♧Capítulo 3♧ Sentimientos

46 9 0
                                    

Abrió la puerta lentamente, dejando ver una luz naranja, estaba atardeciendo y pronto se haría de noche, se había quedado dormido mientras estaba encerrado.

Se acarició los ojos sintiéndolos un poco hinchados y sensibles pues había llorado mucho sintiéndose culpable, caminó hasta la cocina y se sirvió un vaso con agua, al terminar de beber se fue a su habitación y agarró un cuaderno, era su cuaderno especial de dibujo, ya que al pasar mucho tiempo en casa tuvo que buscarse algún pasatiempo para no volverse loco o algo así debido al encierro.

―Hongjoong?

Salió inmediatamente de su habitación y con una pequeña sonrisa saludó a su madre.

―Hola mamá, hoy viniste mas tarde que de costumbre...

―Si, lo sé, tuve un pequeño problema en el trabajo pero no importa, ya que estoy completamente segura de que mi hijo estará en casa y no en ningún otro lugar, así que no tengo nada de que preocuparme.

La señora dejó su bolso en uno de los muebles y se acercó a su hijo, concentró su mirada en los ojos del menor teniendo curiosidad del porque esta así pero fingió ignorancia.

―¿Cómo te fue en la escuela?

―B-bien.―No pudo evitar volver a llevar sus pensamientos al pelinaranja que conoció esa tarde.―Creo que va a ser un poco complicado acostumbrarme...hoy me perdí buscando la cafetería pero pude encontrarla antes de que terminará el descanso.

―Hm...―Miró a su hijo de abajo hacia arriba.―¿Hablaste con alguien?

―...Un poco con los maestros...m-me explicaron un poco sobre los temas que me perdí.

―Está bien―Con un poco de duda siguió su camino hasta su habitación pero se detuvo y miró por sobre el hombro a su hijo.―Cierto, mañana tienes una cita con el médico, así que levántate temprano, luego de eso irás a la escuela y si se te hace tarde le llevarás un justificante a tus profesores.

Hongjoong asintió con la cabeza, acción que no fue vista por su madre ya que siguió su camino hasta entrar a su habitación.

Suspiró, sintiéndose cansado de seguir viviendo de esa manera, con pastillas, visitas frecuentes al doctor y sobre todo...con culpa.

Al día siguiente, como dijo su mamá, Hongjoong se levantó bien temprano para alistarse e ir al hospital con su madre, se puso una  polera algo larga y un pantalón de buzo gris junto con unas zapatillas blancas.

Bajó a desayunar y se encontró con su mamá que ya estaba sentada, agarró un plato pequeño y una taza, se sentó y se sirvió el agua, poniendo una infusión de té, comenzó a desayunar, té y una rebanada de pan con mermelada de naranja, le encantaba la mermelada de naranja.

No se demoraron mucho comiendo ya que no querían hacerse tarde para ir al hospital, terminaron y se fueron.

Las citas eran como cada vez que iba, ya era rutina para él, se sentaba frente a un viejito por dos horas y hablaba de lo que le pasaba o lo que sentía pero por obvias razones no le contó lo del pelinaranja ya que todo lo que hablaban ese viejito luego se lo resumía a su madre, aunque no se si eso sea algo que se deba de hacer.

Hongjoong no volvió a su casa pero su madre si, él se fue directamente a su escuela, ya se le estaba haciendo un poco tarde.

―Hola

―¿Se te pegaron las sábanas o que? Si ibas a venir tan tarde ya mejor no hubieras venido

―Oye se supone que somos amigos, ya deberías de ser amable conmigo.―Hizo un puchero mientras jugaba con los dedos de sus manos.

No estás enfermo Kim Hongjoong!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora