci?
──Sí, señor. ¿Que desea para comer?
Lo escuchó suspirar pesadamente.
──¿Por qué hoy estás más preguntó de lo usual?, sabes lo que me gusta comer solo busca un restaurante con ello, soy Italiano, no es tan díficil.──Louis lo observó acercarse hasta él e inclinarse un poco. ──¿O quello che hai fatto ieri sera ti ha sciolto il cervello, coniglietto? / ¿O qué lo que hiciste anoche te terminó de fundir el cerebro, conejito?
