Respira hondo (Romero)

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Una vez la puerta se abre mi corazón y mi cuerpo se relaja por completo, estaba de vuelta, había algo en su cara que no me gustaba.

¿Dónde demonios estabas?, no puedes llegar y salir así, menos sin avisarme. - Digo apenas lo tengo frente a mis ojos.

Está bien, solo fui a buscar a Naya para que me diera algo de comer, pero no logré encontrarla. - Dice esquivando mi mirada y pasando a mi lado.

Pudiste decirme a mí e ir yo en busca de algo para comer, no puedes salir sin avisarme, si quieres que no te descubran lo mejor es que andes siempre a mi lado. - Con un tono más tranquilo le hago saber las "reglas"

Está bien, lo siento - Dice tratando de esquivar mi mirada a toda costa.

...

Han pasado ya seis semanas desde el rescate de Chayanne, quien aún vive conmigo. Empezamos a dormir juntos, las noches cada vez se hacían más heladas y no podía dejar que pasara frío, o eso fue una gran excusa para tenerlo más cerca de mi. Su olor corporal es como una linda canción de cuna, cada vez que lo tengo cerca me relaja y por alguna razón me siento a salvo a su lado.

Chayanne se ha logrado adaptar bien y ha pasado desapercibido por completo, tanta gente aquí que es imposible tenerlos a todos en la mira, saber la historia de cada uno y espero así se mantenga hasta que Chayanne esté a salvo, qué es lo que más me importa en este momento.

En estas seis semanas han pasado muchas cosas, empecé una clase de coqueteo junto a Naya, lo cual me gusta, creo que ella me gusta pero tengo muchos sentimientos y emociones encontrados, me gusta la manera en la que Naya es conmigo pero con Chayanne me agrada hasta su forma de dormir, la forma en la que se enfada, la forma en la que lee, la forma en la que come, la forma en la que me habla. Las cosas con Naya empezaron de un día para otro, después del encuentro en la cabaña con su madre es que está así, está coqueta y puedo darme cuenta de eso. Empezamos a tener una clase de "citas" en donde voy a verla en las noches y damos un paseo por la zona.

...

Han pasado seis semanas desde que escuché esa conversación, cosa de la cual aun no puedo hacerle saber a Pedro. Sigo aquí, sin hacer mucho y viendo como Naya está consiguiendo lo que su madre quiere, Pedro ya se encuentra perdido en ella, sin darse cuenta de lo que realmente busca la señora Maldonado, su plan a futuro está dando frutos.

Dormir junto a Pedro ha logrado calmar las pesadillas recurrentes, he podido dormir toda la noche sin necesidad de tener que despertar por un mal sueño, la paz que siento a su lado es inigualable, desearía que sea así la vida entera. En el momento en el que me di cuenta de que estaba aquí, en el lado contrario nunca pense que podria querer a alguien que no es de los mios, jamas pense amar, menos a alguien de mi mismo sexo. En seis semanas pueden pasar más cosas de las que uno puede lograr entender, con Pedro conocí lo que puede ser una buena amistad, un refugio, un lugar seguro, con él conocí la palabra querer, anhelar, adorar, amar. Nunca pensé aferrarme tanto a la idea de perder a alguien que acabo de conocer, si se llega a ir con ella sé que me dolerá más de lo que me gustaría aceptar.

La noche cae y Pedro se arregla para salir a una de sus citas junto a Naya. Antes de que pueda salir por esa puerta lo detengo tomándole la mano.

Pedro, hay algo que me gustaría hablar contigo, es algo que siento la necesidad de contarte. - Le hago saber mirándolo directamente a los ojos, deseando que se quede.

¿Qué sucede? - Se acerca más a mi cuerpo en donde puedo sentir ese calor que me gusta mucho, su calor.

Hace un tiempo que quiero hablarte de algo, ¿te acuerdas que te dije que tuvieras cuidado con la señora Maldonada y Naya?, bueno, creo que deberías alejarte de ellas, realmente en este tiempo me he podido dar cuenta de comportamientos atípicos de Naya y si te soy sincero, me da miedo que salgas lastimado. - Le cuento un poco de la verdad, lo que realmente quiero es que no esté con ella y que me quiera a mi, de la misma manera que yo a él.

Balas de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora