Había una vez en el país de motivaciolandia una niña llamada Nubiarucita roja. Un día se preparó para ir a visitar a su abuelita Divis que vivía en medio del bosque. Mientras iba por el bosque iba cantando alegremente.
—¡Soy Nubiarucita roja, una niña muy feliz, voy a ver a mi abuelita, a llevarle tacos de machaca!
Pero su canto lo escuchó alguien. De entre los árboles salió el terrible Lobohanny feroz, que era un lobo delgado y muy serio que no le gustaba sonreír.
—¡Ahhh! —gritó Nubiarucita— ¿Quién es usted?
—Soy Lobohanny el dueño y protector de este bosque —mintió Lobohanny— ¿Qué es lo que traes en esa canasta?
—Tacos de machaca.
—Mmm que delicioso, ¿me das?
—No puedo por dos razones; primera, son para mi abuelita y segunda que usted es un extraño y tengo prohibido regalar tacos a desconocidos porque se pueden robar la receta.
Entonces Lobohanny enfureció y se abalanzó hacia la canasta de tacos.
—¡Dame esos tacos!
Pero Nubiarucita roja le dio un golpe de karate que hizo volar por los aires a Lobohanny feroz.
—¡Sáquese!
Nubiarucita continuó su camino tranquilamente. Mientras tanto Lobohanny regresó a su guarida, al llegar una voz lo alarmó.
—¿Dónde estabas Lobohanny? ¿Trajiste comida?
Se trataba de Paty patito.
—Este, pues no —dijo Lobohanny.
―¿Cómo? ¿Entonces qué has hecho todo el día?
—Es que encontré a una niña que llevaba una canasta con tacos, pero me dio un golpe de karate.
―No es posible que no hayas podido con una inofensiva...
—Ni tan inofensiva, pega bien fuerte —interrumpió Lobohanny
—Tendré que hacerlo yo, ¿para dónde se fue? —dijo Paty patito.
—Para la casa de su abuelita.
—¿Su abuelita? ¿Acaso su abuela es la seño Divis? —preguntó Paty patito alarmada.
—Imagino que si, es la única abuela en el bosque.
—Así que es la nieta de la seño Divis. Si no fuera por ella seriamos dueños de todo el bosque.
En el rostro de Paty patito se dibujó un gesto de satisfacción.
—Creo que llegó la oportunidad que estábamos esperando —dijo Paty patito.
Nubiarucita iba alegremente por el bosque, cuando miró en medio del camino una pequeña conejita acostada en el suelo. Nubiarucita se detuvo para ver que le sucedía.
—¿Qué tienes conejita? —preguntó Nubirucita.
De pronto la conejita saltó y le aventó polvos adormecedores.
—¡Ay! ¿Qué me echaste? —preguntó Nubiarucita mientras hacían efecto los polvos.
Paty patito y Lobohanny salieron detrás de un árbol.
—Bien hecho Conelichi, encárgate Lobohanny.
Lobohanny se abalanzó hacia Nubiarucita y la metió a un costal de papas. Momentos después, alguien aventó una piedra a la ventana de la casa de la abuela Divis y el cristal se rompió en cientos de partes. La Divis agarró su látigo y salió a buscar al culpable, pero no miró a nadie. Regresó al interior de su cabaña y miró que la piedra tenía una nota. La recogió y la leyó.
Tenemos a Nubiarucita roja entrégate o la convertimos en sopa cuak, cuak, cuak. Te esperamos en la cueva del pantano. Atentamente la banda de Patito cuak, cuak.
La abuela Divis agarró su látigo y salió hacia la cueva del pantano. Cuando llegó todo estaba en silencio, avanzó lentamente, entró a la cueva que estaba en total oscuridad. Entonces Lobohanny salió con un garrote y atacó a Divis, pero esta retrocedió, sacó su látigo y lo usó contra Lobohanny. Pero una voz la detuvo.
—Detente seño Divis o Nubiarucita sufrirá las consecuencias ―dijo Paty patito.
Paty patito sujetaba una cuerda donde estaba guindada Nubiarucita y abajo de ella había un caldero con agua hirviendo.
―Ríndete o Nubiarucita se convertirá en sopa cuak, cuak.
Sin más remedio Divis soltó su látigo, Lobohanny agarró una cuerda y la ató.
—¡Ganamos! —festejaba Conelichi..
—¡Ahora el bosque es nuestro! —dijo Lobohanny.
—Así es, ahora vamos a reunir a los animales del bosque y decirles quien manda ahora. Conelichi cuida a las prisioneras —dijo Lobohanny.
—Pero yo quería ir con ustedes.
—Alguien se tiene que quedar, ya iras la próxima vez —dijo Paty patito.
Paty patito y Lobohanny salieron de la cueva. Conelichi se quedó vigilando, pero al poco tiempo se aburrió y se quedó dormida. Entonces un pequeño ratón entró a la cueva.
—¡Hey! Tú ratoncito ayúdanos —dijo Divis.
Enseguida el ratoncito comenzó a morder las cuerdas de Nubiarucita, en unos minutos Nubiarucita estaba libre. El ratoncito iba a morder las cuerdas de Divis cuando Conelichi despertó.
—¡Ahh! ¡Se escapan! —gritó Conelichi.
El ratoncito salió huyendo de la cueva y Conelichi salió en busca de Lobohanny y Paty patito. Nubiarucita trató de desatar a Divis, pero escuchó un aullido.
—Es Lobohanny, ¡no hay tiempo, tienes que irte! —dijo Divis.
—!No te dejaré!
—Tienes que hacerlo, son tres contra ti, te atraparan y nadie salvará el bosque. Ve al oeste y busca a la guerrera Maggy, ella nos ayudará.
Nubiarucita salió a toda velocidad de la cueva, se iba abriendo paso entre los arbustos, sentía como alguien la perseguía, pero tuvo que detenerse al llegar a un rio. Al sentir como su perseguido la iba alcanzando, se lanzó al rio. La fuerza de la corriente se la llevó a gran velocidad, con gran esfuerzo llegó a la orilla del rio donde quedó inconsciente. Cuando Nubiarucita recobró el conocimiento, ya no estaba en el bosque se encontraba en una cabaña acostada en una cama cerca de una chimenea. Cuando dirigió la mirada a los pies de la cama, miró a dos chanchitos y un pingüino.
—¿Quienes son ustedes? ¿Qué hago aquí? ―preguntó Nubiarucita.
Uno de los chanchitos habló.
—Estás en nuestra cabaña te encontramos en la orilla del rio y te trajimos aquí.
—¿Y quienes son ustedes? —preguntó Nubiarucita.
—Yo soy el chanchito Luis.
—Y yo el chanchito Beto.
—Y yo el pingüino Peter.
Nubiarucita miró un letrero arriba de la chimenea que decía “La casa de los tres chanchitos”.
—Ahí dice la casa de los tres chanchitos, ¿qué hace un pingüino aquí?
—Es que como al escritor le gustan los pingüinos y no sabía como introducir uno a la historia, me convirtió en pingüino —dijo Peter.
—¿Y tú quién eres? —preguntó Luis el chanchito.
—Soy Nubiarucita, vine al bosque a visitar a mi abuela Divis.
—¿Y qué haces aquí tan lejos? —preguntó Beto el chanchito.
—Es que la banda de Paty patito me puso una trampa para capturar a la abuela Divis. Pude escapar, pero aún tienen a la abuela Divis, ahora tengo que buscar a la guerrera Maggy para que me ayude.
—Nosotros sabemos donde puedes encontrar a la guerrera Maggy, con gusto te llevamos —dijo Luis el chanchito.
Entonces Nubiarucita, los chanchitos Luis, Beto y el pingüino Peter comenzaron el viaje para encontrar a la guerrera Maggy. Mientras tanto, Paty patito mandó a Lobohanny y a Conelichi en busca de Nubiarucita, pero no los mandó solos, con ellos iba Cinthisauria una tiranosaurio rex. Nubiarucita y sus nuevos amigos atravesaron rios, escalaron montañas, pasaron por desiertos y pantanos, hasta llegar al otro lado del bosque.
—Ya pronto llegaremos —dijo Beto.
Entonces escucharon que alguien se aproximaba a gran velocidad. Dieron media vuelta y entre los árboles vieron al terrible Lobohanny, arriba en su lomo iba Conelichi y atrás de ellos Cinthisauria. Nubiarucita y sus amigos salieron despavoridos, pero Peter el pingüinito se iba quedando atrás y se calló en una zanja. Al ver que Lobohanny que se acercaba se escondió atrás de un tronco seco, pero Lobohanny lo miró y se detuvo mientras Cinthisauria siguió a los demás.
—¿Qué sucede? ¡Están escapando! —dijo Conelichi.
—No importa, Cinthisauria los atrapará. ¡Yo voy a comer pingüino!
Conelichi se bajó del lomo de Lobohanny y siguió a Cinthisauria. Lobohanny se aproximó al tronco donde se había escondido Peter el pingüino que al verse descubierto salió despavorido de su escondite.
—No me mires a mí, aunque me vea sabroso no soy nutritivo —dijo Peter el pingüino.
Lobohanny persiguió de cerca a pingüinito, estaba a punto de atraparlo, cuando pingüinito resbaló y cayó varios metros cuesta abajo. Lobohanny lo siguió, pero lo perdió de vista, de mal humor Lobohanny decidió regresar con sus compañeros. Cuando Lobohanny se alejó, pingüinito salió de un charco de lodo donde había caído, avanzó con cautela hasta estar seguro de que había pasado el peligro. Se limpió el lodo en un charco de agua y empezó a buscar el camino de regreso para buscar a sus amigos. Mientras Nubiarucita y los dos chanchitos huían de Cinthisauria que cada vez estaba más cerca de ellos.
—¡Nos está alcanzando! —dijo Beto el chanchito.
—¡Miren! Una cueva, allí no podrá entrar —dijo Luis el chanchito.
Nubiarucita y los dos chanchitos entraron a la cueva, Cinthisauria trató de entrar, pero la entrada de la cueva era pequeña y quedó atorada. Conelichi y Lobohanny llegaron al lugar.
—Cinthisauria, ¿los atrapaste? ―preguntó Conelichi.
―Noooo, estoy atorada —dijo Cinthisauria.
—¡Rápido quítate que se van a escapar! —dijo Lobohanny.
Mientras en el interior de la cueva.
—¿Ahora qué hacemos? —preguntó Nubiarucita.
—Tendremos que buscar otra salida —dijo Luis el chanchito.
Pingüinito iba sin rumbo buscando a sus amigos, cuando escuchó a alguien llorando. Con precaución se acercó al lugar donde escuchó el llanto y miró a una pequeña princesa sollozando.
—Hola niña, ¿por qué estás llorando? —preguntó Pingüinito.
—Lloro porque me perdí y no sé cómo regresar a mi reino.
—¿Y dónde vives niña?
—En el reino de dulce.
—No te preocupes, mis amigos y yo te vamos a ayudar.
—Gracias.
—¿Y cómo te llamas niña?
—Ely, ¿y tú pingüinito?
—Peter.
Peter el pingüinito y la pequeña princesa Ely, fueron en busca de los demás. Muy cerca de allí, en una cabaña se encontraba la bruja Vane preparando una poción. Cuando repasaba la lista de los ingredientes miró que le faltaba uno.
—¿Esencia de un pingüino? ¿Y dónde voy a encontrar a un pingüino?
La bruja Vane escuchó unas risas, se asomó por la ventana y miró a Peter y Ely.
—¡Un pingüino! —dijo Vane.
La bruja Vane se subió a su escoba y salió volando por la ventana de su cabaña. Pasó a toda velocidad por arriba de la niña Ely y cuando estaba arriba del pingüinito Peter, estiró el brazo, lo agarró y se lo llevó.
—¡Auxiliooo! —gritó Peter el pingüinito.
—¡Peteeer! —gritó la princesa Ely mientras trataba de alcanzar a Vane—. ¡Deja a mi amigo!
La bruja Vane se alejó llevándose a Peter. La princesa Ely siguió caminando en la misma dirección que se fue la bruja, hasta que llegó a la cabaña de la bruja. Ely se asomó por la ventana y miró a la bruja. Vane enfrente a un caldero donde tenía la poción de color verde, en una esquina se encontraba Peter atado y amordazado. Sigilosamente Ely entró por la ventana, mientras la bruja Vane estaba distraída se acercó a Peter, lo desató y salieron por la ventana.
—Esto ya está listo, ahora solo falta el último ingrediente, ¡el pingüino!
Pero cuando Vane fue a la esquina ya no estaba el pingüino.
—¡¿Y mi pingüino?!
La bruja Vane se asomó por la ventana y a lo lejos miró a Peter y a Ely alejándose a toda velocidad, Vane agarró su escoba y salió volando. Nubiarucita y los dos chanchitos salieron de la cueva.
—Por fin salimos —dijo Beto el chanchito cuando salieron de la cueva.
—¿Y Peter? ¿Dónde está? ¡Lo perdimos en la cueva! —dijo Nubiarucita angustiada.
—Tranquila ahí viene —dijo Luis señalando en una dirección donde venia Peter el pingüino acompañado de la princesa Ely.
—Viene con alguien, ¿quien será? —preguntó Nubiarucita.
—Parece una niña —dijo Luis el chanchito.
Ely y Peter llegaron con los demás y se ocultaron atrás de ellos.
—¿Qué pasa? ¿De qué se ocultan? —preguntó Nubiarucita.
—Ella quiere atrapar a Peter —dijo Ely.
―¿Quién? —Preguntó Luis el chanchito.
—¡La bruja! —dijeron Ely y Peter al mismo tiempo.
En ese instante la bruja Vane se presentó ante ellos.
—Entréguenme al pingüino —dijo Vane.
—¡No! —dijo Nubiarucita.
—Entonces enfrenten las consecuencias —dijo la bruja Vane.
Vane invocó sus poderes, el cielo azul se cubrió de nubes negras, los truenos estremecían el bosque y los rayos caían provocando que los arbustos se incendiaran.
—¡Detente bruja!
En frente de todos apareció una hada flotando en el aire.
—Es Sheila el hada del oeste —dijo la niña Ely.
—Esto no es de tu incumbencia —dijo la bruja Vane.
—¿Para qué quieres un pingüino? —preguntó el hada Sheila.
—Para una poción que hará que todos los pastelitos que prepare salgan esponjaditos, suavecitos y dulces como ese pingüino.
El hada Sheila agarró a Peter el pingüino y lo metió a un lago. Tocó la cabeza de Peter y el lago se iluminó, sacó a Pingüino del lago y llenó un frasco de agua del lago.
—Toma, este frasco contiene esencia de pingüino —dijo el hada Sheila.
—Está bien lo probaré, pero si no resulta regresaré por él —dijo la bruja Vane.
De esa forma la bruja Vane inventó la receta para hacer unos pastelitos y los vendió por todo motivaciolandia con gran éxito. El hada del oeste Sheila se acercó a la niña Ely.
—Princesa todo el reino la está buscando —dijo el hada Sheila.
—Salí a buscar flores y me perdí, después encontré a Peter el pingüinito —dijo Ely.
—Gracias por encontrar a la princesa Ely, cómo se los podemos agradecer —dijo el hada Sheila.
—Buscamos a la guerrera Maggy, ¿nos puedes ayudar a encontrarla? —preguntó Nubiarucita.
—Claro, yo la conozco muy bien y los llevaré con ella.
Sheila los llevó al reino de dulce donde los recibieron con gran placer por haber encontrado a la princesa Ely. Después de ofrecerles un banquete, el hada Sheila los llevó más al oeste a un lujar de meditación. Ahí se encontraba la guerrera Maggy.
—Guerrera Maggy, traigo a unas personas que la buscan —dijo el hada Sheila.
—¿Qué desean? —preguntó la guerrera Maggy.
—Necesitamos de su ayuda, la banda de Paty patito capturaron a la abuela Divis y quieren apoderarse del bosque —dijo Nubiarucita.
—Arreglaré eso, ¡vamos! —dijo la guerrera Maggy.
Nubiarucita, los dos chanchitos, el pingüinito y la guerrera Maggy iban a regresar cuando un dragón llegó volando.
—¡Un dragón! —dijeron Nubiarucita, los dos chanchitos y el pingüinito al mismo tiempo.
—Tranquilos yo lo conozco, es Libardragon —dijo la guerrera Maggy.
—Yo solo pasaba por aquí —dijo Libardragon.
—Amigo Libardragon, ¿nos podrías llevar al bosque de la abuela Divis?
—Claro, suban a mi lomo —dijo Libardragon.
Mientras, Conelichi, Lobohanny y Cinthisauria regresaron a la cueva con Paty patito.
—¡¿Cómo que los dejaron escapar?! —dijo Paty patito exaltada.
Entonces se escuchó un golpe seco que retumbo en todo el bosque.
Paty patito y su banda salieron de la cueva y vieron a la guerrera Maggy y los demás bajando de Libardragon.
—¡Guerrera Maggy! —dijo Paty patito asustada.
—Que bueno que estás con toda tu banda tengo que hablar con ustedes.
La guerrera Maggy entró a la cueva junto con Paty patito y su banda. Después de media hora salieron todos junto a la abuela Divis.
―!Abuela Divis estás bien! —dijeron Nubiarucita, los chanchitos y el pingüinito.
—Claro que estoy bien —dijo la abuela Divis.
―¿Y qué harán con ellos? —preguntó pingüinito.
—Ya aprendieron la lección —dijo la guerrera Maggy.
—¿Les dio paliza guerrera Maggy? —preguntó pingüinito.
—Noo, en este cuento no incitamos a la violencia, lo resolvimos como personas civilizadas —dijo la guerrera Maggy.
—¿Con demandas y amenazas? —preguntó pingüinito.
—Tampoco, lo resolvimos dialogando —dijo la guerrera Maggy.
Y de ese forma la paz regreso al bosque de motivaciolandia y todos vivieron felices para siempre.
FIN
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Nubiarucita y los tres chanchitos
AdventureHistoria original de Peter Winchester, todo parecido con la realidad es mera coincidencia. El siguiente cuento fantástico fue escrito usando los nombres de mis amigos y familia virtual. Dedicado a mis amigos y familia virtual; Amarilis, Johanny, Ely...